Capítulo 4 – Una Tajada
Personajes —— Escritora • Kagami Kusakabe
TOUKA TOUDOU
■ PERFIL
Afiliación: Academia Hagun, Año Tres Clase Tres
Rank de Caballero: B
Artes Nobles: Raikiri
Apodo: Raikiri
Resumen Personal: Presidente del consejo estudiantil de la Academia Hagun
Gráfica de Atributos (empezando por el extremo izquierdo, siguiendo el sentido de las agujas del reloj)
Habilidad Física: A
Suerte: D
Poder Ofensivo: A
Poder Defensivo: C
Cantidad de Maná: B
Control de Maná: B
¡Checkeo de Kagamin!
¡Nuestra presidente del consejo estudiantil con impecable habilidad y carácter! ¡Podría decirse que su habilidad es en general alta, como se esperaba de una rank-B! La habilidad ofensiva de su Arte Noble, Raikiri, se destacaba especialmente, y constituye la carta del triunfo que la ha dejado invicta hasta aquí a corta distancia. Una buena pregunta es cuántas victoria hubiera tenido sin usar Raikiri, ¿huh?
***
“Sí, estoy bien. Tengo buena salud...
Sí. El enfrentamiento de mañana es el último de la escuela, supongo. ¿Eh?
¿Llegará apoyo desde Tokyo? ¡¿Hicieron una bandera?! ¡Es demasiado temprano
para eso! Y de todas formas, el Festival de Arte con la Espada de Siete
Estrellas este año se llevará a cabo en Osaka... Sí, así es. De todas maneras,
gane o pierda, una vez que las batallas de selección terminen iré a hacer una
aparición temporal. Sí. Nos vemos luego. Gracias por los vegetales. Dales las
gracias a todos por mí. Y Madre, cuídate mucho, ¿okey? ...Adiós.”
Intercambiando palabras de despedida, Touka apagó la función telefónica de su datapad. La pantalla de cristal líquido tenía humedad sobre ella. Era evidencia de que la conversación había durado cincuenta minutos. Parecía haber sido una conversación telefónica muy larga.
“¿La directora se encuentra bien
de salud?”
Sentado en el sofá del salón del
consejo estudiantil y mordiendo un gran tomate rojo, Utakata preguntó por la
persona con quien ella había estado conversando por teléfono. Acerca de las
circunstancias de la directora del Hogar Wakaba, el orfanato que les había dado
refugio.
“Siento que estaba completamente
llena de energía como nunca.”
La directora—una mujer de la
tercera edad a quien Touka había llamado “Madre”—había sufrido un ataque
cardíaco el año pasado. En aquella ocasión, Touka había pasado una noche entera
sollozando, e incluso Utakata quien usualmente estaba silbando tenía el rostro
pálido, pero habiendo escuchado la voz por el teléfono recién, parecía que su
condición ya se encontraba estable, y su energía había regresado. Demasiado, de
hecho.
En cualquier caso—
“¿Ya hicieron una bandera, dijo?”
Eso. Aun cuando la victoria en
las batallas de selección no habían terminado, o las decisiones respecto a los
representantes, parecía que la directora y los niños de la institución ya
habían creado una bandera para que ella llevara al Festival de Arte con la
Espada de Siete Estrellas. Como se esperaba, incluso Touka se quedó sin
palabras.
“Son muy apresurado... realmente
lo son.”
“Es lo único que todos están
esperando, sabes. Para los niños de Hogar Wakaba, es su deseo para su heroína,
Raikiri.”
Diciendo eso, Utakata le dio a
Touka una fotografía tomada de la caja de cartón llena de vegetales enviados
desde Hogar Wakaba. En esa foto estaban los rostros sonrientes cubiertos de
lodo de los niños quienes cosecharon los vegetales, y abajo había palabras de
ánimo escritas con letras que ellos habían memorizado con su máximo esfuerzo.
Ciertamente, no había duda que
para los niños del Hogar Wakaba, Touka era una heroína. Huérfanos como ellos,
graduándose de la misma institución, luchando enormemente al frente del mundo.
Luchando, y ganando. Esa figura era la que los niños del Hogar Wakaba
admiraban.
Utakata también quería brillar
como esa chica algún día. Con ese sueño, el valor para enfrentar ese sueño le
era dado continuamente por Touka.
Y otra vez, Touka era consciente
de que ella era esa existencia para los demás. Por lo tanto, no podía perder.
