Capítulo 4

Capítulo 4 – La venganza de nuestro primer amor se completa



*



Había pensado mucho durante esos diez días. Sobre por qué el primer amor era tan especial.

Para empezar, las cosas que se hacen por primera vez eran especiales.

Había condecoraciones galardonadas a los nuevos descubrimientos científicos, mientras que el primer amanecer de Año Nuevo era considerado un evento propicio.

Era fácil considerar a la primera vez de cualquier cosa, no sólo del amor, como algo especial. Y como fue escrito en muchas historias, el primer amor usualmente era visto como uno de los eventos especiales que ocurrían en la vida de una persona.

Apilando esas cosas especiales una sobre la otra, el primer amor se distinguía entre las extraordinarias. Quizás era natural que el primer amor sea algo tan importante.

“Yo, Sueharu. ¿Todo preparado?”

La entrada de la escuela estaba decorada con el espíritu del festival cultural. Enclaustrado en su fachada, había un letrero creado por el consejo estudiantil con palabras enérgicamente escritas, un elemento usado cada año.

“Supongo.”

Fue a través de esa entrada de la escuela que Tetsuhiko y yo pasamos.

Hoy era el día del festival cultural. Como resultado del “Festival de la Confesión”, la Preparatoria Hozumino se sumergía en su propia y única atmósfera.

Cuando aparecía algún esudiante inquieto y nervioso podías estar seguro de que planeaba confesarse. Estaban preparándose para dar el paso y enfrentar la ridiculización pública de toda la escuela.

Esas almas no debían ser perturbadas. Sólo había que animarlas en silencio desde nuestros corazones. Esos hombres, eran los verdaderos protagonistas del festival cultural.

“¿…Oh?”

Puede que haya sido una coincidencia, o tal vez una inevitabildiad. Crucé miradas con Abe, quien acaba de terminar de hablar con un amigo.

Abe habló luego de esbozar una fría sonrisa.

“Qué, pero si es el dúo tontociable.”

“¿…? ¿Dúo… tontociable?”

Mientras en mi mente surgían signos de interrogación, Tetsuhiko respondió primero.

“Encantado de conocerte. Soy Kai Tetsuhiko, el despreciable. Wow, es un honor que conozcas no sólo a Sueharu, sino también a mí.”

“¡¿Qué quieres decir con que eres el despreciable?! ¡¿Eso significa que yo soy el tonto?!”

Tetsuhiko parpadeó por un segundo, y luego suspiró.

“¿Huh? ¿No lo notaste?”

“¿Qué, se supone que ese nombre es popular o algo?”

Pregunté, al tiempo que Abe rió furtivamente.

“Sólo una pequeña parte… de los habitantes lo saben.”

“¡¿No es lo mismo que decir que es súper famoso en la escuela?!”

“¿Oh, por fin te das cuenta? Bien por ti, al menos no fuiste tan tonto como para que se tte pase eso.”

“Bien por ti, Sr. Tonto. Senpai está elogiándote, ¿sabes?”

Hice a un lado los brazos de Tetsuhiko que intentaron palmear mis hombros, y luego aferré mi cabeza con los míos.

“¡En serio, ¿podrían cortarla?! ¡No tengo la misma resistencia mental que ustedes, esto me está deprimiendo mucho, ¿okey?!”

“Sólo ríndete, amigo—esto es la realidad.”

“¡Ah—, ah—, no puedo escucharte—! ¡No puedo escuchar lo que no existe—!”

Los ojos de Abe se entrecerraron mientras me miraba con desdén conforme yo trataba de apartar los míos de la realidad. Su mirada desdeñosa encendió brasas de furia en mi pecho.

“Jeje, sigue escapando de la realidad si lo necesitas. Hm, sí, tal vez sería mejor si lo hicieras.”

“¡¿Qué acabas de decir—?!”

“Porque hoy, creo que habrá algo que hará que quieras escapar de la realidad aún más. Tanto como sea posible, me gustaría que lo veas, pero bueno, no soy un demonio. Sería sabio de tu parte escapar ahora con la cola entre las piernas.”

Había algunas pocas chicas atravesando la entrada de la escuela. Abe probablemente pensó que ser escuchado afectará a su popularidad, ya que se acercó y susurró en mi oído.

“Vamos, deberías irte mientras aún puedes, Sr. Tonto—”

En serio, era increíblemente condescendiente. Su nítido exterior hacía que su disposición sea peor.

Argh, ¿cómo se supone que ponga mis sentimientos en palabras?

…Oh, así eso. Eso funcionará. Es lo que me gustaría decir.

Sujeté la muñeca de Abe conforme trató de alejarse mientras susurraba, y lo obligué a girar hacia mí y a encararme.

“Abe-senpai.”

Le mostré la mirada más desdeñosa que pude a cambio de toda la humillación que había sufrido antes. Pinché mi nariz y mascullé con mis labios insolentemente como lo haría un hooligan de tercera.

“Espera con ansias al ‘Festival de la Confesión’ de hoy. —Voy a hacerte llorar.”

Abe se quitó de encima mi brazo y se lamió los labios.

“Eso digo yo, ex actor prodigio, Maru Sueharu-kun.”

Abe se fue con una sonrisa burlona en su rostro.

Conforme me quedé observando la espalda de Abe, Tetsuhiko posó su codo en mi hombro.

“No perderemos, Sueharu.”

“Por supuesto. Nunca tuve intención de perder.”

Y así, el telón de mi festival cultural se levantó.



*



El “Festival de la Confesión” constituía el final del festival cultural—una parte del programa para la ceremonia de cierre. Por esa razón era una certeza que toda la escuela estará allí para verlo.

Los participantes iban a reunirse al menos media hora antes de la ceremonia de cierre en el salón del consejo estudiantil.

No había necesidad de pasar una entrevista. Cualquiera podía participar, planeado o no.

Las ventanas del salón del consejo estudiantil estaban obstruidas por cortinas negras durante el festival cultural, permitiendo que la gente pueda entrar sin que los demás lo sepan.

Era un patrón común en años pasados que alguien comente “¿Huh, a dónde se fue?” durante la ceremonia de cierre, sólo para descubrir que la persona en cuestión se había unido secretamente al Festival de la Confesión.

Los candidatos escribían sus nombres y clases en el salón del consejo estudiantil, para que un maestro de ceremonias designado por el consejo estudiantil lo lea.

Más allá de eso había una columna de comentarios para que la gente mencione lo que pretendía hacer. Los miembros del consejo estudiantil que dirigían el “Festival de la Confesión” hacían su mejor esfuerzo para autorizar lo que se escribía ahí. Nominalmente cada persona tenía un tiempo límite de 5 minutos, y cualquier cosa que puedan hacer dentro de ese tiempo era básicamente justo.

Aun así—

“No tengo nada que hacer hasta entonces…”

“Ooh, entonces estás libre, Haru…”

Mientras permanecía junto a la ventana mirando al exterior, Kuroha, quien estaba vistiendo un mini kimono, murmuró mientras la vena en su sien se abultaba.

“¿No ves las cinco órdenes que acaban de llegar…?”

“Perdón, me pondré a trabajar de inmediato.”

Empecé a triturar granos de café en pánico.

Mi clase, 2-B había decidido presentar un “Café Japonés”.

Establecimientos que le debían su popularidad al hecho de tener anfitrionas mujeres eran comunes, como se evidenciaba por los cafés de cosplay y de maids de años pasados. Pero no era extraño tener una batalla de los sexos en dicha categoría, donde al final los chicos terminaban perdiendo de manera extremadamente dolorosa.

Así, los chicos de mi clase habíamos reunidos nuestra sabiduría colectiva y sugerimos hacer un “Café Japonés”.

La temática japonesa no obligaba a las chicas a hacer cosplay. Pero las chicas estuvieron de acuerdo luego de reunirse y tener sus propias discusiones, sabiendo que los chicos también usarían, por ejemplo, jinbei (1) o kinagashi (2) como ropa japonesa apropiada. La decisión se tomó con una oposición inusualmente ausente.

Desafortunadamente, el representante de la basura de la clase, Kai Tetsuhiko, y sus camaradas basura habían reclamado más.

Como resultado, los atuendos de las chicas habían sido secretamente estandarizados a mini quimonos, esperando al momento crucial el día de hoy.

Cómo desearía que hubieras podido verlas. Esos muslos radiantes y deslumbrantes.

No podrías haberlos visto con un traje de maid. Quiero decir, ¿la falda larga no los ocultaría básicamente? Los kimonos preparados eran obras maestras que terminaban a más de diez centímetros por encima de las rodillas. En términos de exposición era una clara victoria para los mini kimonos. También fue una victoria para nosotros los chicos, e implicaba un buen movimientos de gente en el café.

“¡Shida-san! ¡Por favor déjame tomar una fotografía!”

“Perdón~. Tomar fotos va estrictamente en contra de las reglas. Originalmente iba a estar permitido, pero… los chicos se pusieron un poco locos con la selección de ropa así que…”

“¡Eek!”

El invitado que había pedido la foto soltó un agudo chillido. Si no me equivocaba estaba en el club de tenis y en la clase de al lado… Ya veo, entonces no sabía cuán aterradora podía ser Kuroha. Esto probablemente le haya dado una buena lección.

“¡Eso no es justo! Dijimos que no, pero Maru dijo que lo hagamos…”

“¡Exacto! Traté de detenerlo, pero Maru se impuso—”

Los chicos a mi lado a cargo de preparar las bebidas asintieron al unísono.

