Epílogo


Epílogo



Después de la cita, Keiki y Sayuki emprendieron el regreso a casa. Luego de bajar del tren en la estación usual, Sayuki alzó la vista al cielo y se estiró. Esto normalmente sería un problema debido a sus grandes pechos, pero la gente a su alrededor parece que no le prestó atención, por lo que Keiki decidió disfrutar de la vista.

“Muchas gracias por lo de hoy. Me divertí mucho,” dijo Sayuki.

“Me alegra oír eso. Algo así no está mal de vez en cuando.”

“¿Entonces me sacarás a pasear con un collar y una correa la próxima vez?”

“Eso será imposible.”

Pero él le hizo un inmenso favor hoy, y había aprendido algo acerca de su pasado, por lo que Keiki decidió considerar este día como un éxito.

“Se hizo bastante tarde, así que te acompañaré a casa,” ofreció Keiki.

“¿Está bien?”

“Es mi trabajo cuidar de mi mascota hasta el final.”

“¿Podemos tomarnos de la mano?”

“Claro. Toma.”

Unieron sus manos como lo habían hecho esa mañana, y la chica una vez más sonreía alegremente. A pesar de que era una pervertida la mayor parte del tiempo, había momentos en que Keiki pensaba que podría estar bien si se trataba de ella.

Tal vez rendirme ante ella podría no ser tan malo después de todo…

Aunque ciertamente no la haría su mascota. Quería experimentar el amor con una chica normal. Ese era el sueño de Keiki. Pero si Keiki lograba reformar exitosamente a Sayuki, podría ser capaz de alcanzar su sueño con ella. Para las personas que pasaban junto a ellos, deben verse como una pareja normal. En cuanto a Keiki, se sentía como si hubiera encontrado todavía más puntos encantadores en Sayuki que no sabía que existían. Pensaba que no debería ser demasiado difícil convertirla en una chica normal. Pero primero tendría que averiguar si Sayuki era realmente Cenicienta.

Mientras ambos caminaban por una calle, un gran automóvil pasó junto a ellos, seguido de una ráfaga de viento. En respuesta, Sayuki sostuvo su falda.

Está muy preocupada por su falda…

Durante el tiempo en el parque de diversiones, ella constantemente revisaba su falda. Como cuando subió a la montaña rusa, o con el incidente con aquella chica de la varita.

A la Sayuki normal no le importaría si alguien capta un vistazo de sus bragas. Básicamente había alguna razón por la que odiaba la idea de que se las vean ahora. Y la posibilidad de que esa razón esté conectada con ‘las bragas de Cenicienta’ era bastante alta.

“…Senpai, ven conmigo un segundo.”

“¿Keiki-kun?”

“Hay algo que me gustaría pedirle a Senpai.”

“¿Qué es?”

“¿Puedo ver debajo de tu falda?”

“¡¿Fue?!” Los hombros de la chica saltaron cuando escuchó esas palabras.

Para afirmar la orden de su Kouhai, alzó la vista hacia él.

“¿A-Aquí mismo?”

“¿Es eso un no?”

“M-Me avergüenza, sabes…” Se estremeció un poco al expresar su resistencia.

Un miembro del sexo opuesto le había pedido que le muestre sus bragas. Esa era una reacción completamente normal. Sin embargo, Keiki tenía un as bajo la manga el día de hoy.

“Hoy Sayuki-senpai es mi mascota, ¿cierto? ¿No vas a obedecer las órdenes de tu Amo?”

“¡¿?!” Al escuchar las palabras mágicas, el rostro de Sayuki se tensó.

Hoy Keiki era el amo de Sayuki. Tenía la habilidad para pedirle lo que sea a esta linda Onee-san de grandes pechos.

“E-Enten… dido…” Titubeando se llevó las manos a su falda.

Con labios temblorosos, lentamente la levantó. Su rostro estaba tan rojo como un tomate.

Uhm… de alguna forma, al hacer algo tan inmoral se siente excitante…

Y aquí había un chico que estaba mirando tranquilamente cómo sucedía. Se había convertido completamente en un sádico.

“¡…Mhm…!”

Cuando sus bragas fueron casi visibles, ella detuvo sus manos. Miró directo a Keiki. Pero su amo inclinó la cabeza y esperó a que ella continúe.

“…”

Lágrimas comenzaron a formarse en los ojos de Sayuki. Como si se hubiera rendido, levantó la falda de una sola vez.

¡Ahora, descubramos si Sayuki es realmente Cenicienta!

Todo debajo del vientre de la chica quedó completamente visible, y ella apartó su mirada con hombros temblorosos. Keiki observó su parte baja con ojos serios. Era imposible que se olvide de cómo eran las bragas de Cenicienta. Si Sayuki estaba usando esas bragas, significaría que ella fue la que escribió la carta de amor.

—Empecemos con la conclusión.

Pero no pudo descubrir si Sayuki era realmente Cenicienta o no.

¿—Por qué?

Porque no vió ropa interior alguna.

“¿No te pusiste…?”

Sayuki no tenía puestas las bragas de Cenicienta. No, no tenía puestas ningunas bragas en absoluto. Tokihara Sayuki le estaba mostrando a Keiki su parte más íntima. Afortunadamente, la tenue luz eléctrica prevenía que Keiki pueda ver mucho, y también ayudaba muchísimo el hecho de que Keiki estaba mirando a la nada, completamente perdido respecto de qué estaba pasando.

En ese momento, Sayuki sin bragas soltó una risita con las mejillas sonrojadas.

“Sabes, no me puse nada en todo el día. Todo el tiempo estuve muy excitada por la sola idea de que alguien pueda verme.”

Eso explicaba por qué había estado tan preocupada por su falda.

La vez en que subió a la montaña rusa.

La vez en que le ofreció su regazo a Keiki en el banco.

Incluso dentro de aquella agradable atmósfera cuando conversaron en la exhibición de caligrafía, no llevaba puesto nada. Mientras el cerebro de Keiki estaba teniendo problemas para asimilarlo, la anormal chica continuó.

“Incluso ahora, estaba muy avergonzada, pensando que ibas a verme todo, pero también me excitó mucho.”

Entonces la conjetura de Keiki sólo fue acertada a medias. Sean las bragas de Cenicienta, o ningunas bragas en absoluto, ella había hecho su mejor esfuerzo para evitar que Keiki pueda ver. Parece que Keiki subestimó el lado masoquista de Sayuki. Esta candidata a Cenicienta de cabello negro era más pervertida de lo que el príncipe imaginó.

“…Oye, ¿Keiki-kun?” Le habló con una voz erótica. “¿Qué deberíamos hacer—después de esto?” Sus suaves labios vibraron ligeramente.

Sus mejillas estaban teñidas de rojo, y sus ojos húmedos miraron a Keiki con expectativa, en este parque desierto a esta hora.

¿Qué deberían hacer en esta situación?

Incluso el príncipe virgen sabía que seguiría a continuación, y fue incapaz de distanciarse de ella. Tras lo cual, la cita entró en tiempo extra.


Traductor al Inglés: CClaw Translations
Traductor al Español: nahucirujano
Corrección: nahucirujano

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