Capítulo 1: Cenicienta olvidó llevarse sus bragas
1
“Entonces básicamente había una carta de amor
esperándote en la mesa cuando regresaste al salón.”
Con una voz que encajaba con su rostro, el
apuesto estudiante que ahora vestía un jersey, resumió la explicación de Keiki.
El nombre de este estudiante era Akiyama Shouma, y al igual que Keiki, estaba
en la clase 2-B. Como el as del club de tenis, ciertamente era bastante popular
con las chicas. Pocos sabían que él sólo estaba interesado en chicas dentro cierto
rango de edad. Para ser más específico, era un lolicon.
Este apuesto hombre y Keiki eran amigos.
Actualmente, estaban teniendo una reunión en el salón del club de tenis.
“Y yo que pensaba que habías venido aquí para
la práctica matutina. Sólo querías hacerme escuchar sobre tus fanfarronadas
otra vez, ¿no?”
“Me siento mal por haber interrumpido tu
entrenamiento.”
“No me molesta. Estoy feliz de que viniste a
contármelo,” dijo Shouma conforme le mostraba una sonrisa a Keiki. “Así que
finalmente recibiste una carta de amor, ya veo… aunque la chica incluyó sus
bragas.”
“Sí, yo también me sorprendí.”
Keiki sacó dichas bragas blancas, y Shouma
respondió con un ligero asombro.
“Wow, es bastante osado de tu parte haberlas
traído a la escuela.”
“No es como si pudiera dejarlas en mi casa…”
Después de todo, ese par de bragas era la
única pista que tenía Keiki para hallar a quien envió la carta de amor.
“Sólo por curiosidad… ¿están usadas?”
“No, parece que son completamente nuevas. Ni
siquiera tienen aroma a detergente ni nada.”
“¿Entonces las oliste?”
“Bueno, si estuvieran usadas, las habría
lavado por si acaso.” Más vale prevenir que curar. “Oye, Shouma. ¿Qué crees que
signifiquen estas bragas?”
“¿Quizás la persona que te envío la carta de
amor entró en pánico y casualmente se le cayeron?”
“¿Cuánto pánico tendrías que tener para que
‘casualmente’ se te caigan las bragas?”
Créelo o no, la gente cometen los errores más
locos cuando entran en pánico. Sin importar lo increíble que suena, podría
haber una razón por la que algo como eso suceda por accidente.
“Aun así, ¿por qué la chica no escribió su
nombre en la carta?”
Exacto. Esta era la principal cuestión que
afligía a Keiki. No había nombre en la carta que recibió. Todo lo demás ya era
suficientemente raro, pero esa era la parte más confusa.
“Es un verdadero misterio, sí. Dudo que ella
simplemente olvidara escribirlo…”
“¿O podría ser esto una broma muy elaborada?”
“Eso también podría ser verdad. Aun así, no
creo que haya muchos estudiantes que hagan bromas así. Estamos en preparatoria,
después de todo.”
“Sí, probablemente tengas razón…”
Al final, los dos no pudieron llegar a
ninguna conclusión. Las bragas solas ya eran un completo misterio. Sin
mencionar el nombre de la chica.
“Al final, por más que lo pensemos no llegaremos
a nada. ¿Qué tal si de ahora en más llamamos a la chica ‘Cenicienta’?”
“¿Por qué ‘Cenicienta’?”
“En vez de su zapato, se le cayeron sus
bragas.”
“¿Qué clase de razón es esa?”
Pero Keiki podía ver por qué Shouma había
pensado eso. El hecho de no conocer el nombre de la chica era muy parecido al
príncipe de la historia que no conocía el de Cenicienta.
“Bueno, más allá del nombre y las bragas, el
mejor lugar para empezar sería tratar de descubrir quiénes podrían haber dejado
la carta en esa ubicación.”
“Ese es el asunto. Pero… sabes…”
He
estado pensando en eso constantemente desde que encontré la carta.
Después de que todos se fueron ese día, Keiki
estuvo en el salón todo el tiempo, excepto por ese corto lapso de diez minutos
cuando fue a lavar el balde. Con eso en mente, el número de posibles culpables
era muy pequeño.
“Sí, probablemente no haya muchas personas
que puedan haber sido,” Shouma parecía estar de acuerdo con el razonamiento de
Keiki.
“No estoy asumiendo que no puede ser alguien
de afuera del club pero… Nadie excepto las chicas presentes en ese momento
debería saber que yo iba a quedarme un rato más. Por lo que simplemente dejar
la carta en el club de caligrafía de esa forma sería demasiado arriesgado,
creo. La conclusión lógica es que Cenicienta estuvo allí ayer cuando todos
estábamos limpiando.”
En acuerdo con la línea de persamiento de
Keiki, Shouma preguntó, “¿Y entonces quiénes estaban allí cuando limpiabas el
salón?”
“Estaban—”
La Senpai de grandes pechos, Tokihara Sayuki.
La Kouhai honesta y tierna, Koga Yuika.
Su amiga cercana de la clase, Nanjou Mao.