Con ambas manos procedí a estrangular sus cuellos.

“¿Huh? ¿Cómo resulta ahora que es mi culpa? Será mejor que no traten de quitarse la responsabilidad, ¿oyeron?”

Ambos fruncieron el ceño para luego quitarse de encima mis brazos y dirigieron sus rostros acusadores contra mí, casi chocando sus cabezas en el proceso.

“¿Huh? Imbécil, ¿ya lo has olvidado?”

“¡¿Quién fue el se saltó los preparativos porque tenía otras cosas que hacer, huh?!”

“¡Es por eso que te cargamos toda la responsabilidad a ti! Bueno, supongo que fue gracias a ti por sumarte que el as de nuestra clase Shida-san dijo que no podía evitarse y que deberíamos pensar en positivo, sí que todo salió bien.”

“¡Si Shida-san no hubiera persuadido a las otras chicas, casi todas ellas no hubieran participado! ¡Será mejor que estés agradecido!”

“¡Exacto! ¡Al menos haz tu parte, estúpido!”

Es-Estos chicos eran basura… ¡¿Cómo pueden decir que las cosas fueron mi culpa porque no estaba presente…?!

Pero bueno, al menos ahora lo sabía. El éxito sólo se había logrado en relación a Kuroha perdonando mi crimen. La sociabilidad y popularidad de Kuroha eran innegables.

Por ende, hasta cierto extremo me sentí comprometido a compartir la culpa, pero—

“Pero sólo recuerdo decir que ‘asumiría mi parte de la culpa’, saben.”

“¿De qué estás hablando, estúpido? Kai dijo que tuvo tu reconocimiento.”

“…Okey, ahora sé a quién matar.”

¡Tetsuhikooooo! ¡Ese sujeto es un verdadero pedazo de mierda…!

“¡De acuerdo, ¿dónde está Tetsuhiko?!”

“Está en el segundo grupo, obviamente no está cerca.”

La clase estaba dividida en grupos del 1 al 3, cada uno a cargo por un período de dos horas.

Yo estaba en el primer grupo a cargo desde las 10 hasta las 12. También Kuroha. Parece que Tetsuhiko había sido asignado al segundo.

Y por otro lado, Shirokusa—ooh… había sido asignada al tercero.

…Bueno, la trama no tenía líneas para que yo dijera, y aunque había hablado un par de veces con Shirokusa desde que la recibí, no es como si hubiéramos tenido conversaciones muy significantes, ¿sabes? Quiero decir, éramos compañeros de clase, ¿no? ¿Debería ir y echar un pequeño vistazo porque sí?

“¡Vamos, haru! ¡Date prisa y mueve esas manos!”

“¡Sí, sí!”

La orden de Kuroha puso a todos a trabajar. Desde atrás del mostrador divisé a Kuroha atendiendo a los clientes.

El ver cada suave movimiento de su cabello semilargo trenzado me transmitía la agradable euforia de una trabajadora. El kimono rosa que vestía encajaba extremadamente bien con Kuroha quien era como un pequeño animalito, y en términos de ternura ella superaba por mucho a las otras chicas. Naturalmente también era la más solicitada por los visitantes.


Las especificaciones de mi amiga de la infancia eran absurdamente altas. Se encontraba al nivel en que yo también me hubiera sentido asombrado de sólo hablar con ella si no fuera mi amiga de la infancia.

“Aquí tienes, Kuro. Tres cafés.”

“Okey.”

Kuroha vino al mostrador para llevarlos.

Y cuando lo hizo, Kuroha, de 148cm de altura, se paró en puntas de pie para acercarse a mi oído.

“Entonces, ¿qué piensas? ¿Me veo bien?”

Sonrió con todos sus dientes como para reír de manera coqueta.

Respondí mientras apartaba mi rostro.

“Si debo ser honesto… te ves muy linda.”

“Oh, mm… es un poco vergonzoso oírte decir eso tan francamente…”

Mierda, ella es jodidamente linda.

Pero por supuesto la había rechazado, y encima después hice que finja salir conmigo—rayos, una sensación de culpa me invadió por dentro.

Pero ese remordimiento acaba hoy. Nuestra ambigua relación también había seguido su curso.

“¡Ma-ru-ku-n! ¡Sólo porque estén saliendo no significa que puedas coquetear en clase, okey!”

“¡Culpableeeee! ¡Eres culpableeeee!”

“¡Perro sinvergüenza! ¡Nuestra organización para a apalearte!”

Me encontré rodeado y arrebatado por varios alumnos mientras Kuroha se dirigía a atender a los clientes.

En serio. Nuestra clase tenía demasiado fanáticos, ¿huh?

En algún punto luego de correr constantemente, negociar, y contraatacar, dos horas pasaron y el turno del primer grupo terminó.

“Yo, buen trabajo.”

Tetsuhiko, quien había intercambiado lugares conmigo, levantó su brazo para saludar.

“Date prisa y desvístete, socio. Voy a usar ese kinagashi.”

Le di mi garra de hierro.

“Mira, amigo… voy a tener que hablarte sobre cómo la elección de la ropa de las chicas terminó siendo completamente mi culpa…”

“Olvida eso y echa un vistazo afuera. Alguien vino a verte.”

“¿Heh?”

El pulgar de Tetsuhiko apuntó al área de estacionamiento de bicicletas.

Nuestra clase 2-B estaba en el segundo piso, con una perfecta vista de dicha área directamente debajo de las ventanas.

Allí se encontraba un chico vistiendo una capucha sobre su cabeza. Su rostro estaba oscurecido, pero podía notar que sus rasgos eran bien proporcionados. Era un chico apuesto, como el principesco Abe o el frívolo Tetsuhiko, pero de manera distinta. Probablemente era mejor describirlo como un hombre andrógino hermoso.

Me preguntaba quién era. Pero entonces reconocí esa mirada, que era como la de un cachorrito abandonado, de alguna otra parte.

El chico y yo cruzamos miradas, y él empezó a manejar su teléfono con sus ojos aún sobre mí.

Mi teléfono sonó. ¿Qué, acaso Tetsuhiko le dio mi número sin mi permiso?

Con algo de disgusto atendí la llamada del número desconocido.

“Hola, ¿quién eres?”

“Ha pasado tiempo… Suu-chan.”

No había sido llamado así por años. Mi cerebro tuvo que dar varias vueltas para encajar mis desordenados recuerdos hasta que finalmente di con la respuesta correcta.

“¿Eres… Shirou?”

Shirou sonrió de inmediato como un perro fiel.

“…Así es. Lo recordaste, Suu-chan. Me alegro.”

Era mi fan autoproclamado mientras trabajé como actor, y el hijo de un patrocinador. Era alguien con quien me había llevado bien y jugado en el pasado, una persona a quien le prometí actuar alguna vez en una historia que él escriba—un amigo muy extrañado.

Por fin nos habíamos encontrado después de 6 años.

“No puede ser…”

El color del rostro de Kuroha cambió.

“Haru, espe—”

“Ups, voy a tener que pedirte que te detengas, Shida-san.”

Tetsuhiko sujetó el brazo extendido de Kuroha.

“¿Por qué no observamos por un minuto? Me interesa ver cómo marchará esto.”

“Tetsuhiko-kun… Cuánto has…”

Sin ser consciente de aquella conversación, mi voz quedó abrumada con deleite por nuestra reunión.

“¡Sí, ha pasado tiempo! ¡¿Cómo has estado?! ¡Ya que estás aquí, ¿por qué no subes?! Tenemos un Café Japonés aquí, y todos los chicos son perdedores, pero te lo aseguro, la ropa de las chicas es para morirse, ¿sabes?”

“Oh, no, no puedo lidiar con las multitudes… si es posible me gustaría hablar contigo en algún lugar menos llamativo…”

Ahora que lo pienso, Shirou solía ser un hikikomori. No sabía que había logrado romper con ese estilo de vida, pero como un apuesto hombre andrógino sería muy fácil para él llamar la atención. Probablemente no fue sabio de mi parte pedirle que venga.

“…Perdón. No me di cuenta. En ese caso deberías seguir caminando directo hasta el edificio escolar y subir al piso más alto. La azotea está por encima del tercer piso y ha sido cerrada, así que no creo que haya nadie allí.”

“Okey, entendido.”

Corté la llamada.

Cargado con entusiasmo por reunirme con un amigo, rápidamente me cambié y le entregué la ropa a Tetsuhiko.

“Aquí tienes. Por cierto Tetsuhiko, por favor no vayas por ahí dándole mi número a cualquiera que lo pida. No hay problema esta vez porque resultó ser mi amigo de la infancia, ¿pero qué se supone que haga si algún sujeto raro lo consigue?”

“Bueno, yo no le di tu número a él.”

“¿Hm?”

¿De qué estaba hablando? ¿Había alguna clase de truco? ¿Tetsuhiko no se lo dio directamente a Shirou, sino que lo pasó por medio de un intermediario?

De cualquier manera, no importaba. Lo importante era no hacer esperar a Shirou en un lugar que no conocía.

Dejé el salón, subí las escaleras que me llevan a la azotea. La azotea en sí había sido sellada, mientras que el espacio en frente de la puerta que llevaba allí se había convertido en un área de almacenamiento. Probablemente las únicas personas que podrían aparecer eran miembros del consejo estudiantil para llevarse mesas guardadas para algún evento.

