Las lágrimas de un hombre
Introducción
Katsuragi nos había bendecido
con información crucial, pero eso no significaba que la Clase C tenía la
ventaja.
Horikita era consciente de
esto, mientras trataba de aliviar la ansiedad de todos, un paso a la vez.
“Espera un momento,
Hirata-kun.”
Después de que las clases
habían terminado, Horikita llamó a Hirata, quien estaba a punto de irse a los
dormitorios.
Era la primera vez que ella le
había hablado desde que terminó el Voto de la Clase.
Hirata simplemente se detuvo
sin mirar atrás para encararla.
“Sé que probablemente no
quieras hablarme, pero sólo permíteme confirmar algo. No necesitas practicar
para ninguno de los eventos que nuestra clase elija, y no planeo forzarte a que
hagas algo el día del examen. Sin embargo, eso podría cambiar dependiendo de la
situación. Sakayanagi-san es consciente de tu situación, así que es posible que
ella proponga varios eventos que requieran un gran número de personas.”
Sin importar cuánto intente la
Clase C acomodarse para Hirata, es posible que cada uno de los estudiantes
tengan que participar.
“Si eso sucede, ¿qué harás? ¿Retrasarnos
apáticamente? ¿O acaso vas a hacer lo mínimo requerido de ti? ¿Puedes al menos
responder eso?”
No obstante, Hirata no respondió.
Un silencio pesado invadió el salón; un silencio que sólo fue roto por el
sonido de los pasos de Hirata conforme se iba.
“¿Entonces no me darás una
respuesta?”
Harta con Hirata, Horikita
simplemente apartó la mirada como si se hubiera rendido.
“…Oye, quizás… Quizás no
ganemos después de todo… Con Hirata-kun actuando así y todo.”
Podía escuchar susurros
ansiosos viniendo de algunas de las chicas.
Y los chicos probablemente
estaban igual de preocupados. Después de todo, el hombre que había estado liderando
a la clase desapareció.
Una y otra vez, su ausencia
probaba ser una carga amenazadora para la clase en general.
Horikita me habló.
“Me dijiste que corregir su
problema era un esfuerzo colectivo. Pero al final, él no ha cambiado en
absoluto.”
“Me lo pregunto.”
“¿Qué…?”
Horikita alzo la vista hacia
mí con una expresión confundida, pero mi atención estaba enfocada en algo
totalmente distinto.
“¡Hirata-kun! ¡Espera!”
A estas alturas, no sabía
cuántas veces escuché a Mii-chan gritar así. Rápidamente tomó su bolso y lo
siguió afuera del salón.
“Mii-chan aún no se ha
rendido.”
“El por qué no se ha rendido va
totalmente más allá de mí.”
“Sólo concéntrate en lo que
necesitas hacer, Horikita. Unir a la Clase C e incrementar nuestras chances de
victoria.”
Horikita actualmente era la
única persona en la clase capaz de hacer eso.
Me retiré del salón, siguiendo
a Mii-chan.
Los encontré a los dos de pie
cara a cara en el camino a los dormitorios. Sin embargo, la escena de ambos
juntos me dio una impresión diferente a la de una confesión agridulce.
Esto era más como un ataque.
Ella estaba en la ofensiva para tratar de que Hirata se recupere.
“Por favor, Hirata-kun. Todos
necesitan tu ayuda… Por eso—”
“Mii-chan, detente. ¿Podrías
dejarme en paz de una vez…?”
Hirata la interrumpió con una
queja gruñida, casi como si estuviera preguntándose cuántas tendrá que decirle
esto para que ella lo entienda.
Sin dudas, esas palabras
severas suyas habían sonado como un cuchillo atravesándole el corazón.
Sin embargo, la determinación en
sus ojos no titubeó.
Sin importar cuántas veces él
la aleje, Mii-chan no se rendirá.
“N-No te dejaré solo… ¡No
cuando cuando te encuentras así, Hirata-kun, no puedo!”
“Entonces, ¿qué se necesita
para que cedas? Dímelo.”
“Eso, uhm, si vuelves a ser de
la misma forma que solías…”
“¿Volver? Imposible.”
Una vez más, la respuesta fría
de Hirata interrumpió despiadadamente a Mii-chan.
“¡No, no lo es! Yo… ¡Yo tengo
fe de que aún puedes volver a como solías ser!”
“Y yo ya te dije que es
imposible. Esta fe tuya es errónea.”
“¡Aun así, sigo creyendo en
ti!”
Hirata apretó su puño. Dio la
impresión que, dependiendo de la situación, podría comenzar a ponerse violento.
“Entonces, trae de regreso a
Yamauchi-kun.”
“¿Eh…?”
“Así es como puedes lograr que
las cosas vuelvan a ser como solían.”
Ahora que Yamauchi había sido
expulsado, probablemente nunca regrese a la Clase C.
Y al mismo tiempo, Hirata
nunca volverá a ser como solía.
Esta era la realidad que Hirata
estaba tratando de transmitirle a Mii-chan.
“Eso es…”
“Espero que recuerdes esto
antes de que trates de hablarme otra vez.”
Hirata le dio la espalda y
empezó a caminar, pero Mii-chan no pudo evitar alcanzarlo mientras se iba.
Después de todo, si fuera a
dejarlo ir al dormitorio, no podrá hacer nada más para convencerlo el día de
hoy.
“Suéltame.”
“¡N-No lo haré!”
A pesar del rechazo de Hirata,
Mii-chan se mantuvo firme.