La hermana de Keiki, Kiryuu Mizuha.
“Descartando a Mizuha-chan porque es tu
hermana, eso deja a las otras tres chicas. Una de ellas debería ser la
Cenicienta que te escribió la carta.”
“E-Entonces tú también lo piensas.”
“Tu cara se está sonrojando, Keiki.”
“Pero, sabes…” Keiki jugueteó con los dedos.
“¿Podrías no avergonzarte de esa forma? Es
aterrante.”
“N-No puede evitarse, ¿cierto? Es la primera
vez que recibo una carta de amor, después de todo…”
“Entonces el detalle menor sobre las bragas
no es importante para ti, tal parece.”
“Déjame en paz, ¿ok?”
Para Keiki, el hecho de que había recibido la
oportunidad de conseguir novia era más importante ahora. Además, todas las
posibles candidatas eran personas que conocía. Todas ellas eran mujeres con
bastante encanto. Su rostro seguía poniéndose rojo con el pensamiento de que
una de ellas tenía sentimientos románticos hacia él.
“Entonces ahora, tienes las bragas de una de
esas tres chicas.”
“Eso es demasiado franco, ¿podrías no
mencionar esa parte?”
Arruina
esa dulce sensación de antes.
“Pero tienes razón. Al final, se reduce a
descubrir a quién pertenecen esas bragas.”
“No actúes como el príncipe de la historia de
Cenicienta. Es fácil pedirles a las chicas que se prueben un zapato para ver si
les queda. Las bragas son una cuestión distinta.”
“Suena como si estuvieras divirtiéndote al
verme sufrir…”
“¿Entonces quieres rendirte? También puedes
elegir no buscar a tu Cenicienta.”
“¡No, lo haré! ¡Definitivamente lo haré!”
“Bueno, al menos no te falta motivación. ¿De
dónde vino ese cambio?”
“Hmph, eso debería ser obvio,” poniéndose de
pie, Keiki hizo una pose matar o morir con una mano en el aire y exclamó,
“¡Incluso yo quiero tener una novia linda!”
Esa era una frase que probablemente cada
adolescente había pensado para sí mismo al menos una vez.
Quiero
estar acaramelado con una linda chica.
Ciertamente, este era el principal deseo de
un joven.
Aunque la identidad de la chica era
desconocida, los sentimientos que ella tenía por Keiki eran claros como el
agua. En palabras sencillas, descubrir su identidad resultará en conseguir una
amante. Es tan simple como eso, Keiki
pensó. Por supuesto, era una conclusión bastante directa, pero era más que
suficiente para un virgen solitario como él.
La chica que escribió la carta de amor era la
Cenicienta que dejó caer sus bragas. Fortaleciendo su determinación, el
príncipe levantó el telón de la extraña búsqueda de su Cenicienta.
Habiéndose separado de Shouma, Keiki estaba
de camino a su salón de clases cuando se topó con Tokihara Sayuki.
“Ah, buen día Cake-kun (1). Tu nombre suena tan delicioso como siempre.”
“Buen día, Sayuki-senpai. Mi nombre no es
Cake, ¿sabes? Es Ke-i-ki.”
“La pronunciación es casi la misma, ¿no? Nunca
serás popular si te preocupas por pequeños detalles como esos, ¿sabes?”
“¿No es demasiado temprano para que estés
insultándome de esa forma?”
“Por ejemplo, cuando hay un delicioso pastel
en tu cumpleaños o algo así. Eres del tipo de persona que estará decepcionada
si su porción es un poquito más pequeña que la de los demás.”
“A decir verdad, me decepciona más el hecho
de que estés diciendo esto tan temprano por la mañana.”
“Buena recuperación, Keiki-kun,” dijo con una
risita.
Con un bolígrafo que sacó de alguna parte,
garabateó algo sobre la mejilla de Keiki.
“¿Podrías no dibujar sobre mi mejilla? ¿…Y
qué fue lo que escribiste?”
“Escribí ‘Oficial, fui yo’.”
“¡¿Qué hice exactamente?!”
Sayuki sacó un pequeño espejo de mano y le
permitió echar un vistazo a Keiki. Era sólo una broma infantil, pero parecía
que se estaba divirtiendo.
Puede que ella parezca una persona rara, pero
a Keiki no le desagradaba las bromas que recibía de Sayuki. Por el contrario,
las disfrutaba. Ningún chico declararía jamás que le disgusta ser amigo cercano
de una hermosa senpai como ella.
“Lo que me recuerda, nuestra operación de
limpieza de ayer tomó bastante trabajo, ¿no?”
“Aunque fue un montón de trabajo por culpa de
Senpai.”
“Estoy reflexionando sobre eso. Pero no me
arrepiento.”
“Senpai, aprendes las cosas de la manera
difícil, ¿no?”
“Pero es responsabilidad de Keiki-kun cuidar
el salón, ¿verdad?”
“¿Perdón? ¿Por qué es así?”