Esperé y Shirou subió las escaleras.

“Ooh, eres Shirou después de todo.”

No podía ver su rostro claramente en la oscuridad dentro de la entrada a la azotea, pero su apariencia y comportamiento coincidían con los de mi memoria.

Shirou se detuvo y permaneció donde las escaleras doblaban, susurrando con sus ojos aún ocultos en su capucha.

“Ha pasado tiempo, Suu-chan.”

¿…Huh? ¿Shirou siempre había sido así de delicado?

A pesar de su resistente anorak y pantalones, podía ver que sus muñecas y sus tobillos lucían extremadamente elegantes junto a su fino cuello.

Perturbado, comencé a bajar las escaleras para acercarme más, pero fui interrumpido por Shirou diciendo “Suu-chan, detente.”

“¿Qué sucede?”

“…Bueno, sólo estoy un poco nervioso porque no te he visto en mucho tiempo, mantengamos esta distancia.”

Era una persona que decía algunas cosas bastante extrañas. ¿Quizás aún vivía como hikikomori?

Ah, bueno. Todos tienen sus propios problemas. Además, si sólo hablábamos a esta distancia era suficiente.

“De todos modos, Shirou, en serio viniste hasta aquí. Gracias. Estoy muy feliz de que lo hayas hecho.”

“Ah…”

La expresión de Shirou pareció brillar luego de oír esas palabras.

“…Mm, esperaba que dijeras eso. Temía que me hayas olvidado, y que me trataras como una molestia.”

“Oh no, nunca haría eso.”

“Pero Suu-chan, dejaste de actuar, y no viniste a verme… me preguntaba si tal vez te habías olvidado de mí o si ya no te agradaba más.”

“Ooh~…”

Me golpeé la frente.

“Eso fue mi culpa. No era como si te odiara o me hubiera olvidado de ti.”

“Entonces… ¿por qué?”

Le conté brevemente sobre el accidente en el que mi madre murió.

“Por eso, de alguna manera pudimos terminar de filmar el drama, pero después de eso ya no pude actuar más. Fue porque dijiste que eras mi fan, ¿sabes? Yo sólo, sabes, me sentía mal, sentía que ya no podía verte a los ojos. Tu papá era un patrocinador, así que pensé que ofrecería llevarme y traerme a tu casa si yo dicídía ir, haciéndolo difícil para mí… pero quizás esó sólo fue una excusa. Prometimos que tú escribirías una historia, y que yo actuaría en ella, pero— ¿…Eh—?”

Shirou estaba llorando.

Quizás él mismo no se dio cuenta. Sus ojos estaban totalmente abiertos, mirándome conforme grandes lágrimas caían de ellos.

“Recuerdaste nuestra promesa…”

“¿Heh…?”

Lo que había dicho fue demasiado bajo para que yo pueda oírlo, y cuando inadvertidamente le hablé a Shirou, rápidamente se limpió las lágrimas con sus mangas.

Pensando que dije algo de mal gusto, cambié de tema.

“¡Err, oh cierto! ¿Cómo has estado desde entonces? ¿Vas a la escuela?”

Shirou secó cuidadosamente sus lágrimas con un pañuelo antes de responder con su cabeza colgando un poco.

“…Sí. Ya no pude verte más, Suu-chan, así que regresé por un tiempo.”

“¿No te acosaron?”

“Sí.”

“¡¿E-En serio?! ¡¿Estuviste bien?!”

“Sí, estuve bien. Ya no perdí más. Porque decidí volverme fuerte hasta la próxima vez que te viera a ti, Suu-chan.”

Era un poco difícil de creer para mí que había logrado influir sobre él de esa forma. Parece que mi antiguo yo había sido una persona diferente y mucho más impresionante que el tipo mediocre que era ahora.

“¡Eso es grandioso! ¡Son grandes noticias!”

“Pensé que debía eliminar mis defectos para que no me acosen. Así que estudié, y me esforcé por ser mejor en deportes a pesar de que no era bueno en ellos… y al final aún no puedo dominarlos. Pero puse esfuerzo en escribir historias más que nada. Para alcanzar tu nivel, Suu-chan, seguí trabajando y trabajando… hasta que el año pasado, mi duro trabajo finalmente fue reconocido.”

“¿Reconocido…? ¿Quieres decir que hiciste tu debut literario, o…?”

Shirou cerró los ojos.

“…Sí, bueno, algo así.”

“¡Eso es impresionante! ¿Cuál es el título del libro?”

“……”

Shirou permaneció en silencio, con sus ojos todavía ocultos. Parecía titubear, evitando hablar cuando estaba a punto de hacerlo, y este patrón se repitió dos veces hasta que por fin emitió un sonido.

“He estado siguiéndote todo este tiempo, Suu-chan.”

“…Ah, sí.”

“Todo este tiempo, no quería nada más que el que tú me reconozcas, Suu-chan.”

“…O-Oh.”

“Intenté… e intenté… estudié… entrené… y me esforcé cómo volverme más linda…”

“¿…Huh? ¿Lin… da…?”

Estaba seguro de que Shirou estaba mirándome fijo en el instante que alzó su cabeza, antes de que él se sacara la capucha.

Un cabello negro largo hermoso bailó en el aire.

¿…Cómo no pude darme cuenta?

Cuando lo rememoraba ahora, los rastros estuvieron allí. Sus auras habían sido similares.

Shirou había sido miedoso. Pero hubo ocasiones en que había fingido ser duro y proyectaba un aura para alejar a los demás.

Sí, el aura que Shirou había emitido cuando ponía cara de valiente—era exactamente la misma que la de Kachi Shirokusa.

“Err, Shirou… ¡¿Huh?! ¡¿Kachi…?!”

“Así es. Yo soy ‘Shirou’. Es como terminaste llamándome por error al escuchar a mi padre llamarme ‘Shiro’, Suu-chan. El ‘Shiro’ en ‘Shirou’ es el ‘Shiro’ en ‘Shirokusa’. He querido verte durante tanto tiempo, Suu-chan… Aunque la verdad es que, ya nos hemos visto.”

Mi mente se quedó en blanco.

Era un verdadero idiota. Haber confundido a una chica con un chico. Especialmente cuando esa chica había sido Shirokusa.

“Gané el premio Akutami… Suu-chan. He escrito… una historia suficientemete digna para que tú actúes en ella. Entonces, ¿me he vuelto linda ahora? Hice mi mejor esfuerzo por la frustración que sentí al ser vista como un chico, y también porque quería que me reconozcas, Suu-chan. Incluso me tomé fotos de huecograbado. ¿Lo sabías?”

“P-Por supuesto que sí…”

Cada una de sus palabras perforó mi pecho.

Podrán ser palabras individuales—pero dentro de cada capa acumulaban una enorme cantidad de duro trabajo, mezclado con el aroma del sudor de años de formación y determinación.

“Fui a la misma escuela que tú, Suu-chan, porque quería que me elogies. Pero—”

No tenía recuerdos de tal incidente. Pero Shirokusa probablemente sí.

Kuroha y yo riendo mientras volvíamos a casa de la escuela. Shirokusa presente esperando a que la note—sólo para que yo pase de largo.

Sí, tal escena probablemente había ocurrido.

“—No estuve feliz en absoluto.”

En mi increíble culpa, inconscientemente agaché la cabeza.

“Perdón… por no haberlo notado…”

“…No, está bien.”

Secándose las mejillas manchadas con lágrimas, Shirokusa sonrió un poco.

“Era imposible que pudiera evitarse. Tú renunciando a tu carrera como actor, no darte cuenta de quién era yo—ahora sé que nada de eso podría haberse evitado, Suu-chan. No me arrepentería de hacer algo mientras haya hecho mi mejor esfuerzo, incluso si fallara por tener mala suerte. Estaba enfada con Dios por ser tan indifernete, pero lo he perdonado. Porque nuestra promesa… tú la recordaste.”

La sonrisa de Shirokusa tenía un poco más de timidez que la de Shirou.

Me resultó—extraordinariamente adorable y hermosa.

Latido, latido, palpitaba mi corazón conforme se intensificaba. Mi corazón, que se había rendido una vez y fue consumido por las brasas de la venganza, ahora había sido avivado por un tipo distinto de fuego.

El corazón no era algo que podía controlarse si la mente lo deseaba. Ya que en primer lugar el corazón nunca operaba con la razón.

“Entonces, Suu-chan. ¿Está bien si sigo llamándote ‘Suu-chan’ de ahora en adelante?”

“¿Heh?”

“He estado llamándote ‘Maru-kun’ ya que no parecías recordarme, Suu-chan, pero creo que para mí siempre serás ‘Suu-chan’.”

“Oh, ooh, por supuesto.”

Honestamente era muy vergonzoso ser llamado de manera tan informal por una belleza fría como Shirokusa era considerada a veces.

“Pero en cuanto a mí, me gustaría que dejes de llamarme Shirou. Ahora que sabes que soy una chica.”

“Por supuesto. ¿Cómo debería llamarte entonces?”

“—Shiro.”

La respuesta de Shirokusa fue inmediata.

“Me resulta un fastidio escucharte llamar a Shida-san ‘Kuro’ desde hace mucho tiempo.”

“¿Eh?”