Ella creía que, mientras no se
rindiera, sus sentimientos de alguna forma llegarán a él.
Mantuve mi distancia de ambos,
observando la situación desenvolverse en la cercanía.
No quería entrometerme en el
camino de Mii-chan al acercarme demasiado.
Sin embargo, Hirata suspiró
abiertamente.
Y entonces, levantó su brazo
en el aire y lo agitó hacia abajo para liberarse del agarre de Mii-chan.
“¡Kya!”
Para Hirata, era una forma
cruda y atípica de lidiar con la situación.
El movimiento forzoso y
repentino hizo que Mii-chan colapsé sobre el lugar.
“…Deja de molestarme de una
vez. Si no lo haces, yo… voy a….”
Mii-chan alzó la vista hacia
Hirata desde el suelo debajo de él.
La ira contenida en la mirada
de Hirata lastimó los sentimientos de Mii-chan otra vez.
“No tengo nada que perder. Si
continúas siguiéndome de esta forma…”
Nada de lo que Hirata había
dicho hasta ahora podía compararse con el aplastante golpe que esto dejaría
sobre Mii-chan.
Sin embargo, justo entonces,
un hombre solitario pasó a mi lado.
Un hombre cuyo cabello rubio
revoletaba con el viento, y que emanaba una esencia a colonia.
“Vaya, vaya. Parece que hoy
también estás perdiendo el tiempo, ¿hmm? Esa es una mirada bastante
antiestética la de tu cara.”
Kouenji provocó a Hirata con
palabras ligeras y frívolas.
Como miembro del Club de
Regreso a Casa, la aparición de Kouenji aquí no era tan sorprendente tampoco.
“Oh, no te preocupes por mí.
Continúa con lo que estabas haciendo hace un segundo. Sólo estoy aquí para
mirar.”
Hirata no era bajo ningún
punto de vista suficientemente estúpido para continuar después de que le
dijeran algo así.
En cambio, empezó a dirigir su
hostilidad hacia el hombre que lo había interrumpido.
“Tú… ¿Hay algo que quieras de
mí…?”
“¿Algo que quiera? No ‘quiero’
nada. Después de todo, ya lo tengo todo.”
Con lo cual, Kouenji empezó a
pasar por al lado de Hirata y Mii-chan, sin embargo…
“Aunque, sí hay algo que
podrías hacer por mí…”
Para Kouenji, esto sólo era
algo con lo que se había topado en su camino de regreso al dormitorio.
Eso era todo. Nada más. Nada
menos.
Los sentimientos de Hirata
eran completamente intrascendentes a él.
“Eres un monstruo, ¿así que
podrías asegurarte de permanecer fuera de mi vista? Si esta ya no es más tu
escuela ideal, ¿por que no te vas de una vez?”
Era de su estilo decir algo
así. Le estaba sugiriendo a Hirata que simplemente se vaya de la escuela en
lugar de seguir deambulando de esta forma.
“…Cállate. Ni siquiera
entiendes mi situación…”
“No lo sé, y no me importa.
Sin embargo, puedo hacer una conjetura. No tomas la decisión de irte
simplemente porque le causará problemas a tus compañeros. ¿No es así? Qué
tontería.”
“¡P-Por favor detente,
Kouenji-kun! ¡Hirata-kun no hizo nada malo!”
De vuelta de pie, Mii-chan
habló, impaciente por detener las palabras agresivas de Kouenji hacia Hirata.
“Ups. Parece que no estás
feliz con lo que dije. Me disculpo.”
A pesar de la sonrisa en su
rostro, Kouenji siguió tratando a Mii-chan con cierto grado de respeto.
“Sin embargo, cuanto antes te
olvides del Joven Hirata, mejor. Está por demás roto.”
Habiendo sido llevada su
paciencia al límite desde hace un rato, Hirata cruzó miradas con Koeunji y
comenzó a acordar la distancia con él.
“¡N-No, Hirata-kun!”
Mii-chan percibió el obvio
cambio en la energía de Hirata y se puso entre los dos para detenerlo, sólo
para que Hirata la haga a un lado con incluso más fuerza que antes. Entonces,
sin mucho más que una mirada a Mii-chan, Hirata alcanzó a Kouenji con un brazo
extendido.
Trató de sujetar a Kouenji por
el cuello de su camisa, pero Kouenji rápidamente lo agarró de la muñeca con su
mano izquierda y suprimió sus movimientos.
“¡Kuh!”
“No le tengo piedad a aquellos
que van contra mí, ¿okey? No quiero que mi hermoso rostro se dañe.”
Una expresión de dolor y furia
apareció en el rostro de Hirata, quizás debido a la fuerza del agarre de
Kouenji sobre su muñeca.
“¡Eres, eres tan irritante,
Kouenji…!”
“Eres libre de hacer lo que
quieras, pero no veo razón para recibir órdenes de alguien que hizo llorar a
una chica.”
Kouenji soltó la muñeca de
Hirata y echó un vistazo a Mii-chan, quien una vez más estaba sobre el piso.
“Tú eres el que la derribó,
¿no deberías ser tú el que la ayude a levantarse?”
“…Ese ya no es mi problema.”
“No es tu problema, ¿hm?
Bueno, sí que eres despiadado.”
Mii-chan apartó su vista de
Hirata, incapaz de mirarlo directamente.
“Está bien. Eres libre de
decir lo que quieras, Joven Hirata.”
“¡¿Eh, qu, qué?!”
Kouenji caballerosamente
levantó a Mii-chan del suelo.