“A pesar de que eres un fanático de la
limpieza, no viniste al club en toda la semana, por supuesto que el salón
terminaría de esa forma.”
“Es la primera vez que escucho sobre eso.
Aunque es cierto que mayormente soy yo quien limpia el salón…”
Para ser honesto, Kiryuu Keiki no era
exactamente un miembro completo del club de caligrafía. Aunque estaba registrado
como miembro, él era un auténtico amateur en lo que respecta a caligrafía. No
iba al salón del club regularmente ni practicaba caligrafía. Podría
considerarse como un miembro fantasma del club. La única razón por la que fue
involucrado con el club de caligrafía en primer lugar fue porque quedó
encantado por Sayuki. Aunque en lugar de llamarlo afecto, era más como que la
admiraba. Mientras escribía, ella lucía genial. Por supuesto, el hecho de que
era una persona interesante también era gran parte de eso. El primer día cuando
la conoció, no estuvo nervioso como lo estaría un chico normal de su edad
alrededor de tal belleza. En cambio, ya que ella actuaba infantil con él, Keiki
pudo ser más íntimo con ella que con otras chicas.
“¿Pero no fue Senpai la que me dijo ‘Quiero
concentrarme un poco más, podrías dejarme sola’?”
“¿Eh? ¿En serio dije algo como eso?”
“Sí, lo hiciste. ¿No lo recuerdas?”
“Recuerdo haber tenido mucho trabajo por
hacer y que eso me molestaba.”
“Está bien… Ah, toma. La llave del salón.”
Ayer después de clases, él le había pedido la
llave a Sayuki. Su expresión era la misma de siempre. Cuando sus manos se
tocaron, no hubo reacción en absoluto. Keiki no vio diferencias de su
comportamiento usual. ¿Realmente podría permanecer en calma al interactuar con
Keiki si ella fuera su Cenicienta?
“¿…Oh?”
Aparentemente notando algo, Sayuki se acercó
al rostro de Keiki.
“¿Q-Qué pasa?”
“Keiki-kun, tienes ojeras.”
“No puede ser posible,” respondió con tanta
naturalidad como pudo.
“Por supuesto que sí. ¿Por qué dirías una
mentira tan obvia? ¿…No dormiste bien?”
“Bueno, uhm… no pude dormir.”
Estuvo demasiado ocupado pensando acerca de
la identidad de Cenicienta, lo que hizo imposible que se mantenga con calma lo
suficiente como para dormir. Era su primera carta de amor, después de todo, por
lo que era imposible mantener la calma sobre eso.
“¿Entonces qué tal si vas al salón del club y
tomas una siesta?”
“Eso suena tentador, pero no puedo saltarme
las clases, así que tendré que pasar.”
“Es una lástima. Planeaba tomar una siesta
junto a ti,” dijo soltando una risa de burla.
Al ver su linda sonrisa, Keiki quedó en
trance por un momento y se quedó mirándola.
“¿Hmm? ¿Qué sucede?”
“N-No, nada. Con permiso.”
“Ah, espera, Keiki-kun.”
“¿Qué pasa?”
“Creo que sería buena idea borrar lo que
tienes escrito en tu rostro. Te hace ver como un idiota, ¿sabes?”
“¡Senpai fue la que lo escribió!”
Se había olvidado por completo de que tenía
las mejillas escritas. Estuvo a punto de borrarlo con sus mangas, pero Sayuki
sacó un pañuelo.
“Espera, quédate quieto.”
“…Ok.”
Al estar tan cerca de su rostro, Keiki sintió
que la sangre se le subía a la cabeza.
“Listo.”
“M-Muchas gracias…”
Aún
no sé si Tokihara Sayuki es realmente mi Cenicienta.
Sin embargo, en su corazón latía esa
posibilidad.
2
Era el descanso del almuerzo y Keiki
actualmente se encontraba en la biblioteca. Estaba sentado detrás del
mostrador, rodeado de incontables libros y computadoras. Junto a él estaba la
chica de cabello rubio corto que ahora estaba a cargo como bibliotecaria.
“Gracias por lo de ayer. Yuika-chan en verdad
nos ayudó mucho.”
“De nada, me alegra haber podido ayudar.”
Ayer después de clases, él se había topado
con ella en el pasillo después de recibir el llamado de Sayuki. Luego de
contarle las circunstancias a Yuika, ella se ofreció a ayudar para limpiar el
salón del club. Keiki y Yuika usualmente estaban juntos en reuniones del
comité, por lo que eran bastante cercanos. Su impresión sobre esta chica, Koga
Yuika, era la de una linda y honesta kouhai.
“Oh, alguien va a retirar un libro.”
“Ah, yo me encargo,” dijo y se dirigió hacia
la chica que vino con un libro.
Moviendo el mouse con sus pequeñas manos,
escaneó el libro y se lo devolvió a la estudiante.
“Aquí tienes. La fecha límite para devolverlo
es de dos semanas a partir de ahora.”
Un servicio comercial perfectamente educado
con una sonrisa hasta el final. A pesar de que había estado trabajando en la
biblioteca por apenas un mes, realizaba su trabajo de manera excelente.