Para preservar esa expectativa, no podía permitir que su fuerza se rindiera
ante la presión. En cierto sentido, era la parte más fuerte de Touka Toudou,
Raikiri.
Esto, lo leeré atentamente luego.
Sosteniendo la foto contra su
pecho dulcemente por un momento, Touka la guardó en su bolso. Luego dirigió su
atención a la caja llena de vegetales. Desde tomates hasta berenjenas y
pepinos—era un surtido de vegetales de verano cosechados en el jardín de la
institución. Todos y cada uno tenían aspecto salvaje, dando una cálida
sensación que no podía describirse con palabras.
“Wow, mira Uta-kun. Esta
berenjena, es muy grande y espléndida. Si preparamos curry de berenjena o algo
parecido, podría resultar delicioso, ¿cierto?”
“Síp, es tan oscura y grande y
espléndida, ¿huh?”
“¡J-Jeez! ¡Qué respuesta de señor
anciano!”
“Ja ja ja. Pero ya que se
arruinará si los dejamos aquí, tenemos que llevarlos a la cafetería de la
escuela mañana, ¿no?”
De pronto, Utakata pronunció esas
palabras. Ante esas palabras, el rostro de Touka se nubló ligeramente. Porque
pensó en algo desagradable.
“¿...Mañana, huh?”
Hace poco, le llegó un mensaje.
Provino de Kurono Shinguuji. Su contenido—era un cambio de su oponente de
mañana. Y encima, ese oponente era El Peor, el tema de un alboroto en este
momento—y que daba inevitablemente la impresión de que había cometido un
crimen.
Touka había preguntado sobre eso,
y Kurono no lo había ocultado. La adversidad que Ikki estaba enfrentando, de la
que oyó de Kurono, iba sin dudas más allá de toda descripción. La malicia que
lo rodeaba, arrinconándolo y llevándolo a la peor condición, y encima, estaban
enviándola a ella como la assassin contra él.
“¿Touka será la representante
para tomar ese duelo?”
Incluso Utakata entendía el
asunto. Por lo tanto él, a Touka cuya expresión se había nublado, le preguntó
con un tono de voz preocupado. En respuesta, Touka abajo sus ojos.
“No tengo derecho a decidir. La
Señorita Directora también lo dijo, pero para mí es batalla de selección final,
el último enfrentamiento.”
Ciertamente, era un duelo para
Ikki, pero para Touka era una batalla de selección absoluta. Sólo le habían
cambiado el oponente, y no podía arriesgarlo todo por el bien del resultado. Y
aunque no había habido alteraciones tan repentinas, hasta aquí habían ocurrido
situaciones cambiantes. Por lo tanto ni siquiera Touka podía protestar
enérgicamente. Sin embargo—
“Pero sientes que esto no debería
suceder, ¿cierto?”
“Sí...”
Debido a eso, era imposible que
esta sensación desagradable de shock se disipara. Más tratándose de una chica
tan bondadosa como Touka.
...Por lo tanto, había tomado una
medida.
*knock knock*
Justo a tiempo, un visitante golpeó la puerta del salón del consejo estudiantil.
“¿Quién puede ser a esta hora?”
“Yo la llamé. Por favor pasa.”
“Perdón por la intromisión.”
La persona que abrió la puerta y
entró era una chica joven bajita que lucía como una muñeca de porcelana. Era
quien había peleado con Touka con toda su fuerza, Shizuku Kurogane, Lorelei.
♦♦♦♦♦
“Esta es una invitada inesperada,
¿no?”
“...No pensé que sería llamada
aquí tan tarde en la noche por la persona que me dejó una marca negra en mi
récord.”
“Ja ja. Eso es bastante natural.
Oh, cierto, ¿quieres un tomate? Está muy dulce y delicioso, sabes.”
“...Ya me lavé los dientes, así
que no, gracias. Además, no me llamaron aquí para comer tomates. —Presidente.
¿Qué quiere de mí?”
Shizuku apresuró a Touka para que
fuera al grano.
...Estaba siendo infantil.
Shizuku lo sabía. Pero encontrarse y hablar con la persona que destruyó su
sueño, su meta de avanzar en frente de todo el país con su hermano, la estaba
incomodando después de todo.
Touka tenía la misma sensación.
Por lo tanto fue directo al punto, y comunicó su motivo para llamar a Shizuku.
