Capítulo 4


Capítulo 4 – Una Tajada



PERIÓDICO MURAL DE LA ACADEMIA HAGUN
Personajes —— Escritora • Kagami Kusakabe

TOUKA TOUDOU

■ PERFIL
Afiliación: Academia Hagun, Año Tres Clase Tres
Rank de Caballero: B
Artes Nobles: Raikiri
Apodo: Raikiri
Resumen Personal: Presidente del consejo estudiantil de la Academia Hagun

Gráfica de Atributos (empezando por el extremo izquierdo, siguiendo el sentido de las agujas del reloj)
Habilidad Física: A
Suerte: D
Poder Ofensivo: A
Poder Defensivo: C
Cantidad de Maná: B
Control de Maná: B

¡Checkeo de Kagamin!
¡Nuestra presidente del consejo estudiantil con impecable habilidad y carácter! ¡Podría decirse que su habilidad es en general alta, como se esperaba de una rank-B! La habilidad ofensiva de su Arte Noble, Raikiri, se destacaba especialmente, y constituye la carta del triunfo que la ha dejado invicta hasta aquí a corta distancia. Una buena pregunta es cuántas victoria hubiera tenido sin usar Raikiri, ¿huh?

***

“Sí, estoy bien. Tengo buena salud... Sí. El enfrentamiento de mañana es el último de la escuela, supongo. ¿Eh? ¿Llegará apoyo desde Tokyo? ¡¿Hicieron una bandera?! ¡Es demasiado temprano para eso! Y de todas formas, el Festival de Arte con la Espada de Siete Estrellas este año se llevará a cabo en Osaka... Sí, así es. De todas maneras, gane o pierda, una vez que las batallas de selección terminen iré a hacer una aparición temporal. Sí. Nos vemos luego. Gracias por los vegetales. Dales las gracias a todos por mí. Y Madre, cuídate mucho, ¿okey? ...Adiós.”


Intercambiando palabras de despedida, Touka apagó la función telefónica de su datapad. La pantalla de cristal líquido tenía humedad sobre ella. Era evidencia de que la conversación había durado cincuenta minutos. Parecía haber sido una conversación telefónica muy larga.

“¿La directora se encuentra bien de salud?”

Sentado en el sofá del salón del consejo estudiantil y mordiendo un gran tomate rojo, Utakata preguntó por la persona con quien ella había estado conversando por teléfono. Acerca de las circunstancias de la directora del Hogar Wakaba, el orfanato que les había dado refugio.

“Siento que estaba completamente llena de energía como nunca.”

La directora—una mujer de la tercera edad a quien Touka había llamado “Madre”—había sufrido un ataque cardíaco el año pasado. En aquella ocasión, Touka había pasado una noche entera sollozando, e incluso Utakata quien usualmente estaba silbando tenía el rostro pálido, pero habiendo escuchado la voz por el teléfono recién, parecía que su condición ya se encontraba estable, y su energía había regresado. Demasiado, de hecho.

En cualquier caso—

“¿Ya hicieron una bandera, dijo?”

Eso. Aun cuando la victoria en las batallas de selección no habían terminado, o las decisiones respecto a los representantes, parecía que la directora y los niños de la institución ya habían creado una bandera para que ella llevara al Festival de Arte con la Espada de Siete Estrellas. Como se esperaba, incluso Touka se quedó sin palabras.

“Son muy apresurado... realmente lo son.”

“Es lo único que todos están esperando, sabes. Para los niños de Hogar Wakaba, es su deseo para su heroína, Raikiri.”

Diciendo eso, Utakata le dio a Touka una fotografía tomada de la caja de cartón llena de vegetales enviados desde Hogar Wakaba. En esa foto estaban los rostros sonrientes cubiertos de lodo de los niños quienes cosecharon los vegetales, y abajo había palabras de ánimo escritas con letras que ellos habían memorizado con su máximo esfuerzo.

Ciertamente, no había duda que para los niños del Hogar Wakaba, Touka era una heroína. Huérfanos como ellos, graduándose de la misma institución, luchando enormemente al frente del mundo. Luchando, y ganando. Esa figura era la que los niños del Hogar Wakaba admiraban.

Utakata también quería brillar como esa chica algún día. Con ese sueño, el valor para enfrentar ese sueño le era dado continuamente por Touka.

Y otra vez, Touka era consciente de que ella era esa existencia para los demás. Por lo tanto, no podía perder. Para preservar esa expectativa, no podía permitir que su fuerza se rindiera ante la presión. En cierto sentido, era la parte más fuerte de Touka Toudou, Raikiri.

Esto, lo leeré atentamente luego.

Sosteniendo la foto contra su pecho dulcemente por un momento, Touka la guardó en su bolso. Luego dirigió su atención a la caja llena de vegetales. Desde tomates hasta berenjenas y pepinos—era un surtido de vegetales de verano cosechados en el jardín de la institución. Todos y cada uno tenían aspecto salvaje, dando una cálida sensación que no podía describirse con palabras.

“Wow, mira Uta-kun. Esta berenjena, es muy grande y espléndida. Si preparamos curry de berenjena o algo parecido, podría resultar delicioso, ¿cierto?”

“Síp, es tan oscura y grande y espléndida, ¿huh?”

“¡J-Jeez! ¡Qué respuesta de señor anciano!”

“Ja ja ja. Pero ya que se arruinará si los dejamos aquí, tenemos que llevarlos a la cafetería de la escuela mañana, ¿no?”

De pronto, Utakata pronunció esas palabras. Ante esas palabras, el rostro de Touka se nubló ligeramente. Porque pensó en algo desagradable.

“¿...Mañana, huh?”

Hace poco, le llegó un mensaje. Provino de Kurono Shinguuji. Su contenido—era un cambio de su oponente de mañana. Y encima, ese oponente era El Peor, el tema de un alboroto en este momento—y que daba inevitablemente la impresión de que había cometido un crimen.

Touka había preguntado sobre eso, y Kurono no lo había ocultado. La adversidad que Ikki estaba enfrentando, de la que oyó de Kurono, iba sin dudas más allá de toda descripción. La malicia que lo rodeaba, arrinconándolo y llevándolo a la peor condición, y encima, estaban enviándola a ella como la assassin contra él.

“¿Touka será la representante para tomar ese duelo?”

Incluso Utakata entendía el asunto. Por lo tanto él, a Touka cuya expresión se había nublado, le preguntó con un tono de voz preocupado. En respuesta, Touka abajo sus ojos.

“No tengo derecho a decidir. La Señorita Directora también lo dijo, pero para mí es batalla de selección final, el último enfrentamiento.”

Ciertamente, era un duelo para Ikki, pero para Touka era una batalla de selección absoluta. Sólo le habían cambiado el oponente, y no podía arriesgarlo todo por el bien del resultado. Y aunque no había habido alteraciones tan repentinas, hasta aquí habían ocurrido situaciones cambiantes. Por lo tanto ni siquiera Touka podía protestar enérgicamente. Sin embargo—

“Pero sientes que esto no debería suceder, ¿cierto?”

“Sí...”

Debido a eso, era imposible que esta sensación desagradable de shock se disipara. Más tratándose de una chica tan bondadosa como Touka.

...Por lo tanto, había tomado una medida.


*knock knock*


Justo a tiempo, un visitante golpeó la puerta del salón del consejo estudiantil.

“¿Quién puede ser a esta hora?”

“Yo la llamé. Por favor pasa.”

“Perdón por la intromisión.”

La persona que abrió la puerta y entró era una chica joven bajita que lucía como una muñeca de porcelana. Era quien había peleado con Touka con toda su fuerza, Shizuku Kurogane, Lorelei.


“Esta es una invitada inesperada, ¿no?”

“...No pensé que sería llamada aquí tan tarde en la noche por la persona que me dejó una marca negra en mi récord.”

“Ja ja. Eso es bastante natural. Oh, cierto, ¿quieres un tomate? Está muy dulce y delicioso, sabes.”

“...Ya me lavé los dientes, así que no, gracias. Además, no me llamaron aquí para comer tomates. —Presidente. ¿Qué quiere de mí?”

Shizuku apresuró a Touka para que fuera al grano.

...Estaba siendo infantil. Shizuku lo sabía. Pero encontrarse y hablar con la persona que destruyó su sueño, su meta de avanzar en frente de todo el país con su hermano, la estaba incomodando después de todo.

Touka tenía la misma sensación. Por lo tanto fue directo al punto, y comunicó su motivo para llamar a Shizuku.

“La verdad es que, la Señorita Directora me envió un mensaje hace poco... y como te involucra a ti, Shizuku-san, quería transmitírtelo—”

Touka estaba diciendo que la competición programada para mañana había sido modificada de repente. Y que Ikki estaba apostando su futuro entero en esa pelea, y tuvo que aceptar un desafío. Poco a poco, conforme Shizuku escuchaba la vengativa realidad, su expresión se llenó de ira. Y pronto se hartó de escuchar todo eso,

“¡...Escoria...!”

Con ojos verdes brillando furiosamente, maldijo a alguien que no estaba aquí. Y después de eso, le preguntó a Touka.

“...Presidente, ¿vas a pelear? ¿Contra Onii-sama, cuya condición física es grave?”

“La presidente del consejo estudiantil no es más que una estudiante común. Aunque me grite objeciones, no tengo poder para cambiar a mis oponentes.”

Aunque se trataba de Touka, quien era reticente a pelear, no podía hacer lo suficiente. Sin embargo—aunque no podía evitarse y era incapaz de convencer a Shizuku, Touka aun así había llamado a Shizuku.

“Por lo tanto Shizuku-san, tengo algo que pedirte a ti, que eres familia de Kurogane-kun.”

“¿A mí...?”

“Sí... Shizuku-san, ¿puedes aconsejarle a Kurogane-kun que no haga esto?”

“¿...Eh?”

“La condición física de Kurogane-kun parece considerablemente mala. En el peor de los casos, una neumonía... Escuché que podría ser incluso peor que eso. En palabras sencillas, sólo hubo pocos días de interacción, pero he visto la clase de caballero que es Ikki Kurogane. Hablando desde esa impresión, pienso que se lanzará a sí mismo a la pelea con su cuerpo totalmente dañado. No por desesperación, sino con el fin de luchar conmigo seriamente. Él definitivamente buscará la victoria y la resolución.”

Y—

“Y yo también, soy una chica que no dejará escapar al oponente que enfrente. Si él viene a la pelea, lo enfrentaré con toda mi alma. Como resultado, aun si ocurre un accidente desastroso...”

En ese instante, un escalofrío recorrió el cuerpo de Shizuku.

Esta persona... va en serio.

Detrás de las gafas, pudo ver claramente el brillo de los ojos de Touka, y Shizuku se convenció. Touka no estaba exagerando. Ciertamente, estaba pensando incluso en la posibilidad de matar a Ikki. Y contemplando el peor futuro posible, había llamado a Shizuku aquí.

“Te lo ruego. Por favor detén a Kurogane-kun. Creo que la única que puede hacerlo eres tú, su familia.”

Shizuku no respondió de inmediato.

¿Qué debería hacer? ¿Qué sería lo correcto? Sin saberlo...

“...Una noche, por favor dame una noche para pensarlo...”

Lo mejor que pudo hacer fue soltar esas palabras.


Ya que Shizuku dejó el salón, Touka murmuró algunas palabras por la inquietud de su corazón.