“Parece que te estás divirtiendo.”
“Me gustan mucho los libros, después de todo.
Aunque no lo parezco, en realidad soy una ratona de biblioteca.”
“Ratona de biblioteca, ¿huh? ¿Lees algunos
libros extranjeros?”
“No tanto, no. Puede que luzca como
extranjera por mi cabello rubio, pero mi inglés no es muy bueno.”
Después de agregar “No leo nada a menos que
esté traducido al japonés,” soltó una risa. Aunque lucía como una princesa
extranjera, a Keiki siempre le resultaba muy fácil conversar con ella.
“Si mal no recuerdo, tu abuela era de
Inglaterra, ¿cierto?”
“Sí. La hija de mi abuela es mi mamá, y mi
papá es completamente japonés. Eso me hace un cuarto británica, supongo.”
Siempre conversaban así cuando estaban a
cargo juntos. Ya que se encontraban en la biblioteca tenían que bajar la voz un
poco.
“Keiki-senpai vive solo con su hermana,
¿cierto?”
“Sí, ya que nuestros padres trabajan mucho,
usualmente no están en casa.”
“Los padres de Yuika suelen llegar a casa
bastante tarde. Cuando era niña—antes de que mi abuela falleciera—usualmente yo
me quedaba en su casa. Ella tenía un montón de libros que me leía…” Recordando
su pasado, miró los libros sobre el mostrador. “El sueño de Yuika es escribir
libros ilustrados para niños.”
“Ohh, eso suena genial.”
Imaginó a una Yuika adulta dibujando libros
ilustrados, y pensó que eso realmente encajaba con ella.
“Por cierto, ¿Keiki-senpai?”
“¿Qué sucede?”
“¿A Senpai le gustan los pechos grandes?”
“Tos.
¡¿D-Disculpa?!”
“Senpai, baja la voz.”
“P-Perdón… es que dijiste algo extraño de
repente,” Keiki protestó, esta vez en voz baja.
“Entonces, ¿a Senpai le gustan los pechos
grandes?”
“¿Eh? ¿Seguimos con eso?”
“Quiero usarlo como referencia.”
“¿Qué clase de referencia sería esa…?”
“Entonces, ¿esa es tu respuesta?”
“…Sin comentarios.”
“Eso me dice todo lo que necesitaba saber.”
“¡¿Entonces por qué me estás preguntando?!”
Al final, no hubo escapatoria de la situación
para Keiki.
“Me pregunto por qué a todos los chicos les
gustan los pechos grandes,” dijo echando un vistazo a dicho chico a su lado.
Arrinconado por su kouhai, Keiki sintió como
el sudor frío se le formaba en la frente.
“Estoy segura de que Keiki-senpai
gradualmente está cayendo en la trampa de los pechos de Tokihara-senpai. Qué
indecente…”
“¡Te equivocas!”
“Me lo pregunto. Después de todo, fuiste
corriendo a ayudarla sólo por una llamada telefónica. A estas alturas
básicamente estás actuando como su sirviente. ¿No entraste al club de
caligrafía sólo por sus pechos?”
“No, no fue por eso. ¡Definitivamente te
equivocas!”
Ciertamente no se unió al club de caligrafía
por una razón tan inmadura.
“¿Y porque no te puedes llevar bien con
Sayuki-senpai?”
“Los pechos grandes son el enemigo de una
chica de pecho plano.”
“¿Por qué suena tan convincente viniendo de
ti…?”
“Yuika piensa que es hacer trampa el hecho de
que Tokihara-senpai sea hermosa y que también tenga grandes pechos.”
“Tengo que estar de acuerdo con eso
realmente,” asintiendo, de pronto se dio cuenta de la fría mirada que provenía
de su lado.
“…Entonces sí te gustan grandes.”
“Ah…” Se dio cuenta de que era demasiado
tarde.
Y cuanto más trataba de escapar de esto
hablando, más fría era la mirada de su linda kouhai.
“Esto es malo. A este ritmo, mi estatus como
senpai confiable va a…”
“Nunca tuviste ese estatus para empezar.”
“¡¿En serio?!”
“Es culpa de Senpai por comparar el tamaño de
los pechos.”
“…”
No pretendió hacer una comparación ni nada,
pero es cierto que dentro de la escala le gustaban grandes. Al ver que su
kouhai agachaba la cabeza en señal de derrota, un repentino sentimiento de
tortura asaltó a Keiki. Conforme él encogió todo su cuerpo como un perro
recibiendo una reprimenda, Yuika habló una vez más.
“Oye, Senpai. No tienes que deprimirte tanto.
Estaba bromeando.”
“¿Eh, bromeando?”
“Sí, sólo quería molestarte un poquito. Por
eso no tienes que sentirte así.”
“Haaaaaaaaaaaaaaa… M-Menos mal.”
“Lo siento. Pero Senpai reaccionando de esa
forma, se vio muy lindo.”