Sentía que acababa de escuchar algo increíblemente aterrador…

“Si ella es ‘Kuro’, debería estar bien que me llames ‘Shiro’. Al menos eso es lo que pensaba, tal vez por eso es que quiero que me llames ‘Shiro’.”

“Oh, ooh… ¡de acuerdo! ¡De ahora en adelante te llamaré ‘Shiro’!”

“Sí, por favor hazlo, Suu-chan.”

Wow, es tan linda.

Pero al mismo tiempo sentía que acababa de ver un lado suyo aterrador. Más importante, si llamaba ‘Shiro’ a la Shirokusa que todos temían… ¿qué será de mí entonces?

“Pero sabes, Kachi…”

“Shiro.”

El nombre que usé sin pensarlo recibió un regaño inmediato.

Pero no era aterrador en absoluto. De hecho era adorable. Shirokusa infló sus mejillas, mostrando su insatisfacción notablemente.

Siempre se había mostrado a sí misma como una belleza fría, ¿entonces qué provocaba esa diferencia aquí?

¿No podría ser que Shirokusa en realidad era increíblemente afectuosa con las personas que ella consideraba cercanas?



—Pensé que debía eliminar mis defectos para que no me acosen.



Ooh, ahora entendía. La falta de coraje de Shirokusa la convertía en objeto del abuso. Por esa razón, para ocultar sus defectos, se había fortalecido a sí misma durante mucho tiempo. Para evitar mostrar debilidad su expresión nunca cambiaba, y proyectaba un aura digna y segura de sí misma.

Con el fin de lidiar con la molesta estudiante que le había pedido sus apuntes, por ejemplo, Shirokusa había tomado acciones que uno podría considerar como excesivas. Fueron un acto de feroz resistencia por parte de alguien que en el pasado había experimentado abuso y que dejó de asistir a la escuela, y como resultado ya no quería perder. Sabiendo ahora que Shirou y Shirokusa eran la misma persona, lo anterior era fácil de aceptar.

“Perdón, debería haber dicho ‘Shiro’.”

“Sí, eso está bien. Así es como quiero que me llames.”

Shirokusa estaba cerca. Sentía que nos habíamos vuelto más cercanos, no física sino emocionalmente.

Shirokusa había ocultado el hecho de que era Shirou durante mucho tiempo. Ya que el secreto había salido a la luz, tal vez ahora podía ser honesta conmigo. Sin embargo—

“¿Por qué?”

“¿Hm?”

Shirokusa inclinó la cabeza a un costado.

“Bueno, has sabido sobre mí todo este tiempo sin revelarte, ¿cierto, Shiro? ¿Entonces por qué ahora? Quiero decir, estoy feliz por supuesto, pero no entiendo por qué elegiste este momento en particular para hacerlo.”

“…Sí, supongo que puedo imaginar que no verías las cosas a mi manera, Suu-chan.”

Shirokusa hizo un movimiento como para doblar sus brazos, pero quedó rígida antes de dejar caer sus manos a los costados. Parece que con el fin de hacer cross-dressing como varón, se había visto obligada a vendar apretadamente su pecho.

Shirokusa originalmente estaba bien dotada. Su anorak ocultaba el abultamiento, pero comprimirlo hasta ese extremo debe haber sido un gran desafío. A pesar de su esfuerzo, mirando con atención pude discernir un bulto, y sabía que allí se encontraba algo terriblemente erótico.

Las mejillas de Shirokusa se tiñeron de escarlata y me dio la espalda.

“Si debo ser honesta… estaba bastante enfadada.”

“¿Quieres decir porque no noté que eras Shirou, Shiro?”

“Sí.”

“Bueno, era de esperarse supongo…”

Shirokusa siguió hablando con su rostro oculto y su espalda hacia mí.

“Verás, no había escuchado sobre tu madre en aquel entonces. ¡¿Por qué no podías ver quién era?! ¡Idiota! ¡¿Acaso quieres que te meta agujas debajo de las uñas…?! Esas eran algunas de las cosas que pensaba.”

“Okey, espera un minuto. Esa última parte es demasiado aterradora.”

¡Ese era un método de tortura genuino, ¿cierto?! ¡Esa que apareció por un instante era la Shirokusa que odiaba a los chicos!

“Pero entonces leíste mi novela, me hiciste muy feliz cuando le dedicaste tan gran elogio, y luego también hubo ocasiones en que me enfadaba y sentía que eras un perdedor por no venir a hablarme en clase, haciéndome pensar regularmente que debería eliminarte…”

“¡Voy a deprimirme si me llamas perdedor tan casualmente, ¿sabes?! ¡Y en serio, por favor no me mates!”

“…Pero no pude contenerme luego de oír que ibas a actuar otra vez en el festival cultural de este año. Estaba tan emocionada que terminé de escribir el argumento ese mismo día.”

Shirokusa echó un vistazo por un momento para ver cómo estaba reaccionando yo, para luego oscultar su rostro otra vez tan pronto como su mirada se cruzó con la mía.

Con los restos de Shirou impuestos sobre ella, Shirokusa de repente lucía como un perro. Como Shirou ella se parecía a un cachorrito abandonado, pero con el paso del tiempo tal vez se había mezclado un poco de su lado como lobo, dotándola de un aura orgullosa. Proyectaba la imagen de un perro orgulloso que no se encariñaba con nadie más que su dueño.

Tan leal como era, ¿estuvo lo suficientemente emocionada como para terminar de escribir el argumento en un solo día simplemente después de escuchar que yo iba a actuar? Era como si estuviera moviendo la cola enérgicamente de lado a lado de un modo increíblemente adorable.

“Fue más tarde cuando me enteré de por qué dejaste de ser actor, ¿no? Hice algo de reflexión después de eso. Me había equivocado al asumir que eras una persona fría, Suu-chan. Me di cuenta de que todo había sido inevitable, y que cuando se diera la oportunidad pensé que debía contarte todo.”

“Entonces eso fue… hoy, ¿huh?”

“Sí. Pensé que no te convencería a menos que me mostrara haciendo cross-dressing como Shirou… pero más importante, hoy me dijeron que por fin habías vuelto a la vida, Suu-chan.”

La ansiedad me invadió. Sentí el brillo y la presión del escenario hasta las puntas de mis dedos, y todo mi cuerpo se estremeció.

“¿Cuánto planeas apegarte a la trama que escribí? Creo que lo único que dijiste es que ibas a usarlo como referencia.”

“Eso es… un secreto.”

Shirokusa giró. Luego mirándome directamente, respondió.

“Entonces déjame preguntarte una sola cosa. ¿Por quién—estás haciendo esto?”

Shirokusa me imploró con sus ojos. No podía discernir qué significado cargaban, sólo que estaban observándome de manera importante.

“Estás saliendo con Abe-senpai, ¿cierto?”

“¿Y?”

Shirokusa frunció el ceño, expresando su enfado.

“¿Qué pasa si así fuera?”

“—Sólo espera con ansias a lo que vendrá.”

Ante mi innegabe sonrisa Shirokusa pareció responder con moderado asombro.

“Es tu argumento combinado con mi actuación. Voy a provocar tanto caos como pueda.”

Tan pronto como dije eso fue que Shirokusa alzó la vista al techo, quizás con exasperación, susurrando “Hace mucho tiempo que quería oír esas palabras,” conforme sonreía.



*



Shirokusa estaba en el tercer grupo a cargo del Café Japonés, por lo que hasta entonces tenía que cambiarse a su uniforme escolar.

Luego de que le dijo a Sueharu eso, él respondió “Hay algunas cosas que quiero pensar, así que me quedaré aquí por ahora.”

Por consiguiente, Shirokusa se puso la capucha sobre la cabeza otra vez, y se dispuso a bajar las escaleras sola.

Y al hacerlo—en el tercer piso encontró a Shida Kuroha esperando con su espalda apoyada contra la pared.

“…Como sospechaba, tú eras la personas a quien Haru llamó ‘Shirou’, Kachi-san.”

“Así que lo notaste.”

“Bueno, voy mucho a la casa de Haru. Lo descubrí por casualidad hace poco luego de que Haru me mostrara un álbum de fotografías.”

“¿…Qué intentas hacer, presumir?”

“Ooh, Kachi-san, entonces entiendes que estoy alardeando. No esperaba menos de una novelista.”

Las venas en la sien de Shirokusa se abultaron mientras Kuroha entrecerraba los párpados.

“Cierto, yo también tengo algo que decirte. Él va a llamarme ‘Shiro’ de ahora en más.”

“…Ya veo.”

Su voz parecía reverberar desde las profundidades de la tierra.

“Ahora que lo pienso, ¿no te llama ‘Kuro’ o algo así? Lo siento si eso te hacía sentir especial. Oh, por cierto, yo voy a llamarlo ‘Suu-chan’. ¿Celos?”

“No es como si esto fuera a determinar quién gana o pierde, ¿no tienes una mente un poco cerrada por pensar que has ganado por algo así?”

“…Hmmm. ¿Sabías que en las historias en general ser amiga de la infancia es una ‘bandera’ de derrota?”

“¿Así que mezclas la ficción con la realidad, Kachi-san? ¿Estás bien de la cabeza?”

“Jeje, jejeje.”

“Jaja, jajaja.”

Sus auras hacían que el aire alrededor tiemble, suficiente para palidecer rostros.

“¡¡Hmph!!”

Se dieron la espalda casi simultáneamente, y se alejaron en dirección opuestas sin mirar atrás.