“Aun si Kurogane-kun se abstiene de luchar mañana, aun si peleo y gano—yo... ¿puedo salir con orgullo ante el país después de tal pelea?”

Recordando las sonrisas en esa foto que vino con los vegetales, y el mensaje de apoyo. ¿Será capaz de tener una pelea digna de sus esperanzas y admiración honesta?

Era una ansiedad ieludible.

“Touka.”

De repente, la mano de esa intranquila Touka fue envuelta por una pequeña calidez. Era la mano de Utakata. Él tomó la mano de Touka, y alzó sus ojos hacia ella desde punto de vista.

“Ciertamente, los adultos han hecho varias cosas ridículas para ocasionar circunstancias para su conveniencia, pero aun así, tú eres tú. Deberías luchas la batallar de la que tú misma estés orgullosa. Te queremos porque eres así... Y Kouhai-kun probablemente espera lo mismo.”

Naturalmente, le dijo a Touka la verdad que cargaba su convicción. No importaba lo que los demás pensaran. Si Touka hacía lo que creía correcto, eso era suficiente.

Ante esas palabras... Touka sonrió gradualmente. Podía hacerlo.

“Sí. Gracias, Uta-kun.”

Es cierto. Desde el principio, eso era todo lo que podía hacer.

Sólo podía dar lo mejor de sí.

“¡De acuerdo!”

Touka exclamó, y juntó sus palmas. El agudo dolor, se llevó su titubeo y confusión—ya no dudaba más.

Mañana, si él se presenta a la batalla para enfrentarme, no tendré piedad.

Sin piedad, ella lo acompañará en la batalla con toda su fuerza como caballero. Y ganará. ¡Ganará sin falta!

¡Ganaré—e iré al Festival de Arte con la Espada de Siete Estrellas con orgullo!


De esa manera, la noche anterior a la batalla decisiva avanzó—y la Academia Hagun recibió la mañana de las batallas de selección de representantes finales para el predestinado Festival de Arte con la Espada de Siete Estrellas.


“Bueno, bueno. Aunque es apenas el comienzo del verano, parece que este año será muy cálido.”

La mañana del día final de las batallas de selección. En la estación más cercana a la Academia Hagun, el jefe de la estación se limpió el sudor de la frente mientras barría.

El cielo estaba despejado. Era un calor que bañaba con luz solar ininterrumpida. En esa estación del año, el cómodo uniforme azul marino era un poco resistente.

De pronto, escuchó el sonido de un tren eléctrico aproximándose, y alzó el rostro. El tren que se detenía en cada estación estaba llegando a esta. Desaceleró hasta detenerse en frente de la estación, y sus puertas se abrieron. El jefe de la estación no tuvo más opción que retroceder tres pasos ante el visitante que bajaba.

Bueno, no hay nadie que venga aquí en este momento, pero...

En cualquier caso, la Academia Hagun era un lugar razonable al cual ir desde esta estación. Dejando de lado a los estudiantes que estaban partiendo para divertirse en los días libres, en franjas horarias de días de semana, no había personas que bajaran en la estación cercana a la Academia Hagun, la cual tenía un dormitorio residencial. Eso era lo que él esperaba, pero—

¿Hmm?

Por las puertas abiertas del tren, un hombre salió lentamente. Su espalda estaba encorvada. Era un anciano.

Qué inusual. Alguien vino un día de semana.

¿Qué clase de persona era? Por tal curiosidad, el jefe de la estación giró sus ojos hacia el anciano que había descendido.

Y se quedó estupefacto.

No era un anciano el que había descendido. Era un joven—no, un chico. Un chico que debería estar en la plenitud de su salud, pero estaba saliendo del tren eléctrico con la espalda encorvada.

Pero la razón por la que el jefe de la estación se quedó estupefacto no fue por la edad del chico. El asombro era por su condición física—la de Ikki Kurogane.

“Haa... haa...”

Respiraciones roncas salvajes, y su rostro totalmente pálido. Los ojos visibles detrás de su flequillo desaliñado eran turbios, y no mostraban vitalidad alguna. Y lo peor que aquella imagen emitía—el sudor que goteaba de su mentó era inusual. Aun con el fuerte calor, el tren eléctrico tenía aire acondicionado. Una persona sana no estaría traspirando tanto.

“O-Oye, ¿estás bien?”

“Qu... oh, sí, estoy... bien.”

“¡No, obviamente no luces bien! ¡Llamaré una ambulancia...!”

Entonces, el jefe de la estación miró el rostro de Ikki con asombro. Aunque Ikki estaba en frente de sus ojos, apenas ahora lo reconoció como el chico descripto en las noticias por haber engañado a la princesa de Vermillion. En ese momento, la expresión del jefe de la estación mostró un obvio disgusto. Ikki pudo notar eso.

“Gracias por... preocuparse por mí. Pero... lo siento... tengo prisa.”

Ikki le dedicó una rápida reverencia al jefe de la estación, y pasó por su costado. Y así, dejó la estación.

“Ah...”

Esa espalda estaba distanciándose más con pasos vacilantes y temblorosos. Viendo esa espalda, el jefe de la estación recordó con desconcierto. Ikki era el niño con el cual, según la afirmación de los medios, era notoriamente difícil lidiar en el hogar de sus padres.

Pero de alguna forma... fue extremadamente cortés, ¿no?

Luego de conocerlo en persona, el jefe de la estación pensaba que no era muy parecido a la persona que las noticias describían.


Ikki salió de la estación, y así subió el camino de la colina hacia la Academia Hagun. Era una carretera que se extendía por un kilómetro. Un camino por el que él siempre corría con Stella cada mañana. Era una pendiente que no le dificultaría al Ikki de siempre, pero como se encontraba ahora, era una distancia extremadamente larga.

Con apenas respiraciones poco profundas, sus dañados pulmones no podían brindarle oxígeno apropiadamente.

Duele...

Al menos, quería respirar. Abriendo su boca para jadear, para tomar oxígeno, pero—

“¡...Ack, *tos*! ¡*Tos*!”

Ante el agudo dolor que sus irritados pulmones le traían, todo el oxígeno que habían capturado fue soltado. El oxígeno en su sangre era extremadamente bajo, y sus labios se estaban poniendo azules. Mareado por la fiebre y con falta de oxígeno, la consciencia de Ikki básicamente ya no existía. Y en el lugar del ego del debilitado Ikki, sólo había pensamientos de debilidad por las alucinaciones debido a las drogas.

¿...Voy a desafiar a Raikiri en este estado...?

Algo así, era imposible. Sólo sería un suicidio.

No puedo ganar...

Eso era algo obvio. En primer lugar, la demacrada espada de una persona demacrada como él, no podría derrotar a la espada de esa chica.

Suficiente, quiero dormir...

Quejidos flotaban por la mente de Ikki quien estaba escalando la desierta colina bajo la luz del sol de la anual ola de calor y el sonido de las cigarras. Ahora mismo, casi había dejado ir su consciencia. Para Ikki, era una tentación irresistiblemente dulce.

En ese momento.

“Ah...”

Una pequeña piedra topó en su pie, y el cuerpo de Ikki se estrelló contra el asfalto sin defensa alguna.

Esto... no es bueno...

Si no se levantaba.

Si no lo hacía, no llegará al enfrentamiento a tiempo.

Si no llegaba al enfrentamiento a tiempo, perderá.

Si perdía...


Oh, ¿qué diferencia... marca?


Sentía que su cerebro se quemaba desastrosamente. Desconcentrado por las drogas y mareado por la fiebre, ¿qué iba a hacer Ikki ahora? Ni siquiera podía entender cuál era su meta al hacer esto.

Y en medio de su alborotada consciencia, Ikki divisó algo al borde de su campo de visión.

...Ah.

Era nieve. Antes de que se diera cuenta, el cielo se había oscurecido, y grandes copos de nueve estaban cayendo.

¿En pleno verano? Imposible. Pero aun así, ciertamente estaba—

Hace... frío...

Con sus dientes castañeando, su cuerpo se congeló. Ante ese frío... Ikki rememoró.

...Lo que me recuerda, ese día también estaba nevando, ¿no?

Aquel día, cuando los parientes se reunieron para celebrar el año nuevo. El día que él se escapó de la casa, sin poder soportarlo más. Nadie respondió a sus gritos, nadie se preocupó por él, encogiéndose en la nieve, solo.

Comparado a eso, yo... no he cambiado en absoluto.

En serio, ¿qué estaba haciendo? Sin una sola expectativa, sin un solo logro, no fue capaz de cambiar ni una sola cosa. En el pasado o en el presente, se estaba encogiendo bajo la incesante nieve. Aun si decía eso, encontrándose tan desgastado como ahora, ¿qué estaba tratando de hacer?

No lo sabía. No podía recordar nada. Es sólo que no evitar que su cuerpo se movieran, y sus párpados se hacían más pesados—

La consciencia de Ikki cayó en una fría oscuridad.


Los enfrentamientos finales de las batallas de selección. El número de enfrentamientos de hoy era menos que el usual. Los enfrentamientos que sucederían incluían sólo a los doce luchadores que estuvieron invictos hasta ahora. Por lo tanto, no era necesario decir que había muchos espectadores. En particular, el número de personas que vino a la primera arena de práctica para el enfrentamiento entre Raikiri y El Peo era terriblemente enorme.

Los estudiantes que vinieron a ver elevaban sus voces con asombro por aquí, por allá, por todas partes.

“Wow, mucha gente, ¿huh?”

“Por supuesto que sí. Todos están aquí para ver el enfrentamiento entre Raikiri y El Peor.”

“Por cierto, ¿aquello que veo allí es una cámara?”

“Es de los reporteros. Tú sabes, por esa historia.”

“Cierto, el escándalo sobre El Peor y la Princesa Carmesí. ¿Pero acaso no están prohibidos los reporteros dentro de la escuela?”

“La Unión fue extremadamente influyente en este asunto, ¿así que quizás sea una excepción?”

“Oigan... chicos, ¿ustedes creen en esa historia?”

“No hay dudas de que estaban juntos. Ningunos de ellos lo negó, y luego se estuvieron llevando increíblemente bien.”

“Y después del enfrentamiento con el Cazador, la Princesa Carmesí fue la que hizo su confesión de todo corazón, sabes.”

“¡Eso no es verdad! Mira, la familia de El Peor fueron los que ofrecieron la evidencia, ¿no? ¿Que El Peor era un impenitente y notorio abusivo en el pasado, y que incluso ahora está jugando con las chicas?”

“¿Oh, eso?”

“...No lo creo.”

“La verdad es que, yo tampoco. Mis Dispositivo es una espada japonesa, y aprendí cómo balancearla y sobre juego de piernas de ese chico durante los descansos del almuerzo, sabes.”

“Oh, yo también lo vi. Vi a esa persona allí, y no puedo creer que lo que los periódicos escribieron sea verdad. Después de todo, durante esta importante temporada de batallas de selección, él fue muy amable al enseñarle a los demás a pesar de no tener beneficios de ello. ¿Cómo podría alguien así intentar engañar a la Princesa Carmesí?”

“Pero la evidencia viene de su propia familia. En ese caso, tiene que ser verdad, ¿cierto? ¿Por qué mentirían? Son sus propios parientes. Podrían mentir para protegerlos, pero no hay razón para inventar mentiras y dañarlo, ¿cierto?”