“Por favor no me molestes por esa razón…”
Al ver su reacción, su kouhai empezó a
burlarse.
Su rostro sonriente era increíblemente lindo,
y al mirar su pequeño cuerpo sacudirse ligeramente de la risa, sintió la
necesidad de abrazarla.
En ese momento, una dulce y encantadora voz
empezó a susurrarle.
“Oye, Senpai. ¿Sabías?” Sus labios lucían muy
dulces y suaves. “Verás, las chicas. No molestan a los chicos que no les
interesan.” Esa frase reverberó dentro del pecho de Keiki.
“¿…Q-Qué quieres decir con eso?”
“Fufu, me lo pregunto…” Rió. Él se preguntaba
cuánto de eso era una broma.
La chica rubia mantuvo todo en secreto
mientras le mostraba una hermosa sonrisa a Keiki.
“Bueno, el descanso del almuerzo ya casi
termina. Preparémonos para cerrar la biblioteca.”
“A-Ah, sí.” Respondió Keiki. Quizás Yuika sí es Cenicienta, después de
todo, pensó para sí mismo.
Era una chica preciosa con un encanto
extranjero y una ternura honesta y natural. Si fuera a convertirse en su
amante, él probablemente no necesitaría nada más en la vida. Pensar que una
presencia angelical como ella podría haberse enamorado de él—. Pensando eso, al
igual que el momento con Sayuki, su corazón empezó a saltar en su pecho.
3
Más tarde ese día, Keiki estaba en Educación
Física, su última clase del día.
Ya que chicos y chicas estaban en grupos
separados, los chicos estaban jugando un partido de básquet mientras que las
chicas jugaban vóley. Keiki y Shouma estaban sentados contra la pared mientras
veían jugar a sus compañeros. Ellos seguían, como se esperaba, hablando sobre
la carta de amor.
“Entonces, ¿conseguiste algunas pistas?”
“No, nada aún. Senpai y Yuika-chan no están
actuando distinto de lo normal.”
“Bueno, creo que no sería demasiado extraño
si una de ellas fuera Cenicienta. Quiero decir, ambas parecen tenerte cariño,
después de todo.”
“No creo que me odien o algo así, pero…”
“¿Pero?”
“Pensándolo bien, es imposible que una
belleza como Sayuki-senpai o una linda chica como Yuika-chan se enamoren de mí,
¿cierto?”
“¿Por qué no tienes confianza en ti mismo,
Keiki…?”
“Por qué, preguntas… No tengo nada que haga
que las chicas se enamoren de mí. Mis calificaciones son promedio, no soy
particularmente bueno en deportes, y no tengo nada que me haga destacarme de
otros chicos.”
Y
no soy apuesto como Shouma.
Al lado de una linda heroína debería haber un
hombre genial. Alguien con buenas calificaciones, alguien que sea atlético,
alguien que sea apuesto, o alguien que sea como un héroe. Hombres como esos son
mucho más populares con las chicas que un sujeto más del montón. Así como el
príncipe de la historia de Cenicienta.
“No soy un príncipe.”
Recibió una carta de amor, pero no tenía idea
de qué había hecho que la chica se enamore de él. Honestamente sería más fácil
de entender si fuera alguna clase de broma o accidente. Sin importar cuánto lo
intente, no podía imaginar a una chica encantadora como Sayuki o Yuika
enamorándose locamente de él.
“En serio, como siempre, Keiki no tiene
remedio.”
“¿Shouma?”
“Lo sé, ¿ok? Te uniste al club de caligrafía
por el bien de tu senpai para que no lo cierren. Ayudaste a tu kouhai, quien
estaba teniendo problemas para hacer amigos por su apariencia extranjera.”
“Shouma…”
“¿Por qué fuiste tan amable con
Tokihara-senpai y con Koga-chan?”
“Bueno, es normal ayudar a las chicas cuando
están en problemas, ¿no?”
Las chicas son más lindas cuando tienen una
sonrisa encantadora en sus rostros. Era por esa sola razón. Él no podía soportar
una mirada afligida en sus rostros, tenía que ayudarlas.
“A eso me refiero. Esos son los puntos que te
hacen especial.”
“¿Eh, qué quieres decir?”
“Exactamente eso. Porque eres un idiota.”
“¡¿Shouma?!”
“Ah, lo dije en el buen sentido de la
palabra.”
“¿Cómo podría ser un idiota en el buen
sentido de la palabra…?” Dicho eso, Keiki entendió que Shouma no lo dijo como
un insulto.
“Puede que no te hayas dado cuenta, pero
realmente eres un hombre del que las chicas podrían enamorarse. Puedo
garantizarlo. Y además recibiste una carta de amor, ¿no?”
“Ese… podría ser el caso… pero…”
Las palabras escritas en esa carta de amor
eran ‘Te amo’, por lo que debería haber allí afuera una chica que tiene
sentimientos por él.
“¿Realmente hay una chica que siente eso por
mí…?” El sólo pensarlo hacía que su cabeza se entumezca.
“¿…Huh?” En ese momento, Keiki sintió la
mirada de alguien sobre él.