“Ya que tú no vas a hacerlo,
supongo que yo mismo haré los honores.”
Este era un hombre que, por
naturaleza, era difícil encontrarle sentido, pero esta repentina e inesperada
acción dejó a Mii-chan y a Hirata sin palabras.
“Tu corazón se ha roto, y
encima, te han lastimado. ¿Qué tal si te ayudo para que recibas tratamiento?”
“¡¿Q-Q-Q-Qué?! ¡¿Yo, uhm, yo?!
¡¡¡No me lastimé en ninguna parte!!!”
“Bueno, no hay necesidad de
preocuparse. A pesar de mi apariencia, soy excesivamente gentil.”
Esto sólo es una suposición,
pero cuando Kouenji dijo que la ayudaría con un tratamiento, probablemente se
refería a algo de naturaleza más espiritual en lugar de una lesión física.
Algo como su corazón roto.
Creo. Probablemente.
Kouenji empezó a distanciarse
de Hirata, como tratando de separar a Mii-chan de él.
“¡Uhm, uh, por favor bájame!”
“¡Jajaja! Eso no servirá. ¡Ya
eres mía después de todo!”
“¡¿Eeeeeh?!”
De esa forma, Hirata observó
fijamente la espalda de Kouenji.
Kouenji se detuvo, casi como
si hubiera sentido la severa mirada de Hirata.
“¿Aún tienes quejas sobre mí?”
Con toda honestidad, deseo que
Kouenji sea ignorado por Hirata a estas alturas.
“Nunca vas a dejar de
atormentarme, ¿huh? ¿Hasta el final?”
“No. Tú eres el que está
atormentando a la gente que te rodea. Como mínimo, yo no ignoraría a una chica
que me muestra bondad.”
Kouenji empezó a alejarse una
vez más, con una indiferencia rotunda hacia las protestas de Mii-chan.
Cuando Hirata notó que Kouenji
estaba dirigiéndose hacia el dormitorio, arrancó en otra dirección. Era como si
ya no quisiera estar más cerca de ellos dos.
Por un momento, no estuve
seguro de a quién seguir, pero al final decidí seguir a Kouenji primero.
Además, el bolso de Mii-chan
había sido dejado atrás sobre el piso, así que lo levanté y los seguí.
Una vez que llegaron a la
entrada del dormitorio, Kouenji suavemente bajó a Mii-chan.
“K-Kouenji-kun, ¿por qué…?”
“Fufufu. Por qué será, ¿hmm?”
En lugar de responder a la
pregunta de Mii-chan, Kouenji mostró una sonrisa.
“De todos modos, deberías
dejar de perseguir al Joven Hirata hoy.”
Le entregué a Mii-chan su
bolso.
“Gracias, Ayanokouji-kun…
Espera, ¿de dónde saliste?”
Le habría dicho que no me notó
porque soy bueno para ocultar mi presencia, pero elegí no decir nada.
“Estaré aquí mismo mirándote
hasta que subas al ascendor, ¿okeeey?”
“…D-De acuerdo.”
Incluso si fuera a buscar a
Hirata después de esto, no sabe a dónde se fue.
Mii-chan se rindió por ahora y
se subió al ascensor con el fin de alejarse de Kouenji.
Permanecí allí y miré conforme
Kouenji tomó asiento en el sofá del vestíbulo.
“Bien… ¿Qué puedo hacer por
ti, Joven Ayanokouji?”
“¿Por qué empezaste a hablarle
a Hirata antes? ¿Sólo echabas combustible al fuego? ¿O acaso actuaste pensando
que ayudaría a la clase?”
“Parece que todavía no me
entiendes, ¿hmmm? Tsk tsk tsk.”
Conforme habló, levantó su
mano y negó ligeramente con el dedo hacia mí.
“Nunca haría algo por el bien
de la clase ni nada así. Después de todo, sólo hago lo que quiero hacer.
Incluso si mis acciones tienen un impacto negativo o positivo sobre la clase…
Bueno, eso no sería nada más que un mero derivado.”
Entonces sólo es un derivado,
¿huh? Como regla general, Kouenji sólo hace lo que quiere hacer. La única
excepción a esta regla sería si se encuentra en riesgo de ser expulsado si la
clase pierde un examen.
“Su existencia es como la de
una mosca, es decir, absolutamente irritante.”
Esta parecía ser la razón por
la que le había hablado inesperadamente a Hirata.
“Eres libre de hacer lo que quieras,
¿pero qué harás si fuera a suceder otro examen similar al Voto de la Clase?
Para ser honesto, como están las cosas, nadie estaría en más peligro que tú.”
“Fufufu. Con un potencial como
el mío, eso no importa.”
Luego de revisar la pantalla
del ascensor para asegurarse de que Mii-chan se había bajado, Kouenji se
levantó.
“Por cierto. Si no me
equivoco, fuiste elegido como líder para el examen, ¿no?”
“Sí.”
“No estoy muy motivado, así
que evítame tener que participar, si fueras tan amable.”
“Perdón, pero la que decide
eso es Horikita. No tengo voto en el asunto.”
“Te confundes. Como líder, tú
tienes derecho a tomar esa decisión, no ella.”
Ciertamente tenía razón en lo
que concernía a las reglas, pero… no parece que podré convencer a Kouenji.
“En cualquier caso, confío en
que tomarás la decisión correcta.”
Dejándome ese comentario, se
subió al ascensor y regresó a su cuarto.
1
Decidí abandonar el dormitorio y buscar a Hirata.