“Sí, es difícil imaginar eso.”


Mezcladas con la actividad de la ruidosa muchedumbre, preguntas y sospechas en torno a Ikki eran intercambiadas. Desde los asientos de los espectadores, el mejor lugar para llevar a cabo esas conversaciones, Nene Saikyou—la mujer bajita vestida con un kimono quien estaba mirando la arena—le habló con admiración a Kurono Shinguuji quien estaba cerca.

“Hm~ph. Parece que algunos niños no se están tragando los que las noticias dicen, ¿huh?”

“Así es. Las personas que conocieron a Kurogane en persona parecen ser las que menos lo creen.”

“Puedes darte cuenta que ese niño es inofensivo con solo verlo.”

“Pero esa verdad es intrascendente.”

Con una expresión agria, Kurono expresó esa realidad.

Ciertamente, la cadena de eventos que rodeaba a Ikki, lo correcto y lo incorrecto o lo bueno y lo malo, ya se había encomendado a su victoria en este duelo. Por lo tanto, por mucho que Ikki necesitara reformarse, por mucho que el grupo de Akaza estuviera equivocado, el método para comprobar la responsabilidad de Ikki ya estaba limitado a esta victoria.

“En serio, realmente lo hicieron, sabes. Esos bastardos.”

Ni siquiera Kurono había anticipado que las cosas resultarían de esta manera. ¿Él debería haber resistido hasta que llegara el padre de Stella? Kurono se quejó de su propia inocencia. Y entonces...

“Je je je. Permítanme aceptar sus cumplidos.”

Una voz deliberadamente encantada y empalagosa se escuchó a un lado de las dos. Ambas giraron al mismo tiempo hacia esa voz, y allí barril de persona sofocado de calor yacía de pie, limpiándose el sudor de la frente con un pañuelo.

“Buenas tardes. Cielos, hoy sí que hace calor, ¿no~?”

“Jefe del Comité Akaza...”

Ante la aparición de Akaza, los rostros atractivos de Kurono y Saikyou hicieron una mueca al mismo tiempo. Naturalmente, ya que se trataba de alguien a quien no podían darle una bienvenida.

“¿Qué quieres de nosotros, tanuki rojo?” (1)

Saikyou preguntó cortantemente con un tono punzante, y Akaza de rió como diciendo “Espera, espera, por favor no muestres los dientes.”

“No, no. No quiero nada de ustedes, pero habiéndome encontrado con Sensei por casualidad, sólo quise traerlo a él para que pudieran hablar, ¿sabes? Ahh, por aquí, Sensei.”

Un hombre anciano bajito vistiendo un kimono decorado con un escudo de armas familiar se acercó en frente de las dos.

“Ah, por fin las encontramos. En un lugar tan espacioso como este, no sabía en dónde se encontraban ni qué estaban haciendo, ¿ha?”

“¡Geh, el viejo!”

Saikyou fue la primera en reaccionar ante la aparición de esta persona. Y estaba justificado.

El nombre del anciano era Torajirou Nangou, el Dios de la Guerra. Era un viejo caballero mágico de noventa y dos años, el más longevo de Japón, y el hombre que fue profesor de Saikyou.

“Jo jo jo. La boca de mi adorable pupila es tan filosa como siempre. Bueno, eso es lo lindo de ti, ¿no?”

“L-Lin... ¡no digas cosas repugnantes!”

“Tu rostro está rojo, Nene. ¿Qué tal si lo aceptas honestamente?”

“¡T-Tú viejo disecado, escuchar cosas como esas de ti no me hace feliz!”

En el rostro de Nene conforme dijo eso, la timidez no podía ocultarse con esas palabras.

Sheesh, esa chica no puede ser honesta.

Aunque ya se sabía que este anciano era la persona que Nene más conocía, y la que ella más respetaba en el mundo.

“Kurono-kun, también ha pasado tiempo para nosotros, ¿no? No nos hemos visto desde que tu vientre estaba enorme, ¿pero tuviste un parto sin problemas?”

“Sí, afortunadamente.”

“Eso es bueno, muy bueno. Sin embargo, hnn~, después de experimentar el parto, te has vuelto más voluptuosa, Kurono~ En la cintura, especialmente—”

“¡Viejo! ¡¿Viniste aquí sólo para mirar lascivamente a mi amiga?! ¡Te mataré!”

“Jo jo jo. Nene, a ti también se te están pasando los años, en lugar de hacer tanto ruido, deberías seguir el ejemplo de Kurono y adquirir algunos conocimientos de atractivo adulto. De lo contrario, perderás tu oportunidad de casarte, ¿sabes?”

“Nangou-sensei, aun si usted no se preocupa por eso, esta chica ha perdido esa oportunidad hace mucho tiempo.”

“¡T-T-Todavía puedo casarme! ¡Sólo me estoy divirtiendo con todo mi ser como mujer soltera! ¡Es que sería tonto relacionarme con un solo hombre! ¡O mejor dicho, ¿por qué Kuu-chan está de su lado?!”

Porque Nene es muy linda cuando Nangou-sensei está cerca.

Hacía que Kurono quisiera molestar a Nene en contra de su mejor juicio. Había demasiados momentos en lo que Nene no era linda, usualmente. Bueno, no iba a contárselo a la propia persona.

“De todas formas, Nangou-sensei, ¿por qué está aquí hoy?”

Descartando el indignante “¡No me ignores!” de Saikyou, Kurono le preguntó a Nangou. Bueno, era pura cortesía. Kurono podía suponer la razón principal por la que había venido aquí.

“Por supuesto, vine a ver la grana actuación de Touka... Bueno, sería suficiente con esperar al Festival de Arte con la Espada de Siete Estrellas, pero tenía que venir ya que su oponente es alguien de los Kurogane, ¿no?”

Como pensé.

Ciertamente, Nangou era el profesor de Touka al mismo tiempo que fue el de Nene. Él vio la agudeza de Touka quien seguía un estilo ancestral, y luego le enseñó su propio estilo de espada. La actual firma de Touka, Raikiri, también era un arreglo de la propia técnica del anciano, Otogiri, para que ella utilizara. Y la razón más importante que eso— (2)

“Je je je. Y porque se trata del rival eterno del honorable Nangou-sensei nacido en la misma era, el gran héroe Ryouma Kurogane, ¡no? Es natural que se sienta interesado.”

Nangou tenía noventa y dos años. Era alguien que luchó junto al gran héroe Ryouma Kurogane en la Segunda Guerra Mundial, y al mismo tiempo eran rivales. Ordinariamente, el cronograma de las batallas de selección en la escuela no era comunicado al exterior, pero la lucha de esta vez fue transmitida como noticia. Si sabía que su pupila favorita y el pariente consanguíneo de su rival iban a luchar entres í, sería natural que Nangou apareciera para ver el resultado con sus propios ojos.

Sin embargo—

“...Pero espere, Nangou-sensei. Existe la posibilidad de que el enfrentamiento de hoy no ocurra.”

De repente, Akaza mostró una repulsiva sonrisa en su rostro, y dijo eso.

“¿Qué?”

Las cejas de Kurono se movieron de repente ante esas palabras. Porque tenía un mal presentimiento que no encajaba con el tono de voz de Akaza. Y casi al mismo tiempo—


Una notificación para todos los asistentes. Aunque ya ha llegado la hora del enfrentamiento entre la contendiente Touka Toudou y el contendiente Ikki Kurogane, éste último aún no ha llegado a la sala de espera. Conforme a las regulaciones de las batallas de selección, en el caso de que el contendiente Kurogane no llegue en diez minutos, el mismo habrá perdido por ausencia. Por favor les rogamos su comprensión.


Ese anuncio hizo eco dentro del estadio.

“...Si recuerdo correctamente, Kurogane fue traído aquí por el Jefe del Comité Akaza en el mismo automóvil por lo que no debería ser necesario ir a buscarlo. ¿No fue eso lo que me dijeron?”

Ciertamente, Akaza le había dicho eso a Kurono ayer, y evitó que ella fuera a buscar a Ikki. Pero a pesar de esa charla—

“Je je je. No, lo siento mucho. Me olvidé por compleeeeeto. Estoy sinceramente arrepentido. Sin embargo, la distancia desde la rama de la Unión hasta aquí no es tan grande. Una sola persona puede usar el tren eléctrico para llegar aquí, ¿no? ...Bueno, su condición física parecía extremadamente mala, así que espero que no haya colapsado en el camino. Je je je.”

Este hijo de perra...

Ante el disgusto hirviendo dentro suyo, Kurono apretó sus puños congestionados de sangre.

Una pequeña mano tomó ese puño que temblaba. Era la mano de Saikyou. Estaba mirando a Kurono con las cejas levantadas, y advirtió a Kurono con una pequeña voz, con sus labios escondidos detrás de su abanico plegable.

“No te precipites, Kuu-chan.”

Kurono se quedó en silencio.

“Los detalle no importan, ya que Kurobou aceptó el duelo. Lo que suceda aquí no es importante. Las cosas que deberían hacerse, todas ellas vendrán después.”

Saikyou estaba igualmente exasperada. Sabiendo eso, Kurono aflojó su puño en silencio.

“Sí, es verdad, ¿huh?”

Y así, las dos lo decidieron. Esta batalla, ya sea que Ikki la gane o la pierda, ellas no van a dejar ir con vida a este tanuki rojo.

Mientras el tanuki rojo, Akaza, como sin sentir el instinto asesino de las dos, miró felizmente al ring donde el enfrentamiento no estaba comenzando. A estas alturas, todo estaba marchando bien. Desterrar a Ikki de la Unión: si Akaza producía el resultado que Itsuki deseaba, Itsuki le había prometido firmemente promover a Akaza de Jefe del Comité de Ética a Jefe de Relaciones Públicas. Eso no sería en los niveles subterráneos de la rama. Estaría en la superficie visible y brillante. Si eso sucedía...

Entonces hoy mismo me despediré de este rol de villano.

El Comité de Ética que era criticado como policía secreta era un departamento que tenía gloria durante la era de la policía militar, pero en el presente sólo contaba con deberes oscuros. La gente decente no querría pudrirse en la oscuridad de esta posición. Akaza también lo pensaba, por lo tanto...

Es lamentable, pero aplastaré a Ikki-kun por completo.

Para ese resultado, no habría problemas incluso si Ikki muriera. No era como si se tratara de una responsabilidad suya.


La consciencia de Ikki se encontraba dentro de una tormenta de nieve. Bajo la incesante nieve, mientras se encogía, recordó su comienzo. Aquel día exactamente como este, cuando se estaba congelando hasta los huesos. Donde el Ikki Kurogane que existía ahora empezó.

Al conocer a Ryouma Kurogane, éste le demostró por primera vez en su vida que estaba bien creer en sí mismo, y estar feliz por ello. Varios meses más tardes, Ryouma murió de vejez, pero las palabras que dejó atrás permanecieron guardadas dentro de Ikki. E Ikki decidió que algún día, él también iba a ser una persona que le ofrezca esas palabras a alguien como él, que esté encogiéndose del susto e inmóvil en frente de una pared de talento, y desde ese día en adelante, siguió luchando contra sus propios límites.

Si no hubiera tenido aquel encuentro, él no existiría hoy. El encuentro con Ryouma era algo de lo que Ikki estaba orgulloso. Pero—


¿Esa reunión fue útil?


Una voz como la suya le susurró algo en el oído.