*



Me senté en las escaleras un rato para recuperar el aliento después de separarme de Shirokusa, mientras empezaba a asimilar el impacto de descubrir que ella era Shirou.

Su confesión había explicado un montón de cosas que habían permanecido como un misterio hasta ahora.

Como por qué había sido tan reacia con sus alrededores, o por qué sólo me había tratado relativamente bien a mí, o por qué había venido después de terminar el argumento tan rápido… entre otras cosas.

Si sólo—quizás. Si quizás me hubiera dado cuenta que Shirokusa era Shirou antes de las vacaciones de verano, ¿cómo habría resultado nuestra relación? A diferencia de ahora… podríamos estar recorriendo el festival cultural como amantes—¿aunque no sería eso también posible en el futuro?

“…Qué estúpida fantasía.”

Sacudí mi cabeza y desterré esos pensamientos.

Aun así, ¿qué quiso decir cuando dijo eso?

“Estás saliendo con Abe-senpai, ¿cierto?”

“¿Y?”

Shirokusa obviamente había estado enojada. ¿Pero cómo debería haber interpretado su ira?

—No preguntes si ya conoces la respuesta. No tiene sentido que te confieses a mí ahora.

¿Sería correcto que vea ese significado en su enojo?

—Nuestra conversación estaba marchando bien, ¿por qué tuviste que decir algo para arruinar el ambiente?

Tal vez eso era más similar a cómo se sentía.

¿—Entonces no te vas a confesar a mí en el “Festival de la Confesión”?

Eso también era posible.

No sabía qué pensar, pero lo que era seguro era que Shirokusa tenía sentimientos fuertes por mí. Nuestras diferencias habían sido dejadas de lado, y en el presente no sentía hostilidad de su parte. Era confuso si lo anterior podía considerarse como amor, sin embargo.

“Si me confesara ahora funcionaría, ¿cierto?”

Al mismo tiempo también me sentía así.

Dijo que estaba saliendo con Abe, pero considerando lo mucho que se esforzó por mí, ¿no podría haber sido algo que hizo porque yo no me di cuenta que ella había sido Shirou?

Esa era otra conjetura posible, pero… no, siento que Tetsuhiko hubiera dicho algo más.

“Mira, sé que hicieron una promesa en el pasado, ¿pero por qué eso debería tener algo que ver con el amor? ¿No son dos cosas claramente distintas?”

¡Argh~, me lo podía imaginar totalmente diciendo eso! Y en general esas duras declaraciones solían reflejar la verdad.

Quiero decir, puede que haya tenido algo de gloria en el pasado, pero ahora sólo era un estudiante de preparatoria común. Abe era un actor apuesto y rico.

¿Acaso iba a ganar al ajustarle sus recuerdos? ¿No era eso un poco injusto?

Mientras consideraba esas cosas empecé a pensar que todo ciertamente tenía la posibilidad de ser el plan de Abe.

Aún no podía descartar la posibilidad de que una trampa nefasta estaba esperándome—en el caso que, como Kuroha había temido, si yo emergía victorioso en el Festival de la Confesión después de competir con Abe y me confesaba a Shirokusa, ella diga algo como “Me gusta Abe-senpai. Espero que desaparezcas, estúpido,” y me rechace rotundamente en frente de toda la escuela.

Si eso me sucede, quedaré traumado por toda la vida. Siento que perderé la confianza para seguir viviendo.

“Aun así, tengo que tomar una decisión de una forma u otra.”

Si quería doblegar a Abe tenía que asumir los riesgos y pasar a la ofensiva.

Además, ¿qué era lo que yo buscaba? ¿Venganza? O quizás—

Con mis pensamientos aún dispersos bajé las escaleras con la cabeza enardecida.

Al llegar al tercer piso encontré a Kuroha apoyada contra la pared comiendo takoyaki.

“Yoohoo, Haru. Estás libre, ¿no? ¿Quieres dar un paseo juntos por el festival cultural?”

Hasta yo podía darme cuenta de que nos había estado siguiendo todo el tiempo.

“¿Oíste todo?”

“¿Oír qué?”

“Sobre Shiro.”

Kuroha frunció los labios, llevándose el último bocado de takoyaki a la boca.

“Por Shiro te refieres a Kachi-san, ¿no? Parece que se han vuelto bastante cercanos~.”

“No es tanto que nos volvimos cercanos, sino que ya lo éramos para empezar. Sólo no me di cuenta.”

“Hmmm, pero la llamas Shiro a pesar de no haber sido cercano a ella durante tanto tiempo. Yo soy Kuro, y Kachi-san es Shiro. Parece que yo soy la malvada aquí, ¿no?” (3)

“No, en absoluto.”

“Sí.”

Era extraño que Kuroha se enfurruñe de tal forma.

Podrá ser que…

“¿Qué, estás celosa?”

“¡¿¡¿¡¿¡¿¡¿¡¿?!?!?!?!?!?!”

El rostro de Kuroha explotó con un tono rojo y comenzó a avanzar hacia mí mientras me daba toques con la punta de su palillo.

“¡¿P-Por qué tendría que estar celosa?! ¡S-Sabes, se supone que estoy saliendo contigo, Haru! ¡Yo no me comparo con esa perdedora!”

“En serio odias tanto a Shiro, huh…”

“¡Ooh, la llamaste Shiro otra vez! Por alguna razón no me agrada cómo suena eso. Lo odio mucho.”

Era raro ver a la amistosa Kuroha detestar algo con tanta contundencia. Comúnmente se expresaría con más rodeos.

De eso se podía decir que en este momento Kuroha estaba siendo más honesta de lo usual.

“Jaja, ya veo.”

Me di cuenta de algo y reí.

“¿Qué?”

Kuroha me miró fijo con evidente disgusto.

“Quiero decir, ¿sabes que siempre tratas de actuar como una hermana mayor y cuidas a los demás, Kuro?”

“¿…Y?”

“Pensaba que probablemente yo sea la única persona con la que descargas tu disgusto tan abiertamente, y después me di cuenta que quizás esta es tu forma de actuar consentida.”

“¡¿¡¿¡¿¡¿¡¿¡¿?!?!?!?!?!?!”

“Ah.”

Como si la hubieran sumergido en agua hirviendo, Kuroha se puso roja como una langosta en un instante y huyó.

Claramente no quería que le vean la cara. Tal vez por haber perdido la compostura, comenzó a subir las escaleras hacia la azotea donde Shirokusa y yo habían hablado antes, aunque debe saber que llevaba a un callejón sin salida.

“Oye, Kuro.”

La seguí, sólo para que Kuroha grite “¡No me sigas!” mientras seguía ocultando su rostro. No significa que podía dejar de perseguirla.

Llegamos al final del camino bastante rápido. La puerta a la azotea estaba cerrada. Como resultado Kuroha se acurrucó en un rincón donde las escaleras dejaban de ascender, hundiendo su cabeza y encogiéndose como una pelota. Lucía como un cangrejo ermitaño en su molusco.

“Oye, Kuro…”

“¡No me toques!”

No debería haber sido capaz de verme, pero aun así leyó mis movimientos a la perfección. Las amigas de la infancia eran de temer.

“¡Ve a otra parte!”

“Dices eso pero… ¿qué pasa contigo? ¿No me has dicho ya cosas más vergonzosas? Por qué tú entonces…”

Kuroha giró su cabeza ligeramente antes de encerrarse de nuevo en su molusco.

“No tienes permitido atacarme.”

“¿Heh?”

Kuroha se levantó impetuosamente y extendió sus 148 centímetros de cuerpo con el fin de golpearme en la cabeza.

“¡¿No te lo dije antes?! ¡Yo tengo permitido atacarte, porque estoy mentalmente preparada para eso, pero tú no tienes permitido atacarme, porque no estoy mentalmente preparada para eso!”

“Ah~…”

Ahora que lo pienso, dijo algo así. También me di cuenta que las ocasiones en que Kuroha se había sentido avergonzada parecían coincidir con las ocasiones en que yo había dado un paso adelante para imponer mi supremacía.

“Supongo que sólo finges actuar como una hermana mayor cuando tu verdadero carácter es algo más. No me parece que tengas la compostura ni la habilidad necesaria para actuar como una ahora mismo.”

“¡Cállate, cállate, cállate!”

Fui golpeteado repetidamente. Sintiendo un remordimiento especial, me disculpé con franqueza.

“De acuerdo, lo siento. No diré nada que te altere.”

“…En tanto lo entiendas.”

Kuroha infló su bien proporcionado pecho, pero no logró causar una gran impresión debido a su corta estatura. Empeoraría las cosas si dijera eso sin embargo, así que me mantuve en silencio por el momento.

Kuroha agachó la vista, midiendo mi reacción mientras hablaba.

“Pero cuando estamos a solas no me molestaría si hablaras un poco más autoritario, ¿sabes…?”

“¡¿Qué, entonces se supone que diga esas cosas o no?!”

“¡¿No lo entiendes?! ¡Ambos!”

Wow, Kuroha estaba actuando como una chica. No tenía idea de cómo debía lidiar con ella…

“Lo juro Haru, es por esto que tú…”

Kuroha se encogió de hombros, regresando a su modo Onee-chan.

“Quiero que pienses mucho y seriamente sobre esto. Esa es la tarea que tu Onee-chan tiene para ti.”

Levanté la mano de inmediato.