“La verdad es que, la Señorita
Directora me envió un mensaje hace poco... y como te involucra a ti,
Shizuku-san, quería transmitírtelo—”
Touka estaba diciendo que la
competición programada para mañana había sido modificada de repente. Y que Ikki
estaba apostando su futuro entero en esa pelea, y tuvo que aceptar un desafío.
Poco a poco, conforme Shizuku escuchaba la vengativa realidad, su expresión se
llenó de ira. Y pronto se hartó de escuchar todo eso,
“¡...Escoria...!”
Con ojos verdes brillando
furiosamente, maldijo a alguien que no estaba aquí. Y después de eso, le
preguntó a Touka.
“...Presidente, ¿vas a pelear?
¿Contra Onii-sama, cuya condición física es grave?”
“La presidente del consejo
estudiantil no es más que una estudiante común. Aunque me grite objeciones, no
tengo poder para cambiar a mis oponentes.”
Aunque se trataba de Touka, quien
era reticente a pelear, no podía hacer lo suficiente. Sin embargo—aunque no
podía evitarse y era incapaz de convencer a Shizuku, Touka aun así había
llamado a Shizuku.
“Por lo tanto Shizuku-san, tengo
algo que pedirte a ti, que eres familia de Kurogane-kun.”
“¿A mí...?”
“Sí... Shizuku-san, ¿puedes
aconsejarle a Kurogane-kun que no haga esto?”
“¿...Eh?”
“La condición física de
Kurogane-kun parece considerablemente mala. En el peor de los casos, una
neumonía... Escuché que podría ser incluso peor que eso. En palabras sencillas,
sólo hubo pocos días de interacción, pero he visto la clase de caballero que es
Ikki Kurogane. Hablando desde esa impresión, pienso que se lanzará a sí mismo a
la pelea con su cuerpo totalmente dañado. No por desesperación, sino con el fin
de luchar conmigo seriamente. Él definitivamente buscará la victoria y la
resolución.”
Y—
“Y yo también, soy una chica que
no dejará escapar al oponente que enfrente. Si él viene a la pelea, lo
enfrentaré con toda mi alma. Como resultado, aun si ocurre un accidente
desastroso...”
En ese instante, un escalofrío
recorrió el cuerpo de Shizuku.
Esta persona... va en serio.
Detrás de las gafas, pudo ver
claramente el brillo de los ojos de Touka, y Shizuku se convenció. Touka no
estaba exagerando. Ciertamente, estaba pensando incluso en la posibilidad de
matar a Ikki. Y contemplando el peor futuro posible, había llamado a Shizuku
aquí.
“Te lo ruego. Por favor detén a
Kurogane-kun. Creo que la única que puede hacerlo eres tú, su familia.”
Shizuku no respondió de inmediato.
¿Qué debería hacer? ¿Qué sería lo
correcto? Sin saberlo...
“...Una noche, por favor dame una
noche para pensarlo...”
Lo mejor que pudo hacer fue
soltar esas palabras.
♦♦♦♦♦
Ya que Shizuku dejó el salón,
Touka murmuró algunas palabras por la inquietud de su corazón.
“Aun si Kurogane-kun se abstiene
de luchar mañana, aun si peleo y gano—yo... ¿puedo salir con orgullo ante el
país después de tal pelea?”
Recordando las sonrisas en esa
foto que vino con los vegetales, y el mensaje de apoyo. ¿Será capaz de tener
una pelea digna de sus esperanzas y admiración honesta?
Era una ansiedad ieludible.
“Touka.”
De repente, la mano de esa
intranquila Touka fue envuelta por una pequeña calidez. Era la mano de Utakata.
Él tomó la mano de Touka, y alzó sus ojos hacia ella desde punto de vista.
“Ciertamente, los adultos han
hecho varias cosas ridículas para ocasionar circunstancias para su
conveniencia, pero aun así, tú eres tú. Deberías luchas la batallar de la que
tú misma estés orgullosa. Te queremos porque eres así... Y Kouhai-kun
probablemente espera lo mismo.”
Naturalmente, le dijo a Touka la
verdad que cargaba su convicción. No importaba lo que los demás pensaran. Si
Touka hacía lo que creía correcto, eso era suficiente.
Ante esas palabras... Touka
sonrió gradualmente. Podía hacerlo.
“Sí. Gracias, Uta-kun.”
Es cierto. Desde el principio, eso era todo lo que
podía hacer.