Probablemente no habría regresado la escuela, por lo
que seguramente estaba en el centro comercial Keyaki o al menos en el área
cercana.
Asumiendo que no quería encontrarse con nadie, existía
una alta posibilidad de que estuviera afuera en algún lado.
Al final, decidí revisar todo el área.
Después de buscar por una hora, me topé con su
distintiva figura solitaria sentada en un banco afuera.
“Hirata.”
Caminé por detrás del banco y, una vez que estuvo a un
brazo de distancia de mí, pronuncié su nombre.
“…Ayanokouji-kun.”
Su respuesta llegó lentamente al tiempo que levantaba
el rostro para encararme, pero con los ojos cabizbajos.
Había pasado un largo tiempo de que eché un buen
vistazo a su rostro.
No lucía como si estuviera teniendo suficiente sueño,
puesto que había círculos oscuros bajo sus ojos que yo nunca antes había visto
en él.
“¿Puedes dedicarme algo de tiempo?”
Al escuchar mi pedido, los ojos de Hirata se abrieron
un poco más.
“Estoy enfermo y cansado de todo esto. De todos
viniendo una y otra vez. Pensé que tú me entenderías, Ayanokouji-kun. Pensé que
sabrías dejarme solo. Estoy decepcionado.”
“Perdón. Si no te agrada, ¿por qué no me empujas a un
lado como hiciste con Mii-chan y escapas?”
A pesar de arriesgarme y provocarlo, Hirata no se
levantó del banco.
“¿Que te dedique algo de tiempo, no? No importa. No
tengo a dónde esconderme en esta escuela de todos modos. Estoy tan cansado hoy
que ni siquiera tengo la energía para escapar. Pero… tampoco creo que sea capaz
de cumplir con tus expectativas.”
En apenas este corto período de tiempo, unos cuantos
estudiantes deben haber tratado de llegar a él.
Independientemente de si estaban expresando su
preocupación, u ofreciéndole ánimo, debe haber sido insoportable para él.
Aunque no sé ‘quiénes’ exactamente se habían acercado
a él, podía imaginar ‘qué’ habrían dicho.
Estaba seguro de que todos intentaron consolarlo y
sanar su corazón roto.
Allí, sobre un banco en las afueras del campus, los
dos estábamos sentados juntos.
“Entonces… tenías algo para decir, ¿cierto?”
Ya sabía cómo Hirata iba a manejar esta conversación.
Iba a sentarse allí y escuchar, dejando que mis
palabras entren por un oído y salgan por el otro.
“Quiero que me cuentes tu historia.”
“¿Eh?”
Hirata respondió sumisamente. Probablemente había
esperado que yo le ofrezca palabras de empatía.
“Cómo eras de niño, qué clase de pensamientos tenías.
Me gustaría oír sobre eso.”
“¿…Por qué?”
“Quién sabe. Supongo que sólo quiero saber por alguna
razón. Me está costando mucho darte un motivo para ello.”
Hirata soltó un profundo suspiro para luego negar
lentamente con la cabeza.
“No tengo la energía para rememorar mi pasado ahora
mismo. No hay nada de qué hablar.”
“¿No tienes la energía? ¿Por qué?”
“¿Por qué…? Eso es…”
Giró para verme, como cuestionándome por qué yo no
sabía ya la respuesta a eso.
“¿Por qué?”
Repetí la pregunta, ignorando la mirada que me dio.
“…Porque Yamuchi-kun fue expulsado.”
Estaba siendo forzado a decir cosas que no quería
decir.
Hirata habló como si hubiera sido enormemente
ofendido, conforme era consciente de mis intenciones.
“Me estás haciendo decir cosas horribles.”
“Sólo tengo curiosidad. Me disculpo si te ofendí.”
“…Está bien.”
Hirata suspiró una vez más, escaseando motivación para
continuar con la charla.
Se sentó con la espalda encorvada, sacudiendo la
cabeza son fuerza de lado a lado.
Pidiéndome que lo deje en paz. Pidiéndome que deje de
importarme.
“¿Qué tiene que ver la expulsión de Yamauchi con no
hablar sobre tu pasado?”
Enfrentado con mi obstinado pedido de una respuesta,
Hirata mostró una expresión perpleja por una segunda vz.
“Mi pasado no importa en este momento, ¿o sí?”
“No necesariamente.”
Continué inmediatamente, negándole a Hirata la
oportunidad de acabar la conversación.
“Que uno de tus compañeros sea expulsado es
desagradable ciertamente. Prácticamente cualquiera estaría de acuerdo con eso.
Pero no tenemos el lujo para lamentarnos por siempre. El examen de Selección de
Eventos está a la vuelta de la esquina. No sólo Horikita y Kushida, sino
incluso Ike y Sudou están tratando de ponerse a trabajar y luchar. ¿Pero qué
hay de ti, Hirata? Estás tan obsesionado con la expulsión de Yamauchi, e
incluso si trataras de cooperar…”
Dejé de hablar por un momento a propósito.
Y entonces, cambié de tema para mostrarle que no
quería hablar realmente sobre lo que había pasado.
“Lo que quiero saber es, ¿qué sucedió en tu pasado que
instaló este sentido de valores en ti?”
“¿Cuál es el punto en preguntar eso? ¿En verdad
piensas que voy a decírtelo?”
“Me lo dirás. Porque como te encuentras ahora, quieres
desesperadamente que otras personas sepan sobre ti.”
En realidad, probablemente sí quiere sacarse todo de
adentro del pecho. Él había terminado así porque no pudo hallar una manera de
hacerlo.