Ese encuentro, ¿te dio algo más que agonía y soledad?

Gradualmente, escenas del pasaron surgieron en la confundida mente de Ikki.

Durante la escuela primaria. Él mismo como un niño, balanceando continuamente Intetsu mientras sangraban sus manos que tenía la piel pelada. Aquellos días, ¿lo que hizo fue lo correcto? Y ni siquiera sabía si realmente se había vuelto fuerte. En esos días donde no sabía nada, había aprendido cómo blandir una espada por las ilustraciones de libros de referencias. Sin importar lo mucho que había llegado a sus límites, no había nadie dispuesto a instruirlo. Por lo tanto, había espiado sigilosamente a los niños de la rama de la familia desde un matorral, y los imitaba continuamente. Eso era... muy solitario, lo recordaba muy bien. La gentileza y la rigurosidad mostrada a los otros niños con la espada de los instructores que venían a la casa Kurogane, nunca se la mostraron a él, y había sentido ese dolor quisiera o no.

—Luego llegó otra escena en un dojo. Ikki estaba en secundaria y había viajado a un dojo para obtener habilidad. Eventualmente, hubo una escena. Una pelea uno a uno. Aunque tuvo que hacer ese acuerdo, en el instante que se dio la señal de inicio, los otros discípulos lo atacaron todos al mismo tiempo, y fue derribado en ese mismo lugar.

¡Nos aseguraremos de que no te burles desafiando un dojo por segunda vez!

Y diciendo eso, el presidente del club de secundaria quien era el oponente de Ikki tomó la mano de Ikki y le quebró el meñique con toda su fuerza. Mientras se reía a carcajadas, hizo lo mismo con el resto de los dedos de Ikki. No hubo una sola persona allí que ayudara a Ikki. Mientras todos se estaban divirtiendo, cada uno de los dedos era quebrado. El dolor y el miedo de ser abusado esa vez, estaba grabado a fuego en sus recuerdos incluso ahora.

—La última escena que apareció fue... hace un año.

Oye, oye. No resistirte no demostrará tu fuerza, ¿sabes? Yo, el Cazador, dije que seré personalmente tu oponente. ¡Al menos contraataca!

Él, quien había sido llenado de agujero por Kirihara, era mirado por los fríos ojos de los profesores.

Y—

Lo siento, Kurogane-kun. Ya no podemos seguir siendo amigos.

Las palabras del amigo que se alejó de él...

—La voz que era como la de Ikki susurró algo.

Y ahora, aquí estás sobre el suelo en un lugar así. Porque querías probar las palabras irresponsables de Ryouma Kurogane. Eres exactamente como mi Padre dijo, si una persona vive dentro de sus límites, algo como eso no pasaría. Ni tampoco estarías arrastrando ese cuerpo moribundo, abriéndose paso hacia el lugar donde lucharás hasta la muerte. Un deseo más allá de tus límites sólo te traerá tristeza. Para las personas, existen dominios que les corresponden a cada uno de ellos. Para aquellos que buscan más, sólo hay dolor y soledad. ¿Y? ¿Ya has tenido suficiente? Entonces sé razonable, y relájate. Las tonterías del difunto, eso no tiene que atarte aquí para siempre. Si te permites dormir aquí mismo, todo se habrá solucionado. Las palabras de Ryouma Kurogane no te volverán a atormentar. Así que—


Sólo descansa de una vez.


Sí, eso es. Debería descansar. Si seguía así, sólo habrá amargura. Si cerraba sus ojos, estará feliz. Seguramente será feliz. Entendió eso.

Enten... dio... es... pero—

“¡Ahhh AAAHHHHH AAAAAHHHHHHH!”

Un rugido brotó de su infectada garganta, e Ikki levantó su cuerpo del asfalto. Y paso a paso, con cada paso endureciendo sus zancadas, siguió subiendo la pendiente a través de la tormenta de nieve.

Detente de una vez. ¿Por qué sigues lastimándote así?

La voz hizo esa pregunta. La respuesta a eso, Ikki no la sabía. Con su turbia mente y remembranzas, no podía procesar un solo pensamiento o recuerdo.

Pero—desde hace un momento, algo se había reflejado continuamente en su consciencia.


Flama... roja.


Balanceándose suavemente, extendiéndose incandescente, un cabello rojo como la flama.

¿De quién era ese cabello? ¿De quién era esa espalda? En este momento, Ikki no podía recordarlo.

Pero—cada vez que lograba echar un vistazo, su corazón no podía más que agitarse. Aunque no sabía quién era, con sólo balancear ese cabello, el calor en su cuerpo congelado ardía, y su cuerpo que había usado toda su energía se estimuló.

Sólo descansa. Alguien tan inútil como tú sólo será derrotado por Raikiri. ¿Qué podrías hacer si fueras allí? ¿Qué podrías hacer como te encuentras ahora?

Él no lo sabía. En primer lugar, Ikki no sabía qué estaba tratando de hacer al ir allí, o a dónde estaba yendo siquiera.

Pero— Entonces vayamos, los dos juntos, tan alto como los caballeros puedan llegar.

Aah, pero—

Había un calor ardiendo en su pecho. Sintiendo eso, Ikki recordó una sola cosa.

Hice una promesa.


Enton... vayam... alto... caballeros...


A pesar de que no recordaba bien el contenido, era un juramento precioso, hecho con una persona preciosa.

Eso no era todo. Podía escuchar una voz. Qué estaba diciendo, él no lo entendía. Pero esa voz familiar como una gran conmoción lo estaba impulsando hacia delante.

Entonces—tengo que...

Esa fue la respuesta de Ikki. Ante esa respuesta, aquello que se había estado burlando de él soltó un suspiro de disgusto.

¿Entonces es así? Hasta el final, vas a seguir sufriendo, ya veo.

Un rostro oscurecido, mostró una sonrisa retorcida.

Sin embargo―es inútil.

En ese momento—

Ah...

En el momento exacto en que llegó a la entrada principal de la Academia Hagun, Ikki cayó de rodillas, y su cuerpo se tumbó sobre el suelo. Cual fuera la determinación de Ikki, su cuerpo había alcanzado su límite. No podía avanzar más que eso. Ya no podía levantarse. Este era el límite de la persona llamada Ikki Kurogane.

Estás acabado, sabes.

El cuerpo de Ikki caería como una marioneta cuyos hilos fueron cortados, y ese cuerpo yacería sobre el suelo. El suelo del que no se levantará por segunda vez.

—Eso es lo que pasaría.

Sin embargo, en el momento que cayó.

Con un *ruido sordo*.

Brazos llenos de calidez y de una fuerte dulzura atraparon su cuerpo. Con esos fuertes brazos, una tenue y temblorosa voz dijo algo.

“...Bienvenido, Onii-sama.”

Esa dulce voz como campanas trajo el recuerdo de la única persona de sus remembranzas que colapsaban lentamente. El recuerdo la atesorada hermana de Ikki. Ese nombre era—

“Shizu...ku...”


Shizuku, quien había atrapado el cuerpo colapsándose de Ikki en sus brazos, le habló con una voz ronca.

“...Anoche, escuché lo que Touka-san dijo, y ha estado en mi cabeza todo el tiempo.”

Si debería detener a su hermano o no.

De acuerdo a sus sentimientos honestos, Shizuku pensó que quería detenerlo. Ya era suficiente. Su hermano ya había luchado más que suficiente. No quería que su hermano siguiera sufriendo. Haber pasado por experiencias tan amargas. Deja de tratar de convertirte en un caballero, y regresa a la casa Kurogane con ella. Para su hermano, puede que sea una prisión. Pero ella estaba allí para él. Ella podía darle amor como una madre, como una hermana, como una amiga, como una amante. Podía darle a su hermano lo que él quisiera. Por eso... debería dejar que su hermano descanse.

“...Pero aunque pienso eso, no puedo evitar dudar en detener a Onii-sama. Porque cuando Onii-sama está en esta escuela, se ríe como si estuviera en verdad feliz.”

Las ocasiones en que estuvo así en su hogar eran inimaginables. Sí, le sonreía a la joven e inmadura Shizuku, pero nunca sonrió, ni una vez, por sí mismo. El rostro sonriente que su hermano se había ganado para sí mismo poco a poco. Quitarle eso, ella no podía hacerlo sin importar la razón.

“Así que haré una apuesta. Ahora que Onii-sama vino aquí por propia voluntad—lo enviaré a batallar con el apoyo más grande que puedo ofrecer.”


Junto a las palabras de Shizuku—se elevó una conmoción.


“¡Eso es, Senpai! ¡¡¡Si eres tú, definitivamente ganaras!!!”

“¡El enfrentamiento aún no ha empezado! ¡¡¡Date prisa!!!”

“¡Kurogane-kun! ¡Sólo falta un poco más hasta los campos de las arenas! ¡¡¡Da lo mejor de ti!!!”

“¡Ikki-kuuun! ¡¡¡Pelea—!!!”

“¡Sólo un empujón más! ¡¡¡Muéstranos lo que tienes—!!!”


Esos eran los ánimos que Shizuku había reunido con el fin de enviar a su hermano hacia delante. Amigos, compañeros de clase, pupilos, anteriores oponentes—muchos estudiantes habían esperado la llegada de Ikki en la entrada principal. Y a Ikki quien mostraba un rostro que parecía no poder creer lo que estaba viendo, Shizuku le habló.

“Onii-sama. En este grupo, nadie preguntó nada. Porque todos nosotros, podemos imaginar fácilmente lo que ha pasado para arrinconarte así. Pero por favor no lo olvides. Onii-sama, definitivamente... no estás solo. Puede que hayas estado solo al principio. Puede que eso haya durado mucho, mucho tiempo. Pero en este momento, todas estas personas te están apoyando. También Stella-san y Alice que no pudieron estar aquí por sus propios enfrentamientos, están rezando por tu victoria. Tú, El Peor, eres el héroe de cada uno de nosotros.”

Así que—

“Por favor lucha. ¡Y por favor gana!”


El ánimo de Shizuku y los demás. Ellos... definitivamente llegaron a la consciencia de Ikki quien estaba solo en la tormenta de nieve. Ikki en su visión borrosa lo confirmó firmemente.

“Por favor lucha. ¡Y por favor gana!”

Su hermana de cabello plateado estaba allí.

“¡Senpai, voy a publicar una edición especial sobre ti en el próximo periódico mural, así que no puedes perder en absoluto! ¡Por favor!”

Su adorable compañera de gafas estaba allí.

“Kurogane-kun. ¡Este es un momento crítico, sabes!”

Una ex pupila alta y bella estaba allí.

“Sensei cree en ti. No eres un chico que perdería en un lugar como este.”

“¡La presidente del consejo estudiantil es estúpidamente fuerte, pero tú me ganaste a mí, así que veamos tu fuerza!”

“Sí, eso mismo.”

“¡Ikki-kun! ¡Creemos absolutamente que ganarás!”

Los otros estudiantes a los que les enseñó manejo de la espada, así como estudiantes mayores que siempre lo ayudaban. Los compañeros de clase con los que estudiaba. La profesora que le había dejado entrar a la academia. Los dignos oponentes con los que había competido por el Festival de Arte con la Espada de Siete Estrellas—

Muchas personas estaban pronunciando su nombre. Al ver eso, una única convicción nació dentro de Ikki.

Ahh, al menos lo entiendo.