Sólo podía dar lo mejor de sí.
“¡De acuerdo!”
Touka exclamó, y juntó sus
palmas. El agudo dolor, se llevó su titubeo y confusión—ya no dudaba más.
Mañana, si él se presenta a la batalla para
enfrentarme, no tendré piedad.
Sin piedad, ella lo acompañará en
la batalla con toda su fuerza como caballero. Y ganará. ¡Ganará sin falta!
¡Ganaré—e iré al Festival de Arte con la Espada de
Siete Estrellas con orgullo!
De esa manera, la noche anterior a la batalla decisiva avanzó—y la Academia Hagun recibió la mañana de las batallas de selección de representantes finales para el predestinado Festival de Arte con la Espada de Siete Estrellas.
♦♦♦♦♦
“Bueno, bueno. Aunque es apenas
el comienzo del verano, parece que este año será muy cálido.”
La mañana del día final de las
batallas de selección. En la estación más cercana a la Academia Hagun, el jefe
de la estación se limpió el sudor de la frente mientras barría.
El cielo estaba despejado. Era un
calor que bañaba con luz solar ininterrumpida. En esa estación del año, el
cómodo uniforme azul marino era un poco resistente.
De pronto, escuchó el sonido de
un tren eléctrico aproximándose, y alzó el rostro. El tren que se detenía en
cada estación estaba llegando a esta. Desaceleró hasta detenerse en frente de
la estación, y sus puertas se abrieron. El jefe de la estación no tuvo más
opción que retroceder tres pasos ante el visitante que bajaba.
Bueno, no hay nadie que venga aquí en este momento,
pero...
En cualquier caso, la Academia
Hagun era un lugar razonable al cual ir desde esta estación. Dejando de lado a
los estudiantes que estaban partiendo para divertirse en los días libres, en
franjas horarias de días de semana, no había personas que bajaran en la
estación cercana a la Academia Hagun, la cual tenía un dormitorio residencial.
Eso era lo que él esperaba, pero—
¿Hmm?
Por las puertas abiertas del
tren, un hombre salió lentamente. Su espalda estaba encorvada. Era un anciano.
Qué inusual. Alguien vino un día de semana.
¿Qué clase de persona era? Por
tal curiosidad, el jefe de la estación giró sus ojos hacia el anciano que había
descendido.
Y se quedó estupefacto.
No era un anciano el que había
descendido. Era un joven—no, un chico. Un chico que debería estar en la
plenitud de su salud, pero estaba saliendo del tren eléctrico con la espalda
encorvada.
Pero la razón por la que el jefe
de la estación se quedó estupefacto no fue por la edad del chico. El asombro
era por su condición física—la de Ikki Kurogane.
“Haa... haa...”
Respiraciones roncas salvajes, y
su rostro totalmente pálido. Los ojos visibles detrás de su flequillo
desaliñado eran turbios, y no mostraban vitalidad alguna. Y lo peor que aquella
imagen emitía—el sudor que goteaba de su mentó era inusual. Aun con el fuerte
calor, el tren eléctrico tenía aire acondicionado. Una persona sana no estaría
traspirando tanto.
“O-Oye, ¿estás bien?”
“Qu... oh, sí, estoy... bien.”
“¡No, obviamente no luces bien!
¡Llamaré una ambulancia...!”
Entonces, el jefe de la estación
miró el rostro de Ikki con asombro. Aunque Ikki estaba en frente de sus ojos,
apenas ahora lo reconoció como el chico descripto en las noticias por haber
engañado a la princesa de Vermillion. En ese momento, la expresión del jefe de
la estación mostró un obvio disgusto. Ikki pudo notar eso.
“Gracias por... preocuparse por
mí. Pero... lo siento... tengo prisa.”
Ikki le dedicó una rápida
reverencia al jefe de la estación, y pasó por su costado. Y así, dejó la estación.
“Ah...”
Esa espalda estaba distanciándose
más con pasos vacilantes y temblorosos. Viendo esa espalda, el jefe de la
estación recordó con desconcierto. Ikki era el niño con el cual, según la
afirmación de los medios, era notoriamente difícil lidiar en el hogar de sus
padres.
Pero de alguna forma... fue extremadamente cortés,
¿no?
Luego de conocerlo en persona, el
jefe de la estación pensaba que no era muy parecido a la persona que las
noticias describían.