“Okey, Onee-chan. He resuelto la tarea.”

“Me preocupa un poco que la hayas terminado tan rápido pero… bueno. Entonces, Haru, ¿cuál es la respuesta?”

“Descubrí que no descubrí nada.”

“¡Pensaste que descubrirlo sería un fastidio, ¿no?!”

“Sí, bastante.”

“…Me aseguraré de enseñarte cuidadosamente, así que vendrás conmigo al festival cultural.”

Fui jalado de la oreja y terminé siendo arrastrado a varios lugares.

El almuerzo obviamente, una diversidad de exhibiciones y atracciones, el gimnasio para ver las presentaciones en marcha y el salón de música para las bandas.

Mientras hacíamos todo lo anterior la ceremonia de cierre del festival cultura se acercaba.

“Haru, ¿deberíamos separarnos aquí?”

Nuestra clase, 2-B, tenía su salón en el segundo piso. El nuevo edificio escolar que alojaba a los salones de clases y el antiguo edificio que contenía la sala de profesores y la biblioteca, etc, estaban conectados por una pasarela en el segundo piso.

Era en la mitad de esa pasarela donde nos encontrábamos.

“Tienes algo que hacer ahora, ¿no, Haru?”

“…Sí.”

“No sé qué vas a hacer o por quién lo vas a hacer. Sigo oponiéndome a que vuelvas a actuar, Haru, y no pediste mi ayuda, por lo que decidí no decir nada.”

“Kuro…”

“Pero quiero que sepas esto. Me opongo a que actúes porque sé cuánto dolor experimentaste, y cómo te sentías cuando tuviste que renunciar a ser actor.”

Para ser honesto, no quería recordar lo que había sucedido entonces.

Luego de que mi madre murió, empecé a tener miedo de estar frente a una cámara. La realidad era que nadie había notado a mi madre muerta, y ella había sido abandonada mientras las cámaras seguían rodando. Quedé petrificado por eso. Tenía flashbacks aterradores incluso a pesar de que la posibilidad de que algo parecido ocurra de nuevo era casi cero, dejando mi cuerpo temblando e incapaz de actuar.

Sentía que mi hiatus había sido inevitable. Pero la verdad era que lo que sucedió después dolió todavía más.

La posición que había creado para mí mismo como actor había sido mi fuente de orgullo y confianza de niño. Había sido mi identidad.

Habiendo tenido que desechar eso, perdí algo de lo que yo dependía.

Perdí la comodidad por la cual la gente me elogiaba. Perdí todo lo que había conseguido.

Probablemente era similar a cuando una persona que formaba su autoestima a través del estudio, era privada del conocimiento; o alguien que recibía elogios por sus habilidades motoras, sufría una lesión y quedaba incapacitado para seguir jugando deportes.

Me gustaba actuar. La ansiedad de estar en frente de una cámara, la satisfacción de atraer a la gente, y la sensación de logro que sentía al conmoverlos—cada uno de esos sentimientos eran únicos.

Así—mis arrepentimientos permanecieron.

¿Era capaz de hacerlo otra vez? ¿Por qué no?

Pensamientos como ese daban vueltas y se arremolinaban dentro de mi corazón.

Kuroha vio todo eso.

—Cómo había permanecido aturdido por un año después de la muerte de mi madre.

—Cómo me había recuperado pero sufrido por la agonía de no poder actuar más.

—Cómo me había rendido y sucumbido ante la desesperación por todo.

—Cómo desde allí en más había vivido mis días aceptando el estatus quo, tratando de redescubrir la felicidad.

“Eso es cierto. Tú lo ves todo, Kuro.”

“Sólo no quiero que sufras otra vez, Haru. Pero si has encontrado tu motivación y optimismo—entonces quiero apoyarte. Quiero que no te preocupes por nada y seas libre. Así que—”

“¿Kuro…?”

Kuroha estaba temblando severamente. Echó un vistazo furtivo, consciente de nuestros alrededores.

No sabía que estaba a punto de hacer. Sólo sus nervios me alcanzaron.

“—Haru.”

Kuroha se decidió y alzó la vista, para luego sostener su brazo en alto y darme una bofetada en la mejilla.

El sonido resultante fue nítido. La repentina conmoción hizo que los estudiantes que pasaban por ahí se detengan en seco.

Mientras presionaba mi mano contra mi mejilla ahora caliente, Kuroha sonrió.

“De acuerdo, a partir de ahora nuestra relación volverá a como solía ser. Lo que sea que hagas no tiene nada que ver conmigo, Haru.”

Uno podía inferir el significado detrás de las palabras de Kuroha por el murmullo que nos rodeaba.

“Espera, ¿Maru-kun y Shida-san están teniendo una pelea de amantes?”

“¿Maru hizo algo estúpido de nuevo?”

“¡¿En serio?! ¡¿Shida-san está soltera otra vez?!”

…Ya veo. Kuroha había escuchado a Shirokusa confesar que era Shirou. Preguntándose si yo no había perdido mi deseo de venganza como resultado, ella me había dado así un pretexto para interrumpir el “Festival de la Confesión” y confesarme a Shirokusa.

Kuroha y yo habíamos empezado a salir. Yo hubiera quedado como un infiel reprobable si me hubiera confesado a Shirokusa. Pero ahora la noticia de que recibí una bofetada y que nos separamos seguramente se expandirá como el fuego. Que yo me confiese a Shirokusa ya no sería nada fuera de lo ordinario.

“Kuro…”

Kuroha habló con una expresión aliviada.

“En serio, no me hagas hacer todo por aquí, ¿de acuerdo? Sé que tal vez me veo como una onee-chan pero—”

Su rostro gradualmente se nubló y su discurso se detuvo allí temporalmente.

“Tal vez me veo como una onee-chan pero—”

Conforme repitió la misma oración, cayó una lágrima.

“…………Lo siento.”

Kuroha giró sin molestarse en limpiar sus lágrimas.

Momentáneamente pensé en perseguirla pero me detuve.

—No me sigas.

Eso fue lo que Kuroha había dicho. Al igual que también había dicho,

—Estaré mirando.

Y pensé que eso funcionará.

Le mostraré mi respuesta en el “Festival de la Confesión”. Eso era mucho mejor que tratar de seguirla y hablarle ahora mismo.

Cerré mi mano observando la espalda de Kuroha conforme se iba… golpeándome en la cabeza.

Hubo un ruido sordo mientras el dolor invadía mi cabeza y mi puño.

Susurré por lo bajo.

“—Lo siento, Kuro.”

Fortalecí mi determinación y saqué mi teléfono, para llamar a Tetsuhiko.



*



El “Festival de la Confesión” en aquel día estaba envuelto en una atmósfera única.

“De la clase 3-A… ¡Takenaka Kanae-san! ¡Me has gustado desde que nos convertirmos en miembros del comité ejecutivo para el festival de deportes como alumnos de primer año! ¡Por favor sal conmigo!”

“¡OOOooooh!”

Como en años anteriores, los chicos atravesando la fina línea entre la valentía y la imprudencia iban tomando sus turnos para hacer su aparición. Estaban acompañados de un apropiado nivel de entusiasmo.

Pero conocían el evento principal que los esperaba al final.



—Abe Mitsuru.



El hijo de un famoso actor y él mismo era un actor prometedor, que había tenido su debut en un drama de televisión. Si la Preparatoria Hozumino alguna vez hacía una encuesta de popularidad él ocuparía claramente el primer puesto entre los chicos. Porque todos sabían que iba a participar en el “Festival de la Confesión”.

Si el resto de los participantes hacían sus confesiones luego de la suya, quedarán eclipsados… o eso consideraba el consejo estudiantil y por eso los dejaron a él para el final.

Era sabido a quién se iba a confesar.



—Kachi Shirokusa.



La belleza de esta chica de preparatoria y autora ganadora del premio Akutami que también apareció en televisión era bien conocida por todos.

Había rumores de que ambos ya estaban saliendo. Pero Abe se había negado a comentar.

“Abe no ha dicho una palabra, ¿por qué ba a aparecer de repente en el ‘Festival de la Confesión’?”

“Aparentemente no podía decir nada por algo relacionado a su agencia. Pero no podrán hacer nada al respecto si lo revela en el ‘Festival de la Confesión’. Parece que planea exponer todo de una sola vez, obligándolos a aceptarlo porque no podrán retractarse.”

“Si vas a revelarlo todo, que sea de un bombazo, ¿huh? Eso es bastante difícil, amigo. Ese es un hombre de verdad. Qué locura.”

Esa historia se había expandido.

Tal y como las parejas que se juntaban daban la noticia como si fueran celebridades, la emoción era naturalmente más grande para un par de personalidades famosas. Por consiguiente en el transcurso del evento, la anticipación se había inflado e intensificado, con todos entusiasmados unánimemente y especulando cómo es que Abe iba a llevar a cabo su confesión.

“Y ahora, por último y no por eso menos importante—el número 11, de la clase 3-A, la confesión de Abe Mitsuru.”

Había un micrófono ubicado justo en el centro del escenario en el gimnasio. Las luces del lugar proyectaban iluminación desde arriba, con reflectores centrados en donde se encontraba el micrófono como enfatizando la primacía de la persona haciendo su confesión.

Fue allí donde apareció Abe.

“¡Kya—! ¡Abe-senpai—!”

“¡Nuuuu! ¡Confiésate a mííííííí!”