Del otro lado del auditorio, las chicas
estaban alineadas contra la pared, esperando su turno para jugar vóley.
“¿…Nanjou?” Podrían estar a mucha distancia,
pero sintió que sus ojos se encontraron.
Además—apenas podía notarlo, pero pensó que
las mejillas de ella lucían ligeramente sonrojadas.
Conforme inclinó la cabeza, confundido, una
voz gritó “¡Cuidado!”
“¿Eh?” Miró hacia la voz.
En ese momento, su visión se quedó en negro y
un repentino golpe de calor explotó en su rostro.
“¿—Gufu?!” Había sido golpeado por una pelota
de básquet, probablemente debido a un mal pase. El sonido de la pelota picando
mezclado con el sonido de un humano colapsando.
……
……
……
Siguió un largo silencio. Él no se movía, lo
que hizo que pareciera que el tiempo se había detenido. Como la persona más
cercana del colapsado Keiki, Shouma se congeló. Ya que Keiki no mostraba
indicios de levantarse otra vez, Shouma soltó un grito que sacudió a todo el
gimnasio.
“¡¿K-Keikiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii?!”
Cuando abrió los ojos, Keiki se halló sobre
una cama en la enfermería.
“Oh… cierto, me golpearon en el rostro con
una pelota…”
Probablemente
fui cargado hasta aquí por otros estudiantes.
“Recibir un pelotazo directo en la cara… ¿qué
es esto? ¿Un manga?”
Conforme soltó esas palabras, sus ojos
divisaron a una chica sentada en una silla junto a su cama.
“Buen día. Las clases ya terminaron, Sr. Dormilón.”
“Nanjou…” Cabello rojo con una coleta al
costado, esta chica era Nanjou Mao.
Cerrando el libro que tenía en sus manos, lo
posó sobre sus muslos. A diferencia de Keiki, quien seguía vistiendo ropa de
gimnasia, ella ya se había cambiado al usual uniforme escolar. Extendiéndose
por debajo de su corta falda se encontraban sus saludables piernas—
“¡…Espera, ¿huh?!”
“¿Kiryuu? ¿Qué sucede?”
“N-No, no es nada…” No podía contarle que se
había excitado por sus bellas piernas.
Me
pregunto por qué las chicas de preparatoria siempre tienen que usar faldas tan
cortas. Y aun así siempre se enfadan cuando los chicos llegan a ver sus bragas.
No lo entiendo.
“¿Tu cabeza está bien? ¿Aún te duele?”
“Ah, no. Ya me siento mucho mejor ahora que
tomé un descanso.”
“Me alegra oír eso. Akiyama estuvo aquí hasta
hace un momento, pero tenía que irse a sus actividades de club. La enfermera
también tuvo que irse para asistir a una reunión de personal.”
“Eso explica porque no hay nadie cerca… Pero,
¿por qué estás tú aquí?”
“No tenía planes hoy… y pensé que sería mejor
si alguien se quedaba contigo para cuidarte.”
“Ya veo. Así que Nanjou puede ser gentil si
se lo propone.”
“Cállate. No es así.” Al verla actuar como
una auténtica tsundere, Keiki soltó una pequeña risita.
Quizás porque se dio cuenta de eso, ella
dijo, “Pequeño insolente—”, y le golpeó el costado.
“Aun así, ¿sucedió algo hoy? Estabas bastante
perdido, Kiryuu.”
“¿Me veía así?”
“Sí. Como cuando recibiste esa pelota con la
cara.”
“Entonces viste mi recepción, huh…”
“Fufu, el solo recordarlo me hace reír.”
“¡Oye!”
Ahora
que lo pienso, se sentía como si nuestros ojos se encontraron antes de que la
pelota me golpeara…
Quizás estaba mirando a Keiki porque estaba
preocupada por él.
“Bueno, Kiryuu siempre está en su propio
mundo, pero hoy era peor de lo normal… Oye, ¿estabas mirando a alguna chica que
te interesó o algo?”
“¿…Eh?”
Debido a su elección de palabras más directas
y distintas, Keiki no supo cómo responder.
“¿Eh, en serio? ¿Hay una chica?”
“No, te equivocas. Sólo estaba perdido en mis
pensamientos o algo así.”
“¿En verdad? …Eso suena sospechoso.”
“N-No, no hay nada sospechoso en eso.”
“¿Qué sucede? Tu rostro se está poniendo
rojo. ¿Tienes fiebre o algo?” Mao extendió su mano hacia la frente de Keiki.
No había ningún significado especial detrás
de eso, sólo era un poco de contacto físico.
“¿…Eh?”
“Ah…”
Sin embargo, quizás porque le estaba costando
mantener la compostura usual, él inconscientemente se encontró tomándole la
mano.
Su delgado brazo con delicados dedos. Una
temperatura corporal un poquito más fría que la de Keiki.
Normalmente, él sólo la veía como una amiga
común y corriente, pero ahora mismo, era vergonzosamente consciente de ella
como alguien del sexo opuesto.