Lo que impulsaba su cuerpo que ya había llegado a sus límites, lo que era eso. Eran sus voces, y sus esperanzas.

Personas que lo querían. Personas que lo admiraban. Y—personas cuyos sueños había arrebatado. Las personas que estaban reunidas aquí ahora, todas y cada una de ellas estaba depositando alguna forma de esperanza en Ikki. Era por eso que estaban pronunciando el nombre de Ikki. Y esas voces, esas esperanzas, estaban impulsando a Ikki hacia delante.

Desde el momento que Utakata le dijo que Entre ustedes dos, el peso de la responsabilidad que están cargando es distinta, él había pensado que no tenía ningún peso sobre él, pero eso era un error. Había excedido sus propios límites, e Ikki apenas era consciente de su propia existencia. Las cosas que estaba cargando ahora, eran los deseos confiados a él.


En algún punto, me convertí en esa clase de persona...


En el momento que obtuvo esa convicción, Ikki sintió que el fuego ardía en su corazón. *Babump, babump*, la sangre fluyendo dentro de su cuerpo se estaba calentando, y su fuerza regresó. Sus pensamientos y recuerdos colapsados, definitivamente regresaron a su forma original, y su consciencia se había aclarado.

—Iba a luchar. Por supuesto que lo haría. Si las esperanzas eran depositadas en él, nunca podría rendirse por propia voluntad.

Y más que ninguna otra cosa, tenía algo con esa chica del cabello como flama que no estaba aquí—una promesa con Stella.

Entonces vayamos, los dos juntos, tan alto como los caballeros puedan llegar.

Ahora sí, podía recordarlo claramente. Ese precioso juramento. ¡Con el fin de cumplirlo, no podía dejar que las cosas acaben aquí!

“...Gracias, Shizuku. Kusakabe-san. Ayatsuji-san. Tomaru-san. Saijou-san. Oreki-sensei. Y a todos ustedes aquí.”

—En algún punto, la tormenta de nieve había terminado.

Ofreciendo sus agradecimientos, Ikki se separó de Shizuku y caminó con sus propios pies. Con la cabeza en alto, con la fuerza que todos le habían transmitido, hacia el lugar de la batalla decisiva.

Su corazón ya no estaba intranquilo.

Alguien tan inútil como tú sólo será derrotado por Raikiri.

Las palabras que su débil yo dentro de él había pronunciado. A ese yo, ahora podía responderle claramente.

¿—Derrotado?

Ambos cargaban el mismo peso, y eran caballeros en igualdad de estatus. No sabía si podría ganar. A decir verdad, ella era una enemiga formidable. ¿Era una oponente que podría derrotar con esta condición física?

Cuanto más lo pensaba, más desventajas encontraba, y sólo eso. Pero haría lo único que podía hacer. Por el bien de todos los que le dieron fuerza para seguir adelante paso a paso, tenía el deber de hacerlo.

“Bueno, aquí voy—”

En ese momento—


“¡¡¡Ikki!!!”


Una voz resonó fuerte en el aire de verano. Muy, pero muy fuerte, y bellamente—una voz más adorable que las notas de cualquiera canción.


“¡Stella!”

“¡Gracias a dios... llegué a tiempo...!”

Gritando y corriendo frente a sus ojos, la chica de cabello ardiente vociferó algo conforme respiraba con dificultad. Ante esa entrada, Shizuku elevó su voz con asombro desde su posición detrás de Ikki.

“¡Qué—S-Stella-san! ¡Deberías estar en medio de tu enfrentamiento...!”

Sí, esa era la razón para el asombro de Shizuku. Stella también era una candidata a representante para el Festival de Arte con la Espada de Siete Estrellas quien se había mantenido invicta hasta su enfrentamiento final. Al igual que Arisuin quien no había llegado aquí, alguien que debería estar en medio de un enfrentamiento en este instante. Pero a pesar de eso, ¿qué estaba haciendo aquí?

Stella no contestó con una respuesta.

En cambio, lo demostró con acciones.


Sacó algo y lo mostró frente a los ojos de Ikki, y dijo esto.

“¡Ikki, como prometí, ahora soy una representante del Festival de Arte con la Espada!”

Lo que Stella había traído. Era una medalla que probaba que era una representante de la Academia Hagun.

Así es, ya había terminado su enfrentamiento. Con el récord de la batalla de selección más rápida de todas, un KO a tres segundos de comenzar el enfrentamiento, contra su oponente que también venía invicto. Todo eso fue... con el fin de llegar a tiempo para este momento.

Siempre estuvo pensando en esto. Sobre qué debería hacer. Por el bien de Ikki quien estaba luchando solo, qué podría hacer. Y la respuesta a la que llegó fue proteger el juramento que habían hecho. Protegerlo, venir a recibirlo. Eso seguramente sería valentía para él. Por eso—

“¡Ikki, gana tú también! ¡Y vayamos juntos! ¡Tan alto como los caballeros puedan llegar!”

Ante esas palabras, Ikki sintió que las esquinas de sus ojos se calentaban. Sheesh, su amada era... una chica maravillosa. Animándolo a él quien había usado toda su energía, no sólo viniendo hasta aquí para verlo, sino también para transmitirle un valor inmenso en este momento. Hacer algo como eso.

Estoy enamorado de ella. Eso es algo de lo que estoy orgulloso.

En ese caso, necesitaba probar que era digno. Para no ser comparado desfavorablemente con esta fuerte chica, para estar orgulloso de sí mismo.

—Para hacer lo único que podía hacer.

Ese espíritu cobarde, ella se lo había arrancado de adentro con unas pocas palabras. Y así cambió las palabras que les había dicho a las personas que lo rodeaban.

No iban a ser “aquí voy.”

“¡Voy a ganar!”


“Okey, ya veo. Entiendo. Gracias por informarme.”

Ofreciendo su agradecimiento, Utakata quitó el datapad de su oído. Y le informó a Touka quien estaba sentada sobre una silla en la sala de espera con los ojos cerrados y con su concentración intensificada.

“Un mensaje de Renren... Kouhai-kun llegó.”

“...Ya veo.”

Touka devolvió una respuesta corta, y dejó su cabeza colgando. Por eso, su flequillo escondía sus ojos, y Utakata no podía adivinar sus sentimientos. Ikki había llegado a este lugar. Frente a esta situación, aun si Touka había estado evitándolo, qué iba a—

“... Ja ja.”

Por un instante, Utakata sintió que se le ponían los pelos de punta. Porque los labios de Touka se habían retorcido con disfrute. Con sonidos de resquebrajaduras, el entusiasmo de Touka había electrificado la atmósfera, dando origen al rato. Al ver eso, Utakata tragó saliva.

...Su interruptor se había accionado por completo.

No había visto a Touka así desde la pelea con Moroboshi en el Festival de Arte con la Espada de Siete Estrellas del año pasado.

Sí, instarlo a no luchar era la amabilidad de Touka al preocuparse del cuerpo de su colega menor. Pero... en este mundo de batallas, uno no podía alcanzar la cumbre de los mejores cuatro de todo el país sólo con amabilidad. La brutalidad y la ferocidad que sumerge al enemigo en un mar de sangre. Esa también era una de las caras de esta chica.

Pero sí, esa es una cara que ella raramente muestra—

Pero Ikki había intensificado la seriedad de Touka. El orgullo del chico llamado Ikki Kurogane, él  había logrado que Touka lo reconozca como un enemigo formidable. Touka, como se encontraba ahora, probablemente nunca se contendría con él. Sin lugar a dudas iba a arremeter contra El Peor medio muerto. Ikki ya no tenía una oportunidad en diez mil de ganar.

Contendiente Touka Toudou. El enfrentamiento comenzará en breve, por favor ve a la entrada.

“...Bueno, iré, Uta-kun.”

Levantándose lentamente de la silla, Touka atravesó la puerta que conectaba a la entrada principal. Utakata, quien veía su espalda rebosando de fuerza de voluntad, sintió simpatía por el oponente al borde de la muerte quien no tenía más opción que pelear con ella en su momento con mayor entusiasmo.

Es lamentable, pero trata de pensar en ello como melancolía provocada por la mala suerte—El Peor.


Okey~ compañeros. Los tuvimos esperando por un rato. ¡Y ahora—comenzará el último enfrentamiento de las batallas de selección! ¡Por la puerta roja, Raikiri, con diecinueve victorias de diecinueve enfrentamientos! Nuestra presidente del consejo estudiantil nos ha mostrado una fuerza avasallante que le ganó a todos sin un rasguño. En los récords de la Academia Hagun, ¿cuánto hemos animado su apariencia continuamente brillante? ¡Es el orgullo de Hagun! ¡Nuestra estrella resplandeciente! ¡Con el fin de que esta hermosa estrella siga en el camino de la gloria hacia su último Festival de Arte con la Espada de Siete Estrellas, ella ha llegado a este campo de batalla! ¡Es la contendiente de tercer año Touka Toudou, Raikiri! ¡Y ahora, con las expectativas de todos sobre sus hombros, está de pie en el ring de batalla!

Touka quien se encontraba en el ring, con la cabeza en alto y con orgullo. Su figura de pie mirando fijamente a la puerta azul era ciertamente majestuosa.

“Una concentración impresionante, ¿no? Sólo con eso, puedo sentir sacudidas en mi piel.”

Incluso para Stella quien estaba mirando a la distancia, esa fuerza de voluntad le era transmitida totalmente.

Sin embargo, Shizuku quien había experimentado la fuerza de Raikiri no sentía sólo eso. En el momento que Touka apareció en el ring, un escalofrío de terror recorrió todo su cuerpo. Sentía un miedo que la hacía querer apartar los ojos.

No obstante—Shizuku no lo hizo. Abrazándose sus temblorosos hombros, resistió la necesidad de escapar y miró el campo de batalla.

“Shizuku, ¿estás bien?”

“...Honestamente, no lo estoy, pero ya que Onii-sama será quien pelee, no hay manera de que me vaya de este lugar. Veré este enfrentamiento hasta el final. Sin importar cuál sea el resultado.”


Y por la puerta azul, uno que también viene invicto de sus diecinueve enfrentamientos. ¡Pero es inesperado que él recorra el mismo camino que Raikiri! Sin tomar a nadie como compañero, sin el reconocimiento de nadie—él es el lobo solitario que fue abandonado en el fondo de la tierra. Sin embargo... ¡se ha levantado! ¡Contra la Princesa Carmesí! ¡Contra el Cazador! ¡Con la Corredora de Preparatoria! ¡Aplastando a los caballeros más famosos de Hagun uno por uno! ¡Ahora ya no hay nadie en Hagun que no conozca su nombre! ¡El rank-F más fuerte y el orgullo de Hagun! ¡El contendiente de primer año Ikki Kurogane, El Peor! ¡Mostrándole los dientes a los cielos, ahora se encuentra en este escenario de batalla para devorar una estrella!


Y después de eso, Ikki fue visible por la puerta azul. Ingresando el campo de batalla con pasos robustos sin la apariencia de estar medio muerto, la espalda de Ikki estaba derecha y enfrentaba a Touka con dignidad.

Sin embargo—

“¿Qu, qué es eso? ¿...Acaso el humor no es distinto de lo usual?”

“S-Sí... aunque su rostro es el mismo de siempre.”

“Al mirarlo, me provoca una sensación de miedo...”