Entre los alaridos mezclados con ánimos, la energía del lugar inmediatamente subió un escalón.

Abe rebozaba tranquilidad y compostura. Mostró su usual sonrisa principesca, saludando en respuesta a los vitoreos. Una reacción acorde a una celebridad.

“Gracias a todos. Soy Abe.”

Abe habló con el micrófono, provocando otra ronda de gritos y vitoreos.

Esperó pacientemente al silencio, y habló otra vez sólo cuando el ruido había disminuido hasta los murmullos.

“No soy un gran hablador, por lo que tal vez no pueda expresar apropiadamente cómo me siento… así que voy a hacer eso cantando y bailando.”

Hubo una oleada de actividades detrás de escena cuando Abe levantó su mano. Un guitarristas, un bajista, y un baterista aparecieron cargando sus instrumentos, preparándose en un destello.

“Una brillante muestra de habilidad del enemigo.”

En una ubicación detrás de la parte trasera del escenario: dos personas susurraban en un lugar al que no llegaban las luces.

“Voy a hacer que nos muestre más de lo que tiene desde aquí en más, Tetsuhiko.”

“Bueno, supongo que tienes razón, Sueharu.”

Era bien conocido que Abe participaba en una banda. Pero probablemente no has asistido a alguna de sus anteriores presentaciones en vivo a menos que fueras un fan hasta cierto grado. Esa podría ser la razón por la que el entusiasmo en el lugar se incrementó todavía más, soltando gritos agudos de apoyo.

Abe y su grupo se comunicaron con miradas, y él asintió habiendo recibido el “ok”.

“Gracias por esperar. Parece que terminamos los preparativos, así que me gustaría que escuchen esta canción que estoy a punto de interpretar.”

Abe dirigió su mirada al resto de la arena, centrándose luego en una chica sentada en la primera fila.

“—Kachi, Shirokusa-chan.”

“¡Kyaaaaaaaaaaaaaaaa!”

Gritos delirantes hicieron eco en el gimnasio.

“Esta canción es para ti. La canción que voy a interpretar es… ‘Child Star’ de Acid Snake.”

En la actualidad Acid Snake era reconocida como la banda número uno de rock. Su corte difusión que había sido lanzado hace siete años era la mencionada “Child Star”.

“Child Star” originalmente había sido el nombre de una serie drama, con esta canción como su ending. Había sido el “niño actor prodigio” Maru Sueharu quien cautivó a los espectadores al bailar la canción, transformando a “Child Star” en una serie enorme con una audiencia de alrededor del treinta por ciento.

Con idols, hip hop y anisong vendiéndose con fácilidad en su momento, era refrescante ver un número de baile vendiendo con la “genialidad del rock”. Era una canción famosa que ya había sido interpretada dos veces en “Festivales de la Confesión” pasados, y aunque no era una canción de amor per se, transmitía las emociones de un chico esforzándose por lograr sus sueños, lo cual se asemejaba a conseguir a la chica que le gustaba.



“Los garabatos en el cuaderno

Permanecen allí todavía

Aún sigue impresa en mi memoria

La promesa que hicimos ese día”



“Wow…”

Todos lo notaron al instante. Que la voz de Abe encajaba confortablemente dentro del reino de las “buenas voces”.

“¡¡Abe-senpaaaaai!!”

Las pupilas de las chicas que se habían enamorado de Abe ya habían adoptado forma de corazones. En sus ojos y contrario a la anterior declaración, el avasallante encanto de Abe parecía haber transformado la canción de una para Kachi Shirokusa en una para ellas en cambio.

Las chicas que sentían eso no podían ser culpadas. Ya que bañado en las luces del escenario se encontraba el ya apuesto Abe quien parecía brillar tres veces más de lo usual.

“Mierda, también es bueno bailando…”

Los estudiantes que observaban con celos no tenían más opción que admitirlo. La melodía de “Child Star” era intensa, y todavía más con su baile. Éste implicaba que saltes y brinques, pares y gires. Todas esas cosas habían sido realizadas ágilmente sin abandonar los alrededores del micrófono. Naturalmente había momentos en que tenías que recuperar el aliento, pero tenías que seguir cantando.

La carga de trabajo estaba pensada originalmente para que se divida, con la banda de rock a cargo de la canción y un niño actor prodigio haciendo el baile. Debido al simple hecho de que nadie había supuesto siquiera que ambas podían hacerse simultáneamente, bailar y cantar al mismo tiempo podía considerarse como jugar en dificultad Oni (4).

El canto y baile de Abe eran fáciles de apreciar. Uno podía sentir el entrenamiento que había dedicado en la fluidez de sus movimientos.

Kachi Shirokusa, a quien le había dedicado esa canción y baile—simplemente permanecía inmóvil ante Abe.

Sus rasgos estaban un poco tiesos, sin un ápice de júbilo. Su rostro parecía haberse puesto un poco rojo, pero con la cantidad de luz uno no podía asegurarlo. Había miradas de envidia de parte de las chicas a su alrededor, pero a ella no parecía importarle en lo más mínimo.

La canción envolvió todo el lugar conforme la primera estrofa culminaba.

“Ese falso senpai es bastante bueno, ¿huh?”

Detrás de escena: mientras el buscador de entretenimiento de cabello color té—la mitad despreciable del dúo tontociable, Kai Tetsuhiko—susurró, la mitad tonta del dúo tontociable, Maru Sueharu, respondió suavemente.

“…Lo es.”

“Un enemigo fuerte. ¿Crees que puedes ganar?”

Ante las palabras de Tetsuhiko, Sueharu bufó por la nariz y rió, para luego darse la vuelta y mostrar pulgares arriba.

“—Fácilmente.”

Sueharu susurró antes de salir a correr hacia donde se enfocaban los reflectores en el centro del escenario.

Por un momento Tetsuhiko captó un vistazo a una sonrisa intensa con confianza—y a sus ojos llenos de espíritu que sólo miraban hacia adelante.

Se limpió el sudor que se formó en su ceño.

“Mierda… Tienes que estar bromeando… Que él se vea genial… Es imposible…”

La transformación estuvo completa.

Ya había sido de esta forma durante la práctica. Cuando Sueharu se transformaba todo cambiaba.

El aire que emitía era diferente. Sus movimientos eran diferentes. La forma en que lucía era diferente.

Pero quizás esto era auténtico, su presencia era una… no, dos veces más grandes que la de antes.

En este momento, ese tipo no era Sueharu. Se había transformado en algo más heroico.

Era imposible no pensar de esa manera.

“Que me emocione por sólo verlo… ¡Algo sospechoso va a pasar definitivamente!”

Tenía una cantidad casi injusta de talento y carisma. Mientras Tetsuhiko chasqueaba la lengua frente a eso, no pudo evitar que su mandíbula se afloje.

“¿Hm…?”

“¿Qué está haciendo ese tipo…? ¿Una intromisión…?”

“¡¿No es ese Maru del 2-B? ¿Se va a unir…?”

El sitio fue tomado desprevenido en el instante que Sueharu apareció.

Había muchos que sospechaban que había ocurrido algo malo, pero era imposible que alguien pueda detenerlo mientras la presentación seguía en curso. Los miembros de la banda también entraron en pánico preguntándose qué estaba sucediendo, pero lo aceptaron como una acción planeaba luego de que su líder Abe les diera el pie para continuar.

El interludio terminó y la canción entró en su segunda estrofa.

En respuesta, Abe y Sueharu proyectaron sus voces simultáneamente a través del micrófono.



“Esa voz de llanto desde el otro lado

Aun hace eco en el presente

Tus sagradas palabras de regalo

Siguen grabadas en mi mente”



La atmósfera se reformuló—

“¿Huh?”

“¿Eh…?”

“¿De quién era esa voz de recién?”

El gimnasio quedó envuelto en shock y asombro.

El canto de Abe fue grandioso. Probablemente de primera categoría en toda la escuela.

Pero en apenas un instante todos lo supieron.



—Que este era el auténtico. Abe era bueno, pero era una farsa.



La manera de cantar de Sueharu imitaba la del artista original, Acid Snake.

Pero en ese aspecto Abe era igual. Podía decirse que Abe era mejor para extender su rango vocal a tonos más altos y reverberar su voz en los tonos más bajos del espectro.

Y aun así había una diferencia. No era sobre quién cantaba mejor o peor. La diferencia yacía en si llegaba al corazón.

Sueharu, quien se había distinguido después de apenas una sola parte de la canción—le dio la espalda a la audiencia.

El final del drama comenzaba con esta pose. Desde esa posición, daría media vuelta en un instante, monopolizando la atención de la audiencia.

Esa forma y presencia avasalladora—iba ahora, después de siete años desde que había desaparecido, a recrear el legendario baile frente a sus ojos.

“Oye, qué diablos… ¡¿Es muy fluido o qué?!”

“Es muy bueno, amigo… Abe-senpai también es bueno, pero no puede seguirle el ritmo en absoluto…”

“¿No es este el verdadero… espera, es Maru—Maru-chan?”

“¡¿Huh?! ¡¿En serio?! ¡¿Ese idiota?!”

“¡Quiero decir, este baile—es el auténtico sin importar cómo lo veas, ¿cierto?!”

Los estudiantes que no podían aceptar la inmensa discrepancia entre esta forma y cómo usualmente era, tampoco podían rechazar lo que estaba sucediendo frente a sus ojos. Habiendo sido testigos del auténtico, no tenían más opción que creerlo.