Esta vez, le hablé con mis ojos.
Lo miré forzosamente, casi como si estuviera
amenazándolo para hablar.
Al ver la mirada de mis ojos, una sensación de miedo
llenó su corazón.
“Finalmente entiendo la razón, la verdadera razón, por
la que Karuizawa-san decidió revelarte todo a ti, Ayanokouji-kun. Ella vio tus
ojos… no, tú se los mostraste a ella. Esos ojos, y esa profunda y espeluznante oscuridad
difusa en ellos…”
Lentamente devoré la oscuridad contenida dentro de
Hirata.
Este hombre no estaba esperando simplemente hasta
morir. Día a día, había estado rezando porque alguien venga y lo salve.
Todo lo que podía hacer era tomar la seda de la araña
negra que colgaba ante él con el fin de trepar desde las profundidades del
infierno.
“Te conté una vez, ¿no…? ¿Acerca de mi amigo con el
que había sido cercano desde la infancia? ¿El que una vez empezó a sufrir acoso
cuando entramos a la secundaria?”
“Sí. Su nombre era Sugimura, ¿cierto?”
“Pensar que recordarías incluso su nombre…”
Era precisamente porque sabía sobre esta historia que
fui capaz de predecir el estado mental de Hirata.
En aquel entonces, él había querido ayudar a su amigo,
pero tenía miedo de terminar siendo él también objetivo del acoso.
Como resultado de eso, simplemente terminó observando
cómo sucedía desde un costado.
Y entonces—
“Mi amigo… cometió suicidio al saltar de un edificio.”
Probablemente estaba empezando a rememorar lo que
había sucedido en aquel entonces.
Poco a poco, empezó a abrirse al respecto.
“Logró apenas aferrarse a su vida, pero… ha estado en
coma desde entonces…”
Hirata unió sus manos con fuerza.
“Mis decisiones hicieron que se quitara la vida. El
peso de mis pecados nunca desaparecerá.”
“Eso no es enteramente tu culpa. De hecho, la culpa recae
principalmente sobre los abusadores.”
“Claro, pero pienso que ser un testigo me hace
igualmente culpable.”
Hirata había dicho algo similar en aquel entonces
cuando estábamos en el crucero. Esta era la razón por la que siempre estaba
esforzándose por salvar a aquellos a su alrededor.
De hecho, cada vez que la clase estaba en problemas,
Hirata siempre era el primero en intervenir.
Era del tipo de hombre que no escatima en esfuerzos
para buscar una solución.
Por ejemplo, cuando Sudou tuvo una pelea con esos
sujetos de la Clase D, o cuando él y Kei fingían ser pareja.
Sin embargo, había algunas pocas cosas que no habían
sido explicadas aún.
“Entiendo que todavía tengas dudas.”
Sin girar a verme, Hirata continuó.
“Cuando mi amigo intentó cometer suicidio. En realidad
hay más en la historia…”
No había mencionado esto durante el crucero.
“Cuando intentó suicidarse al saltar de un edificio,
pensé que todo el asunto finalmente había acabado. Que después de hacer un gran
sacrificio, no habría más abusos en nuestra escuela. Pero fui ingenuo. Desde
ese día en adelante, vi por mí mismo la inconmensurable oscuridad de la
naturaleza humana.”
Su cuerpo temblaba, y podía ver algo parecido a un impulso
homicida destellar a través de sus ojos.
“Los acosadores eligieron un nuevo objetivo, y esta
vez era uno de mis propios compañeros de clase.”
Conforme tomó un respiro profundo para reprimir sus
emociones, Hirata empezó a hablar para sí mismo en un tono susurrante.
“No podía creerlo. Algo tan horrorífico literalmente
acababa de pasar, y aun así el acoso había empezado otra vez. Uno de mis
compañeros, quien no había sido nada más que un inocente testigo, comenzó a
sufrir el mismo tratamiento que mi amigo. Y encima algunos de nuestros
compañeros quienes previamente no habían estado involucrados con el abuso
empezaron a unirse.”
El margen de abuso se había expandido indefinidamente.
“Si la persona en el fondo del sistema de castas
desaparece, es natural que alguien tendrá que ocupar su lugar. En cierto modo,
es parte del orden natural de las cosas.”
“Sabía que no podía permitir que la historia se
repita. Sabía que tenía que detenerlo absolutamente.”
“Entonces… ¿actuaste?”
Hirata asintió varias veces.
“Lo hice en cierta manera con el fin de evitar que se
repitan los mismos errores.”
Hirata lentamente alzó su cabeza y miró en la
distancia, en frente de él.
“Bueno, en palabras simples, traté de controlar a la
clase sembrando miedo.”
“¿Hiciste eso?”
“Sí. No soy particularmente bueno para pelear como
Sudou-kun y Ryuuen-kun. Sin embargo, no hay muchas personas que puedan golpear
en serio a alguien. Incluso si fuera lo suficientemente serio para lanzar un
puñetazo, nadie estaría dispuesto a devolverme el golpe. Yo me encontraba solo
en la cima mientras que el resto de la clase estaba en el fondo. Al hacer eso,
pretendía deshacerme del abuso. Cuando las cosas empezaban a salirse de
control, intervenía. Le daba a ambas partes un castigo igual, igual cantidad de
dolor. Mis acciones no eran distintas al abuso. Pero, al menos había un breve
momento de paz.”
Hirata probablemente era consciente de que sus
acciones no eran justicia bajo ningún punto de vista. Que lo que había hecho
estaba mal.