Ante la apariencia de Ikki que debería ser la misma de siempre, el estadio se inquietó. Aunque no pronunció palabras, todos sentían algo en su postura. Y entre ellos, había personas que definitivamente lo reconocieron.

“¿Oh, jo? ¿Ese es el oponente de Touka? Ya veo... es fuerte, ¿cierto?”

“¿Nangou-sensei, puede notarlo?”

“Ciertamente. Está mostrando una expresión absolutamente fatigada. Ese joven, está dispuesto a morir aquí, ¿no? Incluso la audiencia está abrumada por su determinación. No sabía que un hombre así existía entre los Kurogane, pero... se ha vuelto un enfrentamiento bastante interesante, tal parece.”

“¿En verdad~? Puede que no se note en su rostro, pero el color de la fatiga es profundo. Kuu-chan, con su condición así, ¿hay alguna posibilidad de que desafíe a Touka y gane?”

“Je je je. Tenga posibilidad o no, no tiene más opción que desafiarla, ¿sabes? Sea cual sea la razón, esto es un duelo.”

Dejando a un lado la interrupción de Akaza, Kuruno se cubrió el rostro y respondió.

“...Honestamente, la situación es bastante mala. Quizás pueda balancear la espada apropiadamente una o dos veces... Pero por eso es que Kurogane se moverá con cautela. Porque probablemente ya conoce la dirección asesina de Raikiri.”

“¿Hmm? ¿Incluso algo como la dirección asesina de Raikiri?”

Ella pensaba en ignorarlo por segunda vez, pero tener a ese hombre aceitoso haciéndole preguntas también le daba un mal presentimiento. Al pensar en eso, Kurono le explicó a Akaza quien estaba del otro lado.

“...Raikiri tiene un desenvaine de espada rápido. Concretamente, es una técnica que no puede atacar si la espada no regresa a la vaina. Moviéndose de adentro hacia afuera con movimientos finos y repetitivos, él dejará el Raikiri de Toudou u otras Artes Nobles, inútiles, y si él logra que ella saque la espada, entonces al menos en ese instante Raikiri no podrá ser lanzado. La oportunidad de Kurogane de ganar será en ese momento... Sin embargo, para crear esa oportunidad, necesita controlar una batalla de agotamiento con ese cuerpo suyo maltratado.”

Era una batalla desventajosa. Pero por el otro lado, si él iba por la victoria con impaciencia la oportunidad de éxito será completamente nula. Su oponente era Raikiri, quien poseía invencibilidad a corta distancia. Si él se lanzaba temerariamente, será presa de su carta del triunfo sin dudas. Y ya que Ittou Shura de Ikki, a pesar de englobar muchos años de fortalecimiento del cuerpo, aún no era suficiente para atravesar a Raikiri. Por esa razón, sólo quedaba una batalla de agotamiento. Era la misma opinión que Saikyou tenía.

Pero—había un caballero con una visión distinta.

“Jo jo, ya veo. Kurono-kun, ¿tú ves este enfrentamiento como una batalla de agotamiento?”

Era Nangou. Los ojos agudos como halcón dentro de sus párpados arrugados brillaron con una mirada filosa, y habló.

“Yo veo que esta batalla—se decidirá con un solo golpe.”


En las filas exteriores, la gente se alborotaba ante las dos figuras en el escenario. Dentro de ese tumulto, en el ring, Touka le dedicó algunas palabras al mirar a Ikki.

“Kurogane-kun. Tengo que disculparme contigo.”

“¿...Disculparte?”

“Estuve pensando todo el tiempo que no deberías venir aquí hoy. Pensando eso, le supliqué a tu hermana que te convenza de no aparecer. Pero... a pesar de que hice algo hipócrita, la chica que soy... al verte frente a mis ojos ahora mismo, ¡no puedo más que ansiar esta pelea...!”

Ikki se quedó en silencio.

“Kurogane-kun, sé que estás cubierto de heridas en este momento. Puedo notar lo cansado que estás. Pero aun así, no puedo evitar sentirme emocionada. ¡Porque desde el momento que me crucé contigo, siempre, siempre pensé que—quería pelear contigo!”

Con ese pequeño chisme, una sonrisa apareció en su rostro, y adoptó una pose. Un destello de rayo cruzó el aire, y esos rayos cubrieron la mano de Touka, tomando la forma de Narukami. Tenía un rostro que decía que ya no podía esperar a que el enfrentamiento comience.

Al ver eso, Ikki Kurogane también—

“—Sobre eso, pienso lo mismo.”

Anunciando eso, invocó su amada espada japonesa negra en su mano derecha. Ciertamente. Él también estuvo pensando en eso todo el tiempo. Raikiri y él. ¿Cuál de los dos era más fuerte? Que probablemente lucharía con esa persona. Preocupándose a veces, y en otras ocasiones se hallándose envuelto en una neblina intangible. Pero en este momento, veía que ella estaba siendo muy honesta.

De pie como caballeros en este lugar, ni tú, ni yo, ni las personas impulsándonos hacia delante quiere ver que una espada se blanda con vergüenza. Así que te prometo esto.

Diciendo eso, Ikki levantó la espada que tenía en una mano, y apuntó el extremo hacia Touka.


“¡Con mi mayor debilidad, romperé tu invencibilidad...!”


Juró que ganará absolutamente. Por supuesto, porque para eso había venido aquí.

Los dos grandes rivales han intercambiado algunas palabras, y tienen sus Dispositivos en sus manos. La chica que está avanzando hacia la cima, y el chico que está escalando desde el fondo. ¿Quién es el más fuerte? ¡Con la posición de representante para el Festival de Arte con la Espada de Siete Estrellas en juego, la última pelea comienza! ¡Amigos, por favor anímenlos! ¡¡¡EMPECEMOS!!!


El momento de la señal levantó el telón. Todos allí vieron algo que no podían creer. Al mismo tiempo que la chicharra sonó para dar comienzo al enfrentamiento, Ikki emanó una luz azul de su cuerpo, y corrió hacia Touka.

¡¿Qu-Qu-Qu-Qué está pasando?! ¡El contendiente Kurogane de pronto usó su carta del triunfo, Ittou Shura!

El interior del estadio se conmocionó ante ese hecho. Ikki había empleado Ittou Shura al comienzo del enfrentamiento, algo que nunca antes había hecho.

Era natural. Esta técnica tenía un estricto límite de un minuto. Podía anularse con solo escapar. Por esa razón, Ikki nunca la usaba sin primero comprender exhaustivamente las dimensiones de los poderes de sus oponentes.

Pero ahora, Ikki había descartado esa actitud. No le quedaba resistencia para sonsacar la habilidad de su oponente poco a poco. ¿Acaso estaba muy apresurado para decidir el enfrentamiento por su fatiga?

En ese caso—

¡Esa decisión es insensata, Kurogane...!

Kurono apretó los dientes ante el escenario frente a sus ojos. Esta era una decisión demasiado tonta. Mientas su cuerpo tuviera resistencia, el enfrentamiento seguía en duda. Podría prepararse para esos riesgos. Si las cosas se volvían favorables, tales estrategias podrían ser buenas, pero...

¿Lo entiendes? ¡Tu oponente es Raikiri!

Una miembro de los mejores cuatro del país. Era imposible derrotarla con un ataque suicida desesperado. ¿Será cortado por Raikiri, o ella escapara con su velocidad del rayo? Sea cual sea, no podía ver a Ikki ganando con esta decisión. Ante ese hecho, tanto Kurono como Saikyou quien estaba mirando el enfrentamiento al mismo tenían expresiones nefastas. Y estudiantes influyentes como Shizuku y Arisuin se encontraban igual. Era muy desconsiderado. Sus expresiones mostraban dolor. Pero entre ellos... la Princesa Carmesí, Stella Vermillion—

“Jeez. Aun con tu vida como caballero en juego, eres una persona imposible, ¿no, Ikki?”

Y sonrió un poco.

Entendía.

¿Por qué Ikki eligió hacer esto? Raikiri iba a tajear con su desenvaine de espada. En ese caso, él debería atacar durante el propio desenvaine. Era sólo allí cuando Raikiri podía matar.

Incluso yo sé eso, así que Ikki debe haberse dado cuenta.

Pero Ikki no eligió eso. ¿Por qué? ¿Por qué determinó que su resistencia no le permitiría esa táctica?

No. No era—nada tan ingenioso como eso.

Stella entendía eso, y tenía razón. Ikki había—


¡Lo he decidido hace mucho...!


Desde que se encontró con Touka. Para el momento en que la derrotaría, había estado armando su estrategia. Por supuesto, eso incluía el desenvaine electromagnético de la espada, Raikiri, la técnica insignia de Touka como caballero. Y al desafiarla, ¿cómo podría ganar sin ser derrotado por eso?

A decir verdad, su cuerpo estaba en su límite. Aunque tenía el poder mágico suficiente al punto que fortalecer su cuerpo con Ittou Shura no era un problema, ya no podía prolongar su resistencia. Poder balancear la espada apropiadamente, puede que estuviera limitado a una sola vez.

Pero estaba bien. Era suficiente. Si golpeaba con toda su fuerza, una tajada era suficiente. No iba a amagar. No iba a usar su resistencia de forma inútil. ¡Corriendo en línea recta por la distancia más corta, pondrá todo lo que tenía ahora en su espada y lo desatará! Y lo derrotará. ¡Al Raikiri del que Touka Toudou estaba orgullosa!

Y a Touka, quien se alzaba en este lugar confundida con esta intriga, la sinceridad más grande que podía mostrar—

¡¡¡Este es mi desafío personal—!!!

Cuales sean las condiciones desfavorables, será un enfrentamiento que no dejará arrepentimientos. Él no se mostrará dejando a sus oponentes decepcionados. Con ese espíritu en su corazón, esparciendo el resplandor de su vida, Ikki corrió hacia delante con el viento espiralándose alrededor suyo.

Viendo eso—Touka Toudou percibió sus sentimientos.

¡Con mi mayor debilidad, romperé tu invencibilidad!

Las palabras que había dicho antes del enfrentamiento, eran con seriedad genuina.

No necesitaba usar Visión Inversa para percibir las señales de su cuerpo. El alma que se estaba aproximando se lo informaba elocuentemente. Ikki Kurogane iba a hacer una tajada en este enfrentamiento, para decidirlo todo con un solo golpe. Su meta era interceptar el Raikiri que ella desatará.

En ese caso, el enfrentamiento es simple.

Iba a amagar con Raikiri, retroceder mucha distancia, y hacer que él falle con toda su fuerza. Y si ella fastidiaba al exhausto Ikki desde afuera de su rango, él no podrá hacer nada. El enfrentamiento será su victoria—algo como eso...

¡No bromees!

Touka ni siquiera le echó un vistazo a ese plan. Raikiri, la cual nunca habían roto a corta distancia ni una sola vez, dominaba este territorio. Si un enemigo lo invadía, ¿qué clase de señor feudal escaparía desvergonzadamente de su dominio? La corta distancia era la distancia más fuerte de Touka. Si escapaba, ¿desde dónde pelearía? ¡Más importante—contra alguien que está impulsando su cuerpo pesado y herido usando toda su fuerza, si ella descartaba su invencibilidad de cara a tal desafío de un orgulloso caballero, ¿cómo podría presumir de esa victoria?!

Ahh, es cierto.