“Oye, Nanjou… si realmente hubiera una chica
así, ¿me apoyarías?” Antes de darse cuenta, Keiki ya había pronunciado esas
palabras.
Estaba seguro de que ella diría que sí. No
obstante, su reacción no fue para nada como esperaba.
“…Como que no quiero eso… creo que no podría
apoyarte honestamente.”
“¿Eh…?”
“Nada… Lo siento, Kiryuu, me iré ahora,” con
esas palabras, se apresuró a salir de la enfermería.
“¿Qué fue eso…?”
Solo en la sala, Keiki reflexionó sobre las
palabras de Mao. Su corazón estaba latiendo como loco. La razón era el rostro
que la chica puso cuando se fue de la sala. Parecía como si estuviera triste de
que él esté hablando de otras chicas, casi como si estuviera haciendo un
puchero. Tenía ese ‘rostro femenino’ que nunca antes había visto en ella.
“No me digas que… ¿Nanjou es mi Cenicienta?”
En alguna parte en lo profundo de su corazón,
su opinión sobre ella había cambiado. Así como con Shouma, él la había conocido
al comenzar la preparatoria ya que habían terminado en la misma clase. Sólo se
habían conocido durante un año, pero ya la consideraba una buena amiga. Ya que
el estar con ella era tan confortable, él no la había visto como una potencial
novia.
Y como además fue miembro de la operación
limpieza, la probabilidad de que ella fuera la que envió la carta de amor no
era cero. Keiki se dio cuenta de que incluso Nanjou Mao era candidata a ser su
Cenicienta.
Después de cambiarse a su uniforme normal,
Keiki dejó el edificio escolar. Conforme pasaba por un parque cercano a la
escuela, divisó a una bella chica de cabello negro.
“¿Sayuki-senpai?”
“Oh, cake-kun. Tu nombre suena tan delicioso
como siempre.”
“Ya hemos tenido esa discusión esta mañana. Y
además…”
Keiki tuvo que mirar para abajo para
encontrar su mirada. La razón era que ella se encontraba arrodillada. Estaba
acariciando a un gran perro blanco mientras alzaba la vista a Keiki.
“¿Qué hay de ese perro gigante?”
“Me lo encontré de casualidad aquí. Así que
por ahora decidí llamarlo ‘Vegetariano’.”
“Definitivamente es carnívoro…”
Este perro gigante claramente no parecía
vegetariano. Si fueras a poner carne y vegetales en frente de él,
definitivamente elegiría la carne.
“De todas formas, claramente es la mascota de
alguien. Después de todo, tiene collar.”
Había un collar rojo oscuro alrededor del
cuello del perro.
“Probablemente salió corriendo mientras daba
un paseo. Sería bueno si su dueño se encontrara en las cercanías…”
Mirando alrededor, Keiki no pudo ver a nadie
que podría haber sido el dueño.
“Oye, Vegetariano. ¿Sabes dónde está tu
dueño?”
“¡Woof!”
“Qué problemático, Keiki-kun. Parece que no puede
hablar japonés…”
“¡Sería un gran problema si pudiera!”
Tras lo cual, ambos decidieron buscar al
dueño de ‘Vegetariano’ (nombre temporal), pero no les tomó mucho tiempo. Tan
pronto como el perro divisó a su dueña, inmediatamente corrió hacia ella. Dicha
dueña era una joven de más de veinte años. Luego de ponerle la correa y de
dedicarle reverencias incontables veces a Keiki y Sayuki, reprendió a su perro
(cuyo nombre no era ‘Vegetariano’, por supuesto) con un “¡En serio, no puedes
hacer eso!” Al ver a Sayuki, Keiki notó una expresión solitaria en su rostro.
Incluso después de que regresaron al parque,
Sayuki no dijo nada, y parecía evitar la mirada de Keiki.
“¿…Sayuki-senpai? ¿Sucede algo?”
“Ah, bueno. Sólo tenía un poco de envidia,
eso es todo…”
“¿Hm? Así que a Senpai le gustan los perros,
¿huh? ¿No puedes tener uno en tu casa?”
“No, no es eso.”
“¿…?” Keiki inclinó la cabeza ante esa vaga
respuesta.
“Oye, ¿Keiki-kun?”
“¿Qué pasa?”
“Me gustaría que Keiki-kun acaricie mi
cabeza.”
“……”
“¿…? ¿Por qué te quedas callado?”
“Ah, no, es que no esperaba esa clase de
pedido… ¿de dónde salió eso?”
“Hice mi mejor esfuerzo para la competencia
de caligrafía, sabes.”
“Ah, es cierto. Buen trabajo.”
“Y quiero una recompensa por mi duro
trabajo.”
“Ah, ya veo. Entonces, como recompensa,
quieres que acaricie tu cabeza.”
Dijo como entendiendo su razonamiento, pero
no lo comprendía. Un pedido como este era muy extraño viniendo de Sayuki.