Pero aun así, no quería ver un mundo donde la gente a
su alrededor era abusada.
“Basado en lo que pasó… me hallé preguntándome si
terminé arruinando ese año para todos. Caminaban fatigosamente cada día como
robots sin vida que nunca más sonreían. En ese momento, era el tema de la
ciudad donde yo vivía… Fue tratado prácticamente como un escándalo.”
“¿Cómo terminó lidiando con eso la escuela?”
“Su respuesta fue sin precedentes. Separaron
forzosamente a todas las clases por un tiempo, y entonces redistribuyeron a
todos, incluido yo. También fuimos puestos bajo estricta observación hasta el
día que nos graduamos.”
Con un escándalo tan famoso, es natural que terminara
llamando mucha atención.
En cuyo caso, no había manera de que esta preparatoria
no se haya enterado sobre eso, ¿verdad?
No, de hecho puede que realmente hayan matriculado a
Hirata aquí precisamente porque sabían del escándalo.
En cualquier caso, finalmente pude conocer la razón
por la que Hirata había sido asignado a la Clase D.
“No puedes culparte por permitir que Yamauchi fuera tomado
como objetivo, ¿o sí?”
“No… En aquel entonces, pensé que mientras no me
llamara la atención, podría simplemente fingir no saber al respecto. Había
querido guardar silencio hasta el día de la votación.”
Al final, las acciones de Horikita en aquel entonces
lo llevaron a ser marcado como alguien innecesario.
“Soy inútil. Nunca debí haber intentado mantener a la
clase unida en primer lugar. A pesar de hacer todo lo que pude, no fui capaz de
proteger a Yamauchi-kun… Probablemente ya lo sepas, Ayanokouji-kun. Ya no puedo
hacerlo más. Con el fin de proteger a todos, incluso he pensado en usar
estrategias de miedo otra vez. Sé que debería entenderlo bien. Que eso sería un
error, y aun así…”
La voz de Hirata temblaba.
Su corazón estaba al borde del colapso.
Sentía que toda la clase debería compartir la carga,
en las buenas y en las malas.
No podía soportar la idea de que alguien sufra. De que
alguien desaparezca.
Sí, probablemente siempre se había estado cuestionando
a sí mismo cada vez que algo sucedía. Y probablemente siempre lo hará.
No estaba claro si él había confiado en Mii-chan y los
otros estudiantes y si lo había hecho, hasta qué punto.
Sin embargo, fácilmente podía imaginar qué tipo de
cosas ellos terminarían diciéndole.
『No había nada que hubieras podido hacer.』
『No es tu culpa, Hirata-kun.』
『Yamauchi tiene que culparse a sí mismo por traicionar
a la clase.』
Sin importar quién era, terminarían diciéndole que
Hirata estaba en lo correcto y que alguien más se equivocó.
Eso simplemente no iba a cambiar.
Y debido a esto, es improbable que el problema alguna
vez se resuelva.
No tenía sentido decirle a Hirata que culpe a la
persona que había tratado de proteger.
En cambio, eso sólo lo haría retrotraerse dentro de su
cascarón todavía más.
“Hay algo que quiero dejar en claro contigo. No es
culpa de Horikita que Yamauchi haya sido expulsado de la escuela, y por
supuesto, tampoco es mi culpa. Sabes eso, ¿verdad?”
“…Sí. Era inevitable. No había nada que pudiéramos
hacer al respecto. …Y tampoco te culpo a ti.”
Agregó esa última parte en voz baja.
Para Hirata, probablemente sonaba como si yo estuviera
enfatizando que no fue mi culpa.
“¿Quién crees que es responsable por la partida de
Yamauchi de la Clase C? ¿De esta escuela?”
“Pienso… que él no tiene a nadie a quien culpar más
que a sí mismo.”
Esta era la conclusión a la que Hirata había llegado,
aunque no quería admitirlo.
Yamauchi había sufrido las consecuencias de sus
propias acciones. La expulsión era la consecuencia natural de su escasez de
habilidad y de su estilo de vida flojo.
“Eso no es verdad.”
Negué. Pateé directamente la ingenua idea de Hirata.
“Es tu culpa que Yamauchi haya sido expulsado,
Hirata.”
“¡…!”
Alzó la cabeza y me miró.
La expresión en su rostro estaba diciéndome que no
podía entender lo que yo había dicho.
“Si realmente querías salvar a Yamauchi, deberías
haber hecho todo lo que estuviera en tu poder para lograrlo.”
“¡P-Pero, di lo mejor de mí! ¡No había nada que
pudiera hacer!”
“La Clase B de Ichinose no perdió a ninguna persona.”
“Eso—pero eso fue porque ella es un caso especial. ¡No
teníamos una gran cantidad de puntos privados como ella!”
“En cuyo caso el problema es que tú fracasaste al
liderar a la clase. Debiste haber ahorrado puntos durante el pasado ahora como
Ichinose para que puedas salvar a alguien cuando estuviera a punto de ser
expulsado.”
Como resultado, Yamauchi no habría sido expulsado, y
aún habría 40 personas en nuestra clase.
“Imposible. Perdimos todos nuestros puntos de clase
después de que ingresamos aquí. E incluso si no hubiera sido así, no había
manera de que nuestros compañeros hubieran aceptado entregar sus puntos. Sabes
eso, ¿cierto?”
“Entre terminar con cero puntos de clases y fracasar
al liderar la clase, de cualquier forma, sigue siendo tu responsabilidad.”