¡No quiero ser sólo la más fuerte de la Academia Hagun! ¡Voy a derrotar a este orgulloso caballero, e iré a convertirme en el Rey Espada de Siete Estrellas!

En ese caso—


¡Te enfrentaré! ¡¡¡Con mi invencible Raikiri—!!!


Ajustó su postura, y envió un destello de rayo en la vaina que contenía a Narukami. Preparó su carta del triunfo. Para desatar el golpe que derribó a cada oponente sin excepción. Esa postura de preparación para desenvainar una espada, Touka interceptó a Ikki quien se estaba aproximando con el viento espiralándose alrededor suyo. ¡Era igual que su oponente, lo estaba arriesgando todo en una sola tajada!

Mutua y recíprocamente, mostrándose orgullosamente, luchando de manera justa y limpia. ¡Este era el camino honrado de los caballeros!


Y—en este momento, dos caballeros estaban enfrentándose en ese camino.


Ikki había desatado la más rápida de sus siete técnicas personales. La séptima espada secreta, Raikou. Con una velocidad que no mostraba manejo de la espada, era una espada invisible. Esa velocidad, era como el rayo que perforaba la tierra en un parpadeo.

Pero aun así, el nombre de la técnica que se enfrentaba a Raikou casualmente era Raikiri. Un desenvaine astuto de espada que parte incluso un rayo que desciende.

Las velocidades de ambas partes era la de super humanos incomparables. En ese caso, la decisión de cuál de ellos era superior, dependía del peso de las esperanzas que cada espada cargaba. Las plegarias de las personas que rezaban por su victoria de todo corazón. Y las esperanzas de ellos mismos, queriendo ganarle al enemigo en frente de sus ojos. Todo eso estaba confiado a las espadas de sus almas.


“¡¡¡AHHHHHHH!!!”

“¡¡¡YAHHHHHHH!!!”


¡Los dos caballeros pusieron todo su cuerpo en ello, y siguieron hasta el final con sus tajadas! El destello del rayo del ataque desatado con acero. Al ataque mutuo que cruzó la distancia más corta—¡Raikiri era apenas más rápida!

¡—Esto no es bueno!

Ikki lo sabía.

¡—Esto no era suficiente!

Frente a sus ojos que ya no podían percibir los colores, una hoja de plasma brillante se estaba aproximando. Frente a esa velocidad y poder—

¡—No podía llegar!

Será derrotado. El Raikiri que seguiría hasta el final no iba a mostrar titubeo ni piedad. Un balanceo completo que matará sin remordimiento. Un manejo de la espada muy, muy bello.

¡Touka Toudou, Raikiri... esta chica era verdaderamente fuerte!

¡¿—Y qué?!

Él ya lo sabía. Que era fuerte, y que él era inferior en casi todo. Sin embargo, ¿acaso Ikki apartó sus ojos de esa realidad?

¡No!

Siguió luchando. No retrocedió ni un solo paso ante esa insufrible realidad. Era por eso que sabía. Porque Ikki era así, él sabía qué debería hacer ahora.

Si era inferior, debería reunir su fuerza. Si era imperfecto, debería llevar su poder al límite.

Un minuto era demasiado. ¡En este momento, sólo necesitaba un segundo!


—De ser así, afinará su alma.


Visión, gusto, oído, tacto, olfato—en este momento no necesitaba ninguno de ellos. En este instante, ni siquiera necesitaba respirar. Abandonando todas esas cosas, concentró la fuerza que quedaba.

Toda su carne. Todo su cerebro. Toda su sangre. Todas sus células, todo de ellos.

Su vitalidad personal, su resistencia, su poder mágico, su potencial, reunió todo lo que tenía—


¡¡¡—Y por un instante, superó sus límites!!!

El destello del rayo del acero colisionando. Ese aire que se expandió. La colisión dio origen al rayo y al trueno que pudieron ser atestiguados a cientos de millas, llevándose consigo todos los colores y sonidos—


*crack*


En el extenso silencio que siguió, el sonido agudo del acero rompiéndose hizo eco en el estadio.

Y entonces... el sonido de alguien cayendo.

Los espectadores que habían cerrado sus ojos ante el brillo cegador tímidamente los abrieron otra vez, y miraron al ring.

Lo que se había quebrado era—Narukami.

Quien había caído a mitad del camino honesto de los caballeros fue Touka Toudou, Raikiri.


¡¡¡E-Está rota!!! ¡¿C-Cómo puede ser?! ¡Con un solo choque de las hojas, con apenas un cruce! ¡En ese instante, la Narukami de Touka Toudou! ¡Y su Raikiri! ¡¡¡Él los rompió! ¡La contendiente Toudou ha caído en el ring y ni siquiera se está moviendo! ¡Ahora, la réferi, se está acercando! ¡¿Puede continuar?! Si no—


La gran audiencia contenía el aliento conforme veían a la réferi aproximándose a Touka. La réferi quien se agachó para examinarla por un breve período, y luego de un momento, se levantó con ambas manos haciendo una cruz.


¡La decisión de la réferi dicta que no puede continuar! ¡El enfrentamiento se acabó! ¡Qué final de pelea! ¡Qué conclusión! ¡Las tajas cruzadas estuvieron a sólo milímetros! ¡Y con esos milímetros, la caballero más fuerte de la Academia Hagun ha caído! ¡¡¡El que sigue de pie en el ring es el contendiente de primer año, El Peor, Ikki Kurogane!!!


El momento en que se anunció el nombre del ganador, los vitoreos estallaron y sacudieron el estadio. La inmensa audiencia elevó sus voces con asombro.

No, no puede ser...

¡E-En verdad gano! ¡En serio lo hizo! ¡Le ganó a Raikiri!

¡No puedo creerlo! ¡La presidente de los estudiantes perdió a corta distancia...!

Es la primera vez que veo un Dispositivo romperse... ¿La presidente sigue viva?

¡Eeeeek! ¡Ikki-kun, eres el mejor―!

El estadio se convirtió en un tazón de entusiasmo. En medio de los incesantes ánimos, Ikki se retiró del ring. Al ver eso, Stella salió corriendo se inmediato. El lugar al que se estaba dirigiendo era la puerta azul. Probablemente iba a encontrarse con Ikki.

“Shizuku-chan, ¿no vas a ir?”

Kagami quien estaba mirando aquello con la chica de cabello plateado le preguntó de repente. Pero Shizuku negó con la cabeza un poco ante esa pregunta.

“¿Podrá ser que, te estás conteniendo por Stella-chan? Pero pienso que está bien que vayas con ella hoy.”

“No es... eso...”

“¿Shizuku-chan?”

Shizuku se sentó allí mismo con firmeza. Al ver eso, Kagami se dio cuenta. No era que Shizuku no quería ir. Era incapaz de moverse debido al shock.

Su amado hermano había arrastrado su cuerpo que estaba al borde de la muerte para presentarse a esta pelea. El enemigo había atacado a su hermano con toda su fuerza, sin mostrar titubeo ni piedad. Aunque al final Ikki había ganado, había sido realmente peligroso. Si una sola cosa hubiera fallado, la cabeza de Ikki habría salido volando en ese instante. Esa tensión, y el alivio que la había relajado, probablemente le habían drenado toda la energía a Shizuku.

Ahora—

“...Es grandioso... que esté a salvo... ¡Es grandioso!”

Ante ese alivio, Shizuku se había caído sobre su asiento, y ahora estaba derramando lágrimas. Bueno, era comprensible. Porque Shizuku había estado tensa desde anoche.

Sin embargo, hablando de enfrentamientos riesgosos—la verdad era diferente.

“¿Viste eso, Nene?”

“Por supuesto que lo vi. Sheesh, qué hombre escandaloso es Kuro-bou.”

Las dos caballeros mágicas miraban el ring desde la fila más alta de los asientos de espectadores. Lo habían visto con sus propios ojos.

Raikou y Raikiri. El trueno de dos espadas de acero colisionando, y el momento en que sucedió.

—Ikki había acelerado aún más.

“Ittou Shura, que consume todo de uno mismo en un minuto, no le ganó a Raikiri. El propio Kurogane entendía eso. ¡Así que ese chico, consumió todo de sí mismo en un balanceo de la espada en lugar de un minuto! ¡Con una concentración asombrosa, concentró su ‘minuto más poderoso,’ y magnificó su fuerza física en un solo impulso de varios niveles, y agregó velocidad de oscilación y poder...!”

Comparado con quemar su resistencia usando el Ittou Shura de siempre para correr hacia delante, en cambio Ikki había gastado la resistencia de correr cien metros en el primer paso. Eso iba totalmente más allá del domino de los humanos. No era el reino de un hombre que cayó en el reino de los shuras. Excediendo límites más allá de los límites. Un... demonio que excedía la humanidad. Si necesitaba un nombre—


Ittou Rasetsu. (3)


“Pero ese es sólo un mecanismo común. El resultado de la batalla fue decidido por algo más, saben.”

“Nangou-sensei...”

“Viejo, ¿de qué estás hablando?”

“El Raikiri que Touka desató. Esa fue una tajada que no tenía la determinación para matar al joven Kurogane. Lo que vi fue el golpe con espada sin un ápice de vacilación más bello de todos. Y ese, sin lugar a dudas, fue más rápido que la espada larga del joven. Pero... ese joven. Mejoró en el instante en que llegó a su límite. En el último momento. Con el fin de derrotar a la poderosa Touka... Quizás, ese joven vino aquí para hacer eso desde el principio. Sin tener nada, sin recibir nada, mientras estaba bajo asedio siguió creyendo en su propio potencial incluso en una lucha a muerte. Mejorándose. Más rápido que sí mismo en un minuto. Más fuerte que sí mismo en un segundo. En ese breve lapso, esa diferencia. Touka sin dudas desató su fuerza al límite. Pero ese joven, en esta batalla, había cambiado su propio límite... Su espíritu para seguir cambiando su propio potencial sin aflojarse, esta victoria nació de eso.”

Expresando su visión, Nangou endureció la piel arrugada alrededor de sus entrecerrados ojos, y dijo—

“...Ese chico se parece a él.”

Viendo al frente con una mirada que parecía ver a un viejo conocido, miró la espalda de Ikki quien se estaba retirando del ring.

Pero, a un costado,

“¡I-Imposible! ¡Cómo pudo pasar algo tan estúpido! ¡Ese chico estaba medio muerto! ¡Para que suceda esto, algo debe andar mal! ¡Ahh, por supuesto, algo está mal! ¡Fue un error! ¡¿Quién podría aceptar este tipo de resultado?!”

Sólo Akaza no podía aceptar la situación frente a sus ojos, y se fue corriendo con un grito.

Al ver aquella espalda redonda escaparse corriendo con ruidos sordos, Saikyou preguntó.

“Kuu-chan. ¿Está bien que no lo persigamos? Eso no es muy satisfactorio.”

No sería satisfactorio. Kurono pensaba lo mismo. Pero...

“...Honestamente, pensé en hacer muchas cosas para que pague, pero al ver la pelea de Kurogane me siento ridícula de alguna manera. Probablemente esté bien dejarlo ir. En todo caso, ese hombre no puede hacer nada ahora. Si intenta hacer algo, ya es demasiado tarde de todas formas. Las cosas ya se le han escapado de las manos. Una campeona de nivel nacional. Lazos familiares. Ataques extraños. Duelos absurdos. Ikki Kurogane ha aceptado todo eso de frente—y lo ha atravesado todo con una sola tajada.”