♦♦♦♦♦
Ikki salió de la estación, y así
subió el camino de la colina hacia la Academia Hagun. Era una carretera que se
extendía por un kilómetro. Un camino por el que él siempre corría con Stella
cada mañana. Era una pendiente que no le dificultaría al Ikki de siempre, pero
como se encontraba ahora, era una distancia extremadamente larga.
Con apenas respiraciones poco
profundas, sus dañados pulmones no podían brindarle oxígeno apropiadamente.
Duele...
Al menos, quería respirar.
Abriendo su boca para jadear, para tomar oxígeno, pero—
“¡...Ack, *tos*! ¡*Tos*!”
Ante el agudo dolor que sus
irritados pulmones le traían, todo el oxígeno que habían capturado fue soltado.
El oxígeno en su sangre era extremadamente bajo, y sus labios se estaban
poniendo azules. Mareado por la fiebre y con falta de oxígeno, la consciencia
de Ikki básicamente ya no existía. Y en el lugar del ego del debilitado Ikki,
sólo había pensamientos de debilidad por las alucinaciones debido a las drogas.
¿...Voy a desafiar a Raikiri en este estado...?
Algo así, era imposible. Sólo
sería un suicidio.
No puedo ganar...
Eso era algo obvio. En primer
lugar, la demacrada espada de una persona demacrada como él, no podría derrotar
a la espada de esa chica.
Suficiente, quiero dormir...
Quejidos flotaban por la mente de
Ikki quien estaba escalando la desierta colina bajo la luz del sol de la anual
ola de calor y el sonido de las cigarras. Ahora mismo, casi había dejado ir su
consciencia. Para Ikki, era una tentación irresistiblemente dulce.
En ese momento.
“Ah...”
Una pequeña piedra topó en su
pie, y el cuerpo de Ikki se estrelló contra el asfalto sin defensa alguna.
Esto... no es bueno...
Si no se levantaba.
Si no lo hacía, no llegará al
enfrentamiento a tiempo.
Si no llegaba al enfrentamiento a
tiempo, perderá.
Si perdía...
Oh, ¿qué diferencia... marca?
Sentía que su cerebro se quemaba desastrosamente. Desconcentrado por las drogas y mareado por la fiebre, ¿qué iba a hacer Ikki ahora? Ni siquiera podía entender cuál era su meta al hacer esto.
Y en medio de su alborotada
consciencia, Ikki divisó algo al borde de su campo de visión.
...Ah.
Era nieve. Antes de que se diera
cuenta, el cielo se había oscurecido, y grandes copos de nueve estaban cayendo.
¿En pleno verano? Imposible. Pero
aun así, ciertamente estaba—
Hace... frío...
Con sus dientes castañeando, su
cuerpo se congeló. Ante ese frío... Ikki rememoró.
...Lo que me recuerda, ese día también estaba
nevando, ¿no?
Aquel día, cuando los parientes
se reunieron para celebrar el año nuevo. El día que él se escapó de la casa,
sin poder soportarlo más. Nadie respondió a sus gritos, nadie se preocupó por
él, encogiéndose en la nieve, solo.
Comparado a eso, yo... no he cambiado en absoluto.
En serio, ¿qué estaba haciendo?
Sin una sola expectativa, sin un solo logro, no fue capaz de cambiar ni una
sola cosa. En el pasado o en el presente, se estaba encogiendo bajo la
incesante nieve. Aun si decía eso, encontrándose tan desgastado como ahora,
¿qué estaba tratando de hacer?
No lo sabía. No podía recordar
nada. Es sólo que no evitar que su cuerpo se movieran, y sus párpados se hacían
más pesados—
La consciencia de Ikki cayó en
una fría oscuridad.
♦♦♦♦♦
Los enfrentamientos finales de
las batallas de selección. El número de enfrentamientos de hoy era menos que el
usual. Los enfrentamientos que sucederían incluían sólo a los doce luchadores
que estuvieron invictos hasta ahora. Por lo tanto, no era necesario decir que
había muchos espectadores. En particular, el número de personas que vino a la
primera arena de práctica para el enfrentamiento entre Raikiri y El Peo era
terriblemente enorme.
Los estudiantes que vinieron a
ver elevaban sus voces con asombro por aquí, por allá, por todas partes.
“Wow, mucha gente, ¿huh?”
“Por supuesto que sí. Todos están
aquí para ver el enfrentamiento entre Raikiri y El Peor.”
“Por cierto, ¿aquello que veo
allí es una cámara?”