Sin importar cuánto Hirata trate de escapar, el hecho
de que era su culpa no cambiaría.
“Irrazonable. Eso es irrazonable.”
“Sí, es irrazonable. Pero no puede evitarse. Tú
elegiste recorrer ese sendero. Deberías haberte reservado esta fantasía que
tienes de querer salvar a todos para ti mismo. De esa forma, sin importar quién
termine expulsado de la escuela, la culpa no recaería sobre ti. Pero si sigues
protegiendo tus sentimientos sobre la gente que te rodea, tienes que soportar
toda la responsabilidad cuando las cosas no terminen marchando bien. Deberías
estar determinado para al menos eso.”
“¡Y-Yo—!”
“Me equivoqué sobre ti. Pensé que eras un estudiante
de honor, un hombre de carácter que era respetado por muchos de nuestros
compañeros. Pero supongo que no lo eres. Sólo eres un estudiante superficial
incompetente que presume cosas que ni siquiera puede hacer. Ese, Hirata
Yousuke, es el tipo de persona que eres.”
Este era un argumento excesivamente extremo seguido
por su conclusión lógica. Él no era bajo ningún punto de vista una persona
incompetente.
Hirata era una persona excepcionalmente talentosa
cuyas capacidades iban más allá de lo que se espera de un estudiante de primer
año de preparatoria.
No tenía nada de malo que dijera que quería proteger a
todos, y sólo porque fracasó en hacerlo no significa que sea responsable.
Pero aun así, seguí culpándolo.
Forcé la culpa sobre él hasta el amargo final.
Lo puse bajo una pesada presión, arrinconándolo
implacablemente hasta que estuviera a punto de romperse.
¿Lo estaba haciendo por el bien de Hirata? No.
¿Pretendía empoderarlo para que pueda proteger mejor a
todos? No.
No había manera de que pudiera proteger a todos.
Y definitivamente habrá incluso más expulsiones en
algún punto más adelante.
Estaba haciendo esto porque, cuando ese momento
llegue, Hirata será necesario para mantener a la clase operando.
“¿Cuánto tiempo más vas a seguir soñando?”
Hirata simplemente no había superado las cosas que
pasaron en la secundaria. No había superado la idea de sólo hacer lo que era
requerido de él.
Dependía de ti decidir si continuarás tu educación en
una preparatoria, y dependía de ti decidir si permanecerás allí o no.
“Esta… Esta es tu verdadera naturaleza, ¿no? Tus
palabras son tan terribles, despiadadas, frías…”
Podía ver lágrimas comenzando a formarse en el ojo
derecho de Hirata.
Y poco después, se sentó allí llorando en frente de
mí.
“Eres libre de desear lo que quieras. Pero si
realmente quieres ver que tus deseos se hagan realidad, al menos necesitas
luchar hasta el final por ello. Esforzarte por hacer lo que quieras. No hay
otra forma. Si termina habiendo expulsiones en el camino, no tienes más opción
que aceptarlo. Aun así, tienes que seguir marchando hacia delante.”
“Qué cruel…”
“Si te detienes ahora, los estudiantes que te rodean
van a quedarse atrás y desaparecer uno tras otro. Es por eso que, si sigues
caminando hacia delante, si mantienes tus ojos sobre tu objetivo, entonces
seguramente aún habrá personas de pie detrás de ti después de que todo acabe.”
Liderar a otros requiere una espantosa cantidad de
coraje.
Nunca sabes qué clase de obstáculos enfrentarás, y
siempre podrías caer en cualquier momento.
“Pero… Entonces… ¿Cómo descargo mis frustraciones…?
¿Tengo que seguir marchando hacia delante solo? ¿Encapsulando todo dentro de
mí?”
“No, en absoluto. Cuando te sientas afligido, puedes
acudir a tus compañeros. Horikita, Kushida, Sudou e Ike, Mii-chan y Shinohara,
no importa quién. Puedes descargar tus frustraciones con quien sea en quien
confíes. Estamos todos juntos en esto.”
No existe una regla que diga que los líderes no tengan
permitido mostrar debilidades.
Las personas que permanecen detrás de ellos siempre
pueden estar allí para darles una mano en caso de que estén a punto de caer.
Nuestros compañeros deberían estar más que dispuestos
a escuchar a Hirata descargando sus frustraciones.
“Yo… Yo… Me pregunto… ¿si está bien que alguien como
yo lidere a todos…?”
“Está bien. Como te encuentras ahora, está bien para
ti que tomes el liderazgo.”
Posé mi mano sobre su hombro.
Con este pequeño gesto, aún más lágrimas empezaron a
derramarse.
Enterrar el pasado.
Deshacerse de la inmensa y engorrosa carga que Hirata
había estado llevando de una vez por todas.
Él, quien había quedado atorado e incapaz de moverse,
una vez más pudo levantarse con sus propios pies.
“Gracias… Gracias, Ayanokouji-kun…”
Colgaba su cabeza, con incontables lágrimas cayendo de
su rostro.
Los hombres son criaturas complicadas y problemáticas
que no pueden llorar en frente de otros muy fácilmente.
Es por eso que yo también quería una amistad donde
nadie sea obligado a ocultarle sus lágrimas a los demás.
En cuanto a esto, no era necesario decir más palabras.
Lo único que él necesitaba era un amigo a su lado,
alguien que pudiera prestarle su oído y escuchar sus frustraciones.
Mientras lo tenga—podrá empezar a caminar hacia
delante otra vez.
2
Con la salida del sol, el
siguiente día había llegado.