No quedaba nadie que pudiera objetar ante esa conclusión. Y esa situación había sido capturada por las cámaras de los noticieros. El momento en que Raikiri, una de los cuatro mejores del país, fue derrotada por El Peor.

“Así que sin importar cuánto intente la familia Kurogane perseguir a Kurogane, ya es irrelevante. La sociedad ya no puede golpearlo. Porque con esta pelea, El Peor—no, el Rey Espada Sin Corona, su fama, se expandirá por todo el país.”


Los ánimos a gritos están... muy lejos.

Como si sólo fueran el sonido de la lluvia afuera de una ventana. Ikki pensaba eso. Su consciencia estaba completamente separada de su carne. Si relajaba su atención sólo un poco, caería al suelo de inmediato.

No, ya estaba bien caer al suelo. Porque el enfrentamiento había sido decidido, e Ikki había ganado. Pero aun así, Ikki se apresuró.

—Había un lugar al que quería ir. Había alguien a quien quería ver.

Hay algo que quiero expresar... En este momento.

Y así caminó. Con los vitoreos a su espalda, atravesó la puerta azul.

“¡Ikki...!”

La persona que quería ver, había venido a verlo.

...Estoy agradecido.

Porque honestamente, recorrer todo el camino hasta las gradas sería problemático. Stella estaba recibiendo a Ikki con los brazos abiertos.

Ikki colapsó en su busto. Stella abrazó a Ikki en su voluptuoso pecho, y—

“¡Bien hecho... Ikki...!”

Hipó. En su rostro, se estaban derramando lágrimas.

“¿Estabas tan... preocupada?”

“¡Lo estaba! ¡Por supuesto que sí! *Sollozo* ¡Te llevaron y no regresaste por semanas! ¡Y cuando volviste, estabas moribundo! ¡Y así y todo hiciste algo tan absurdo como desafiar a Raikiri en una competencia cara a cara... qué clase de idiota eres! ¡Increíble! ¡Idiota, idiota, idiota!”

Ja ja... Mi argumento quedó expuesto.

“Pero... yo también soy una idiota.”

¿Hmm?

“Porque Ikki, que sigue luchando así, es a quien amo.”

Diciendo eso, Stella abrazó a Ikki con más fuerza. De la piel que lo apretaba fuerte, Ikki pudo sentir la calidez de Stella.

Ahh, este calor.

Este calor, le dio fuerza muchas veces a su cuerpo congelado. Esa vez, cuando cayó en medio de la tormenta de nieve, pensaba que ya nada tenía sentido. Que ni siquiera un poco de fuerza le quedaba en su cuerpo. Sin embargo, este calor le había dado fuerza para continuar. Aunque no podía recordar su nombre, su cuerpo sin remedio se había levantado.

...Gracias.

Si Stella no hubiera estado allí, no habría manera de que él haya llegado hasta aquí. Dejado de lado decisivamente por su padre, hundido en la desesperanza de ello, se habría ahogado bajo la tormenta de nieve. Pero si esta chica estaba allí... él podía levantarse. Si esta chica estaba allí, él podía seguir luchando.

Así que iba a decirlo. Lo había decidido. Cuando la pelea termine, si ganaba—le diría esto a Stella.

“...Stella.”

Ikki respiró profundo, y abrazó a Stella con toda la fuerza que le quedaba.


“Quiero que seamos una familia.”


Unas pocas palabras. El afecto que sentía, todo ese afecto estaba cargado en ellas, y se lo transmitió. Palabras decisivas que nunca antes había pronunciado. Palabras que indicaban que la relación entre ellos ya no era la de amantes comunes.

En ese instante, el cuerpo de Stella que lo estaba abrazando tembló.

Pero sólo fue por un instante.

Inmediatamente, Stella abrazó el cuerpo de Ikki aún más fuerte, y dijo—

“Sí. Ikki, hazme tu esposa.”

Con una voz que sonaba como si fuera a romper en lágrimas, pero con una timidez verdaderamente repleta de encanto, le dio su respuesta. El momento en que escuchó esas palabras, el corazón de Ikki quedó envuelto en alivio—y finalmente soltó su consciencia.

“¿Ikki...? ¡No, Ikki! ¡Resiste!”

Perdiendo fuerza, el cuerpo de Ikki se inclinó lánguidamente sobre ella. Aunque estaba respirando... se encontraba terriblemente débil. Podía darse cuenta que estaba en una peligrosa condición con un solo vistazo.

Y además Stella notó algo más. Todo el cuerpo de Ikki, estaba sangrando por debajo de sus ropas. El cuerpo que él había fortalecido cientos de veces. Ya se encontraba más allá del grado que un cuerpo humano puede aguantar.

Si no lo llevo a la enfermería rápido...

“¡Espeeeeera!”

En frente de Stella quien estaba tratando de llevar a Ikki hasta la enfermería, un hombre como barril estaba de pie. Con ojos rojos, y aceitoso sudor goteándole del rostro, se trataba de Mamoru Akaza.

Esos ojos ya no tenían más cordura. Había fallado. Por lo tanto, tendrá que asumir la responsabilidad por su fracaso. Si no, no habrá manera de que sea promovido. Era obvio que perdería incluso su posición actual.

A menos que haga algo para borrar eso.

Esa impaciencia, le quitó todo el sentido a este hombre de mediana edad. Akaza había sacado un Dispositivo con forma de hacha de mano, y se acercó al inconsciente Ikki.

“¡Je je je! ¡Por favor espere un momento, Princesa! ¡Por favor déjeme el chico a mí! ¡Debo tener un duelo con él ahora mismo~! ¡A decir verdad, el que debía ser su oponente no era Touka Toudou, sino yo! ¡Esa fue una promesa entre hombres! Así que entrégame al chico de inmediato—¿huh?”

En ese momento, Stella desapareció del campo visual de Akaza. No, no desapareció—no era que la había perdido de vista, sino que Stella se había metido en intervalos de la consciencia de Akaza.

El arte marcial ancestral de juego de piernas, Pasos Sin Rastro. Para alguien de la clase de Stella, mientras ella entendiera el principio, no era una técnica difícil de reproducir. Stella cargó a Ikki y pasó junto a Akaza sin que éste se diera cuenta.

—Y conforme pasaba junto a él, le dio un golpe de revés que mandó a volar todo su lamentable cuerpo.

“¡¿Buhyaaaaaaaaa?!”

El cuerpo de Akaza salió disparado como si hubiera sido chocado por un camión, y chocó contra la puerta azul, rebotó una y otra vez como un balón de goma para finalmente rodar hasta el ring.

¡Whoa! ¡Ese viejo sí que voló!

¿Qué pasa con ese viejo? Creo que lo he visto antes.

O debería decir que su espalda parece estar doblada en un ángulo extraño, ¿cierto?

Es un retorcimiento asombroso. Me hace sentí mal.

¿Está vivo siquiera?

El exterior se estaba poniendo ligeramente ruidoso, pero a Stella no le importó. Con el fin de llevar a Ikki a que sea examinado por un doctor de inmediato, se dirigió hacia la enfermería. El rostro de la persona que acababa de mandar a volar, no dejó un solo rastro en su mente.


Una hora después del final del enfrentamiento, la consciencia de Touka, la cual se había partido en pedazos al quebrarse su Dispositivo Narukami, regresó gradualmente.

“¿Has despertado, Touka?”

“¿Cómo te sientes? ¿Te duele algo?”

Estaba acostada sobre una cama. Utakata y Kanata le estaban brindando tratamiento. Al ver esto, Touka lo supo.

“Ya veo... perdí, ¿no?”

Sus recuerdos se detuvieron luego de lanzar a Raikiri, por lo que Touka no recordaba el instante en que había sido derrotada. Pero si miraba las expresiones de sus amigos, no era difícil adivinarlo.

“...Aun cuando pensé que mi Raikiri era supremo, ¿huh?”

“Nangou-sensei también lo dijo.”

“¿Maestro lo dijo? ¿Estaba aquí?”

“Síp. ¿Verdad, Kanata?”

“Sí. Como el enfrentamiento de hoy estuvo abierto al público, parece que vino a ver.”

“Él te elogió mucho, dijo que tu Raikiri fue el más bello hasta la fecha.”

¿...En verdad?

“Si incluso mi Maestro lo vio de esa manera, entonces no puede ser incorrecto, supongo.”

Ella había usado todo su poder. Y n había dudas de que había sobrepasado a Ikki Kurogane. Sin embargo—

En ese instante, Kurogane-kun se había vuelto más rápido.

En ese instante, había cambiado sus propios límites. Por nada más que su propia victoria.

Ella también había perseguido su propia meta continuamente, pero comparada con Ikki, aún seguía siendo indulgente. El Peor siempre, no sólo hoy, siempre había tenido esta clase de pelea sin remedio. Y en cada ocasión, siempre se había cambiado a sí mismo.

...Qué persona asombrosa.

Que haya sido derrotada, en cierto sentido probablemente era inevitable.

Pero—eso sólo es verdad por ahora.

En manos de Touka, había una respuesta satisfactoria de parte de Raikiri rota. Y esa respuesta le enseñó esto. Raikiri podía llegar a ser más fuerte. Lo que lo dificultaba algún día podía ser superado. No, ella iba a mostrar que podía superarlo. Antes de su próxima pelea, absolutamente.

Lo iba a seguir a él. Con todo su poder—porque la próxima vez, ella será la retadora.

“...Bueno de todas maneras, Touka.”

“¿Sí?”

De repente, Utakata habló con una expresión cohibida por alguna razón. ¿Qué estaba en su mente? Touka lo instó a hablar.

“¿Deberíamos contactarnos con los demás en Hogar Wakaba?”

...Oh, es cierto.

Ahora que lo pensaba, recordaba que dijeron que ya habían preparado una pancarta de felicitaciones. Tenía que informarles apropiadamente que había perdido. Aunque las batallas de selección habían terminado así, tenía que ir y contarles.

Utakata estaba diciendo que si a ella le resultaba demasiado difícil, él les informaría en su lugar.

“Gracias por pensar en mis sentimientos, pero está bien. Yo les diré apropiadamente.”

“No es necesario que te obligues a hacerlo, ¿sabes?”

Pero Touka con calma negó. No se estaba obligando a sí misma. Había luchado con Ikki con toda su fuerza. Touka había dado todo lo que tenía de sí. Raikiri, incluso con la determinación de matar a Ikki, había sido una tajada que para nadie que la haya visto le parecería vergonzoso. No tenía nada de qué avergonzarse.

“Así que iré a casa con orgullo.”

Y ella les contará.

Que había luchado con un caballero asombroso.










NOTAS DEL TRADUCTOR:

(1) Tanuki: mapache japonés, un animal culturalmente asociado a las travesuras y la transmutación.

(2) Otogiri, 音切: “Corte/Cortada de Sonido” (sonido como “ruido,” no como en “resistir”).

(3) Ittou Rasetsu, 羅刹: Rakshasa de Una Hoja. Un rakshasa es un demonio del Hinduismo y el Budismo, conocido su ferocidad bestial y canibalismo. Dependiendo de la mitología, rakshasa es considerado intercambiable con shura, o es un tipo de shura.


Traductor al Inglés: KLSymph (Baka-Tsuki)
Traductor al Español
: nahucirujano
Corrección: Sin corrección.

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