“Es de los reporteros. Tú sabes,
por esa historia.”
“Cierto, el escándalo sobre El
Peor y la Princesa Carmesí. ¿Pero acaso no están prohibidos los reporteros
dentro de la escuela?”
“La Unión fue extremadamente influyente
en este asunto, ¿así que quizás sea una excepción?”
“Oigan... chicos, ¿ustedes creen
en esa historia?”
“No hay dudas de que estaban
juntos. Ningunos de ellos lo negó, y luego se estuvieron llevando
increíblemente bien.”
“Y después del enfrentamiento con
el Cazador, la Princesa Carmesí fue la que hizo su confesión de todo corazón,
sabes.”
“¡Eso no es verdad! Mira, la
familia de El Peor fueron los que ofrecieron la evidencia, ¿no? ¿Que El Peor
era un impenitente y notorio abusivo en el pasado, y que incluso ahora está
jugando con las chicas?”
“¿Oh, eso?”
“...No lo creo.”
“La verdad es que, yo tampoco.
Mis Dispositivo es una espada japonesa, y aprendí cómo balancearla y sobre
juego de piernas de ese chico durante los descansos del almuerzo, sabes.”
“Oh, yo también lo vi. Vi a esa
persona allí, y no puedo creer que lo que los periódicos escribieron sea
verdad. Después de todo, durante esta importante temporada de batallas de
selección, él fue muy amable al enseñarle a los demás a pesar de no tener beneficios
de ello. ¿Cómo podría alguien así intentar engañar a la Princesa Carmesí?”
“Pero la evidencia viene de su
propia familia. En ese caso, tiene que ser verdad, ¿cierto? ¿Por qué mentirían?
Son sus propios parientes. Podrían mentir para protegerlos, pero no hay razón
para inventar mentiras y dañarlo, ¿cierto?”
“Sí, es difícil imaginar eso.”
Mezcladas con la actividad de la ruidosa muchedumbre, preguntas y sospechas en torno a Ikki eran intercambiadas. Desde los asientos de los espectadores, el mejor lugar para llevar a cabo esas conversaciones, Nene Saikyou—la mujer bajita vestida con un kimono quien estaba mirando la arena—le habló con admiración a Kurono Shinguuji quien estaba cerca.
“Hm~ph. Parece que algunos niños
no se están tragando los que las noticias dicen, ¿huh?”
“Así es. Las personas que
conocieron a Kurogane en persona parecen ser las que menos lo creen.”
“Puedes darte cuenta que ese niño
es inofensivo con solo verlo.”
“Pero esa verdad es
intrascendente.”
Con una expresión agria, Kurono
expresó esa realidad.
Ciertamente, la cadena de eventos
que rodeaba a Ikki, lo correcto y lo incorrecto o lo bueno y lo malo, ya se
había encomendado a su victoria en este duelo. Por lo tanto, por mucho que Ikki
necesitara reformarse, por mucho que el grupo de Akaza estuviera equivocado, el
método para comprobar la responsabilidad de Ikki ya estaba limitado a esta
victoria.
“En serio, realmente lo hicieron,
sabes. Esos bastardos.”
Ni siquiera Kurono había
anticipado que las cosas resultarían de esta manera. ¿Él debería haber
resistido hasta que llegara el padre de Stella? Kurono se quejó de su propia
inocencia. Y entonces...
“Je je je. Permítanme aceptar sus
cumplidos.”
Una voz deliberadamente encantada
y empalagosa se escuchó a un lado de las dos. Ambas giraron al mismo tiempo
hacia esa voz, y allí barril de persona sofocado de calor yacía de pie,
limpiándose el sudor de la frente con un pañuelo.
“Buenas tardes. Cielos, hoy sí
que hace calor, ¿no~?”
“Jefe del Comité Akaza...”
Ante la aparición de Akaza, los
rostros atractivos de Kurono y Saikyou hicieron una mueca al mismo tiempo.
Naturalmente, ya que se trataba de alguien a quien no podían darle una
bienvenida.
“¿Qué quieres de nosotros, tanuki
rojo?” (1)
Saikyou preguntó cortantemente
con un tono punzante, y Akaza de rió como diciendo “Espera, espera, por favor
no muestres los dientes.”
“No, no. No quiero nada de
ustedes, pero habiéndome encontrado con Sensei por casualidad, sólo quise
traerlo a él para que pudieran hablar, ¿sabes? Ahh, por aquí, Sensei.”