“Ayer, le acariciaste la cabeza a tu hermana,
¿cierto? Me gustaría experimentarlo… ¿Podrías?” Lo miró, diciendo esas palabras
con una dulce voz.
“Si estás de acuerdo con que sea yo, lo haré
encantado.” Sin pensarlo dos veces, Keiki aceptó el pedido de Sayuki.
Comenzó a acariciarle suavemente su cabello.
Aunque era una estudiante de 3er año y un poco más alta que Mao o Yuika, no era
tan alta como Keiki, por lo que su altura no era un problema para él. Ya que
esta era la primera vez que le acariciaba la cabeza a una chica que no era su
hermana, se sintió un poco avergonzado. Por supuesto, hacer algo como esto en
general es vergonzoso sin importar la situación. Especialmente considerando que
se encontraban en medio de un parque público, con otras personas que pasaban
por allí ocasionalmente.
Mientras que Keiki estaba teniendo problemas
para mantener su vergüenza bajo control, Sayuki por su parte lucía tan calmada
como un gato.
“Uhm… ¿qué tal?”
“Ah, bueno… no sé realmente por qué, pero se
siente bien.”
Parecía disfrutarlo.
Estuvieron así por unos diez segundos.
Después de que Keiki quitó su mano, ella le sonrió tímidamente. Y entonces, sin
advertencia alguna, de pronto le besó la mejilla.
“Esta es tu recompensa por ser tan amable
siempre.” Después de que dijo esas palabras con su usual sonrisa encantadora,
volteó, y su falda revoloteó.
Su rostro tenía un tinte rojo y murmuró un
suave “Nos vemos mañana,” conforme su cabello negro desaparecía lentamente en
dirección al sol que se ponía. Con la cabeza en las nubes, y la suave sensación
que permanecía en su mejilla, Keiki fue dejado allí así nada más. Inseguro
sobre lo que acababa de pasar, puso una mano sobre dicha mejilla y murmuró:
“¿Qué fue eso…? Ya no tengo idea de qué está
sucediendo.”
La persona que envió la carta de amor, las
bragas dejadas encima de ella, ese beso de ahora. Lo único de lo que estaba
seguro era que su corazón estaba latiendo como loco.
“…Oh, ¿Onii-san?”
“A-Ah, sí. Ya llegué.”
“Bienvenido. ¿Qué sucede? Pareces perdido.”
“N-No, no es nada.”
No
puedo contarle que sigo en shock por el repentino beso de Sayuki-senpai.
Mizuha salió del living vistiendo un delantal
y sosteniendo una sartén. Ya se había cambiado el uniforme escolar.
“Pude conseguir algo de caballa hoy, así que
comeremos sopa de miso en la cena.”
“Oh, suena genial.”
“Terminaré pronto, así que ve y cámbiate.”
“Haré eso. Uhm, Mizuha. Sobre ayer…”
“¿Sí? ¿Qué pasa?”
“Después de que terminamos de limpiar ayer,
¿sabes cuál de ustedes fue la última en irse del salón?”
Después de que Keiki le contó a Shouma sobre
la carta de amor, Shouma le había dicho “La última chica en irse es la que
tiene la probabilidad más alta de ser Cenicienta.”
“La última persona, ¿huh? Uhm—” Se llevó una
mano a los labios mientras pensaba. “Debe haber sido Tokihara-senpai si mal no
recuerdo.”
Ese era el nombre de la chica con la que
Keiki estuvo hasta hace unos minutos.
“¿Por qué lo preguntas?”
“Ah, no es nada. Gracias.”
Después de decir eso, Keiki subió las
escaleras y se dirigió a su habitación. Incapaz de hacer algo más, apenas logró
cerrar la puerta y apoyarse contra ella, lentamente deslizándose al piso.
Inconscientemente tocó su mejilla. El lugar
donde Sayuki lo había besado.
“¿…Entonces Sayuki-senpai es Cenicienta?”
La probabilidad ciertamente no era baja. Ella
no besaría a un chico por el que no tiene sentimientos—o al menos él pensaba
que ella no lo haría.
“Si Sayuki-senpai realmente me ve de esa
forma, yo podría sentir sus pechos tanto como guste…” Imaginó en su cabeza,
siendo capaz de usar esos grandes melones como quisiera. “Eso no sería tan
malo…”
Pero sin importar lo mucho que disfrutara
esas fantasías, ciertamente no se harían realidad a menos que pueda probar que
ella es su Cenicienta.
“Supongo que iré a ver a Senpai de nuevo
mañana.”
Concluyendo eso, decidió cambiarse la ropa…
pero le resultó imposible hacerlo. Su cuerpo no le respondía, y los latidos de
su corazón no se apaciguaban. Por un rato largo, Keiki no pudo moverse de ese
lugar.
NOTAS DEL TRADUCTOR
- La pronunciación de “Keiki” suena similar a la de “cake” (/keɪk/), que significa “pastel”.
Traductor al
Inglés: CClaw Translations
Traductor al Español: nahucirujano
Corrección: nahucirujano
Traductor al Español: nahucirujano
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