“Jejeje, a eso me refiero. Esto es lo que solía ver.”

Detrás de escena, Tetsuhiko rascó la nariz.

Rememoró los diez días de entrenamiento intensivo que habían pasado. Al comienzo Sueharu había vomitado y padecido desmayos múltiples veces. Tetsuhiko había preparado una cubeta para vómito, y un trapo húmedo para abofetear a Sueharu y obligarlo a despertar cuando colapsaba.

Pero Sueharu nunca se quejó.

Sus movimientos cambiaron gradualmente. Se volvieron más finos. Sus temblores pararon.

Pero cuando concluyó la práctica de ayer, claramente aún se quedaba corto comparado a lo que había logrado en aquel entonces.

Pero ahora había superado no sólo su rendimiento durante la práctica, sino incluso lo que había logrado en el pasado.

“¡Qué demonios… entonces sí puedes hacerlo después de todo! ¡Si puedes hacerlo entonces hazlo desde el principio, tonto! ¡¿No me veo como idiota ahora por haberme preocupado?!”

Él era más fuerte porque era el auténtico. Brillaba más radiante porque estaba en el escenario. Entonces esta era la particularidad del hombre una vez llamado actor prodigio.

“¡Maldición, qué presumido—sabía que tu talento no se había acabado!”

Abe, quien destellaba tan brillantemente—lucía sombrío al lado de Sueharu.

La forma en que lucían no había cambiado. Abe lucía apuesto, Sueharu ordinario.

Pero el esplendor y la presencia no eran cosas que estaban determinadas por la apariencia de uno.



“Suu… chan…”

Lágrimas caían de los ojos de Shirokusa, quien estaba sentada en la primera fila observando el escenario.

Días de amor juvenil, y la decepción y tristeza que sobrevino después. Y a pesar de eso, los implacables días de duro trabajo que le siguieron.

Brotaron dentro de ella, convirtiendo todo eso en lágrimas.



“¿No se suponía—que ya no eras capaz de actuar?”

Durante un descanso en la canción, Abe le habló a Sueharu mientras permanecían en el escenario.

“Se supone que experimentaste un trauma terrible. Cómo es que—”

“Sabes, Senpai,”

Sueharu se limpió el sudor de la frente y sonrió de manera invencible.



“—Cuando tratas de verte genial en frente de la chica que te gusta, ¿a quién le importan los traumas?”



Abe contuvo el aliento, y entonces entendió.

Cierto, muy cierto—

Abe susurró a nadie en particular mientras se retiraba en silencio del escenario. Le hizo señas a los miembros de la banda para que sigan tocando, para luego retirarse sin emitir un sonido.

Para ese momento, nadie miraba a Abe. Todos los ojos estaban sobre Sueharu.

“Tú eras el auténtico, Maru Sueharu-kun.”

Abe miro hacia atrás una vez antes de desaparecer del escenario con una expresión alegre en su rostro.



La canción terminó y el gimnasio estalló en aplausos.

El entusiasmo y la felicidad de la audiencia lo expresaban claramente.

“…Regresé.”

Cedí ante los latidos de mi corazón, experimentando un inmenso alivio y autosatisfacción.

“¡Esa perfecta interpretación fue traída a ustedes por la Sociedad de Apreciación del Entretenimiento! ¡Y realizada por Maru Sueharu, de la clase 2-B!”

Tetsuhiko se apoderó del micrófono del maestro de ceremonias y otorgó una oportuna presentación en el momento preciso. Lo juro, nadie lo superaba cuando se trata de trabajos como este.

“¡…Por cierto, estoy seguro de que todos ustedes se dieron cuenta al verlo pero esta no fue una imitación, sino el auténtico, ¿huh?! ¡¿Vieron ese baile y esa canción hace siete largos años?! ¡Todo esto y todo eso fue sólo un preparativo para que lo se viene a continuación! ¡En otras palabras, las cosas apenas comienzan! ¡El Acto II de la presentación de la Sociedad de Apreciación del Entretenimiento empieza ahora! La razón por la que le hemos robado el escenario a Abe-senpai—aunque creo que todos ya lo saben, ¿cierto? ¡La confesión de Maru Sueharuuuuuu!”

Ese tipo Tetsuhiko ya había avivado las llamas. Las cosas habían marchado de acuerdo al plan, pero el gimnasio había recuperado el silencio, expectante.

Lo que estaba a punto de hacer era difícil, pero tomé una decisión—así que tenía que hacerlo.

Acerqué mi boca al micrófono.

“—Kachi Shirokusa.”

“¡S-Sí!”

La voz de Shirokusa sonó fuerte por su extrema ansiedad. Era una rara ocurrencia para alguien que se mostraba siempre distante.

“Oh, cierto. Perdón, déjame decirlo de nuevo…Shiro.”

“…Suu-chan.”

Shirokusa abrió sus ojos y recuperó la compostura, asintiendo.

“Tú—”

Pude ver a Shirokusa tragando saliva.

Respiré hondo y hablé lentamente.

“—me gustabas.”

“¿Eh…?”

Había sentimientos que quería compartir con ella. Pero no tenía la confianza en absoluto de hacerlo sólo con palabras.

Es por eso que me había esforzado tan desesperadamente.

Para mostrar que podía resucitar como actor, y aplastar a Abe por completo, fue que llegué a este escenario.

Como escenario, a este lugar no le faltaba nada. Era aquí, con los ojos de todos sobre mí, que mis palabras contenían mayor peso y poder.

“Me gustabas, es por eso que quedé tan impactado cuando escuché los rumores que Abe-senpai y tú habían empezado a salir. Las razones por las que volví al escenario no fueron muy nobles. Lo hice para resistirme contra Abe-senpai, pero para ser más franco, lo hice por el deseo de vengarme de ustedes dos. Pero en el proceso descubrí algo. Algo mucho más importante para mí.”

Aparté mi mirada hacia un lado. Hacia otra chica en la primera fila, unos diez lugares a la izquierda de Shirokusa.

“¡—Shida Kuroha!”

Tomé tanto aire como permitieron mis pulmones, y lo solté todo tan fuerte como pude de una sola vez.



“¡Te amoooooooooooooooooo!”



La audiencia se tapó los oídos por la estática que produje.

¡Pero mis emociones estaban en la cima luego de dar mi confesión!

Ahora que había dicho esto ya no podía parar. Convertido en una tren expreso, solté todas mis emociones desbordantes de una sola vez.

“¡Finalmente me di cuenta de que tú has estado a mi lado todo este tiempo! ¡Me salvé porque tú estuviste allí para mí! ¡Perdón por todos los problemas que te he ocasionado! ¡Puede que siga causándote más problemas de ahora en más, pero tú eres la persona que necesito!”

Toda la atención se desplazó hacia Kuroha.

Tetsuhiko le entregó el micrófono a Kuroha, quien había estado escuchando intensamente con las manos juntas en frente de su pecho.

Kuroha tomó el micrófono con ambas manos y alzó la vista hacia donde me encontraba yo en el escenario.

Sus lindos ojos como de gatos se abrieron grandes. No me había dado cuenta hasta hace poco lo linda que era Kuroha.

Pero las cosas eran distintas ahora. Había rechazado la confesión de Kuroha, y desde entonces había experimentado cómo se sentía la vida sin ella a mi lado. Había experimentado por mí mismo la felicidad de recibir su afecto sincero, libremente otorgado, y oírla decir que yo le gustaba.

Fue Kuroha quien me había dado el mejor consejo durante la batalla con mi trauma. También fue Kuroha quien me mostró mayor preocupación.

Me había obsesionado con Shirokusa. Pero ya no más. Ya no importaba la venganza.

Era Kuroha—hacia quien me sentía atraído.

“¡—Kuro, te amo! ¡Por favor sal conmigo!”

Kuroha esbozó la sonrisa más grande que jamás le había visto, y respondió claramente en el micrófono.



“—No.”



“¿………………………………………………………………………………………………Qué?”

Mi mirada nadó unos momentos en mi confusión—y entonces le pregunté a Kuroha otra vez.

“¿Tú… no vas a salir conmigo?”

“—No.”

“¿…En serio?”

“En serio, en serio.”

“…………………………”

“…………………………”

Le pregunté de una vez más haciendo gestos con las manos si es que no saldrá conmigo, a lo que Kuroha hizo una X con sus brazos.

Tratando de calmar mis sentimientos respiré hondo—y me sujeté la cabeza.



“¡¿Por quééééééééééééééééé?!”


—La venganza de nuestro primer amor se completó.

Por un breve instante Kuroha puso una cara diciendo “¡Te pillé!”, pero nadie aparte de ella lo supo.


NOTAS DEL TRADUCTOR
  1. Ropa japonesa informal de verano para homvres compuesta por una chaqueta corta y pantalones.
  2. Kimono sin la chaqueta.
  3. En japonés “kuro” es negro, y “shiro” es blanco.
  4. Criaturas del folclore japonés que comparten muchas similitudes con los demonios y ogros occidentales.

Traducción al Inglés: CClaw Translations
Traducción al Español
: nahucirujano
Corrección: nahucirujano

1 comentario:

  1. Kajsjaka se que me espoilie con los comentarios del manga pero leerlo en la novela me dejó pa la caga, pa la caga caga ctm ajajaj que wena novela vale la pena leerla

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