Un hombre anciano bajito
vistiendo un kimono decorado con un escudo de armas familiar se acercó en
frente de las dos.
“Ah, por fin las encontramos. En
un lugar tan espacioso como este, no sabía en dónde se encontraban ni qué
estaban haciendo, ¿ha?”
“¡Geh, el viejo!”
Saikyou fue la primera en
reaccionar ante la aparición de esta persona. Y estaba justificado.
El nombre del anciano era
Torajirou Nangou, el Dios de la Guerra. Era un viejo caballero mágico de
noventa y dos años, el más longevo de Japón, y el hombre que fue profesor de
Saikyou.
“Jo jo jo. La boca de mi adorable
pupila es tan filosa como siempre. Bueno, eso es lo lindo de ti, ¿no?”
“L-Lin... ¡no digas cosas
repugnantes!”
“Tu rostro está rojo, Nene. ¿Qué
tal si lo aceptas honestamente?”
“¡T-Tú viejo disecado, escuchar
cosas como esas de ti no me hace feliz!”
En el rostro de Nene conforme
dijo eso, la timidez no podía ocultarse con esas palabras.
Sheesh, esa chica no puede ser honesta.
Aunque ya se sabía que este
anciano era la persona que Nene más conocía, y la que ella más respetaba en el
mundo.
“Kurono-kun, también ha pasado
tiempo para nosotros, ¿no? No nos hemos visto desde que tu vientre estaba
enorme, ¿pero tuviste un parto sin problemas?”
“Sí, afortunadamente.”
“Eso es bueno, muy bueno. Sin
embargo, hnn~, después de experimentar el parto, te has vuelto más voluptuosa,
Kurono~ En la cintura, especialmente—”
“¡Viejo! ¡¿Viniste aquí sólo para
mirar lascivamente a mi amiga?! ¡Te mataré!”
“Jo jo jo. Nene, a ti también se
te están pasando los años, en lugar de hacer tanto ruido, deberías seguir el
ejemplo de Kurono y adquirir algunos conocimientos de atractivo adulto. De lo
contrario, perderás tu oportunidad de casarte, ¿sabes?”
“Nangou-sensei, aun si usted no
se preocupa por eso, esta chica ha perdido esa oportunidad hace mucho tiempo.”
“¡T-T-Todavía puedo casarme!
¡Sólo me estoy divirtiendo con todo mi ser como mujer soltera! ¡Es que sería
tonto relacionarme con un solo hombre! ¡O mejor dicho, ¿por qué Kuu-chan está
de su lado?!”
Porque Nene es muy linda cuando Nangou-sensei está
cerca.
Hacía que Kurono quisiera
molestar a Nene en contra de su mejor juicio. Había demasiados momentos en lo
que Nene no era linda, usualmente. Bueno, no iba a contárselo a la propia
persona.
“De todas formas, Nangou-sensei,
¿por qué está aquí hoy?”
Descartando el indignante “¡No me
ignores!” de Saikyou, Kurono le preguntó a Nangou. Bueno, era pura cortesía.
Kurono podía suponer la razón principal por la que había venido aquí.
“Por supuesto, vine a ver la
grana actuación de Touka... Bueno, sería suficiente con esperar al Festival de
Arte con la Espada de Siete Estrellas, pero tenía que venir ya que su oponente
es alguien de los Kurogane, ¿no?”
Como pensé.
Ciertamente, Nangou era el
profesor de Touka al mismo tiempo que fue el de Nene. Él vio la agudeza de
Touka quien seguía un estilo ancestral, y luego le enseñó su propio estilo de
espada. La actual firma de Touka, Raikiri, también era un arreglo de la propia
técnica del anciano, Otogiri, para que ella utilizara. Y la razón más importante
que eso— (2)
“Je je je. Y porque se trata del
rival eterno del honorable Nangou-sensei nacido en la misma era, el gran héroe
Ryouma Kurogane, ¡no? Es natural que se sienta interesado.”
Nangou tenía noventa y dos años.
Era alguien que luchó junto al gran héroe Ryouma Kurogane en la Segunda Guerra
Mundial, y al mismo tiempo eran rivales. Ordinariamente, el cronograma de las
batallas de selección en la escuela no era comunicado al exterior, pero la
lucha de esta vez fue transmitida como noticia. Si sabía que su pupila favorita
y el pariente consanguíneo de su rival iban a luchar entres í, sería natural
que Nangou apareciera para ver el resultado con sus propios ojos.