El examen especial final del
año escolar se acercaba rápido.
Para el momento en que llegué
al salón de clases, Hirata no se encontraba presente. La expresión de Mii-chan
seguía nublada.
A pesar del hecho de que todos
estaban tratando de no pensar en él, nadie podía evitar preocuparse.
Y entonces él, la
indispensable figura de la Clase C, apareció en el salón.
A estas alturas, todos estaban
reticentes para incluso mirarlo.
“B-Buen día… Hirata-kun.”
Pero claro, Mii-chan actuó y
saludó a Hirata antes que nadie.
Reprimió su tristeza, haciendo
su mejor esfuerzo para obligarse a sonreír.
Habiendo notado esto él mismo,
Hirata se acercó a ella.
“¡!”
Mii-chan se congeló,
recordando los eventos que habían tenido lugar el día anterior.
Al ver su reacción, Hirata
sinceramente agachó la cabeza para disculparse.
“Buen día, Mii-chan. Siento
mucho lo que pasó ayer. Te he hecho algo horrible.”
“¿…Eh?”
Las palabras de disculpa de
Hirata estaban llenas de emoción.
“Y te ignoré a pesar de que
fuiste hasta la luna y de regreso tratando de consolarme. Lo siento mucho.”
“E-Eso es, uhm… yo…”
No sólo Mii-chan, toda la
clase se había quedado sin palabras ante el repentino cambio de comportamiento
de Hirata.
“A todos también… ¡Buen día!”
Hirata había venido a la
escuela con una sonrisa tan radiante y llena de energía que sus acciones
pasadas se sentían como nada más que una alucinación.
“¿H-Hirata-kun?”
“Estoy bien ahora. En serio,
todo está bien.”
Conforme hablaba, le aseguró a
Mii-chan con una dulce sonrisa en su rostro. Luego, giró y le dedicó una
reverencia a toda la clase.
“Puede que sea demasiado tarde
a estas alturas, pero… si están de acuerdo todos, me gustaría hacer lo que
pueda para ayudar a la clase otra vez de hoy en adelante.”
Hirata habló sin levantar la
cabeza.
Por varios segundos, todos,
chicos y chicas por igual, intercambiaron miradas entre sí, incapaces de
comprender lo que acababa de pasar.
Pero—
“¡¡Hirata-kun!!”
Al principio, unas pocas
chicas se apresuraron hasta Hirata, pero poco después, había quedado rodeado
por la mayoría de sus compañeros de clase.
Frente al muy esperado regreso
de Hirata, cada estudiante de la clase estaba tocando el cielo con las manos.
“¿Qué sucedió?”
Horikita giró y me preguntó.
Había permanecido en su asiento, incapaz de encontrarle sentido a la escena que
se desarrollaba frente a ella.
“Te dije que era un esfuerzo
colectivo, ¿no?”
“Eso es… verdad, pero… ¿no
crees que podría estar forzándose a sí mismo?”
“¿Es eso lo que parece para
ti?”
“Bueno, supongo que no.”
“Personas diferentes se toman
cantidades diferentes de tiempo para superar algo. En el día después de meterse
en una gran pelea, la mayoría de la gente tiende a llevarse bien entre sí como
si nada hubiera pasado en primer lugar.”
Las relaciones humanas eran
así.
Después de aceptar una cálida
bienvenida de parte del resto de la clase, Hirata giró y se aproximó a su
oponente final, Horikita.
“Buen día, Horikita-san.”
Miró a Horikita con ojos
claros y honestos.
“S-Sí. Buen día.”
Quizás Horikita estaba
sacudida por cuán inesperadamente radiante se encontraba Hirata ahora mismo.
“No creo que estuviera
equivocado durante el desafío de la clase el otro día.”
“…Ya veo.”
“Pero… creo que tú no estabas
equivocada tampoco. O, no, debería decir que lo que hiciste fue correcto.”
Esto era algo que él
simplemente no podía aceptar en ese momento.
Pero ahora, había llegado a
aceptarlo.
“Sólo no me di cuenta en ese
momento.”
“¿Te golpeaste la cabeza o
algo? Estás completamente distinto hoy de como estabas ayer, y no parece que
estés fingiendo tampoco…”
A pesar de las sospechas de
Horikita, Hirata simplemente mostró una sonrisa tranquila.
“Voy a hacer mi mejor esfuerzo
para recuperar la confianza que perdí. Me gustaría que me pongas al día sobre
los detalles del examen especial luego.”
“Entiendo. Te daré una idea de
la situación y veré si estás o no a la altura de la tarea. ¿Estás de acuerdo
con eso?”
“Sí. Por supuesto.”
Hirata extendió su mano como
una noción final de reconciliación, la cual Horikita tomó y aceptó.
Después de eso, Hirata una vez
más fue inundado por sus pares, uno tras otro. El salón se había vuelto tan
brillante y animado que era difícil imaginar que había estado inmerso en una
atmósfera tan lúgubre y negra hace sólo unos minutos.
“En cualquier caso, supongo
que esto significa que finalmente estamos listos para enfrentar el examen
especial.”
“Supongo.”
Sería justo decir que el
regreso de Hirata era el mejor apoyo que la Clase C podría pedir.
Kouenji, por el otro lado, era
el único que no lucía afectado por esto.
Traductor al
Inglés: Graze, Heero, Liam,
Hina, y Reg (Confused Translations)
Traductor al Español: nahucirujano
Corrección: nahucirujano
Traductor al Español: nahucirujano
Corrección: nahucirujano
gracias por la traducir
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