Sin embargo—
“...Pero espere, Nangou-sensei.
Existe la posibilidad de que el enfrentamiento de hoy no ocurra.”
De repente, Akaza mostró una
repulsiva sonrisa en su rostro, y dijo eso.
“¿Qué?”
Las cejas de Kurono se movieron
de repente ante esas palabras. Porque tenía un mal presentimiento que no
encajaba con el tono de voz de Akaza. Y casi al mismo tiempo—
「Una notificación para todos los asistentes. Aunque ya ha llegado la hora del enfrentamiento entre la contendiente Touka Toudou y el contendiente Ikki Kurogane, éste último aún no ha llegado a la sala de espera. Conforme a las regulaciones de las batallas de selección, en el caso de que el contendiente Kurogane no llegue en diez minutos, el mismo habrá perdido por ausencia. Por favor les rogamos su comprensión.」
Ese anuncio hizo eco dentro del estadio.
“...Si recuerdo correctamente,
Kurogane fue traído aquí por el Jefe del Comité Akaza en el mismo automóvil por
lo que no debería ser necesario ir a buscarlo. ¿No fue eso lo que me dijeron?”
Ciertamente, Akaza le había dicho
eso a Kurono ayer, y evitó que ella fuera a buscar a Ikki. Pero a pesar de esa
charla—
“Je je je. No, lo siento mucho.
Me olvidé por compleeeeeto. Estoy sinceramente arrepentido. Sin embargo, la
distancia desde la rama de la Unión hasta aquí no es tan grande. Una sola
persona puede usar el tren eléctrico para llegar aquí, ¿no? ...Bueno, su condición
física parecía extremadamente mala, así que espero que no haya colapsado en el
camino. Je je je.”
Este hijo de perra...
Ante el disgusto hirviendo dentro
suyo, Kurono apretó sus puños congestionados de sangre.
Una pequeña mano tomó ese puño
que temblaba. Era la mano de Saikyou. Estaba mirando a Kurono con las cejas
levantadas, y advirtió a Kurono con una pequeña voz, con sus labios escondidos
detrás de su abanico plegable.
“No te precipites, Kuu-chan.”
Kurono se quedó en silencio.
“Los detalle no importan, ya que
Kurobou aceptó el duelo. Lo que suceda aquí no es importante. Las cosas que
deberían hacerse, todas ellas vendrán después.”
Saikyou estaba igualmente
exasperada. Sabiendo eso, Kurono aflojó su puño en silencio.
“Sí, es verdad, ¿huh?”
Y así, las dos lo decidieron.
Esta batalla, ya sea que Ikki la gane o la pierda, ellas no van a dejar ir con
vida a este tanuki rojo.
Mientras el tanuki rojo, Akaza,
como sin sentir el instinto asesino de las dos, miró felizmente al ring donde
el enfrentamiento no estaba comenzando. A estas alturas, todo estaba marchando
bien. Desterrar a Ikki de la Unión: si Akaza producía el resultado que Itsuki
deseaba, Itsuki le había prometido firmemente promover a Akaza de Jefe del
Comité de Ética a Jefe de Relaciones Públicas. Eso no sería en los niveles
subterráneos de la rama. Estaría en la superficie visible y brillante. Si eso
sucedía...
Entonces hoy mismo me despediré de este rol de
villano.
El Comité de Ética que era
criticado como policía secreta era un departamento que tenía gloria durante la
era de la policía militar, pero en el presente sólo contaba con deberes
oscuros. La gente decente no querría pudrirse en la oscuridad de esta posición.
Akaza también lo pensaba, por lo tanto...
Es lamentable, pero aplastaré a Ikki-kun por
completo.
Para ese resultado, no habría
problemas incluso si Ikki muriera. No era como si se tratara de una
responsabilidad suya.
♦♦♦♦♦
La consciencia de Ikki se
encontraba dentro de una tormenta de nieve. Bajo la incesante nieve, mientras
se encogía, recordó su comienzo. Aquel día exactamente como este, cuando se
estaba congelando hasta los huesos. Donde el Ikki Kurogane que existía ahora
empezó.
Al conocer a Ryouma Kurogane,
éste le demostró por primera vez en su vida que estaba bien creer en sí mismo,
y estar feliz por ello. Varios meses más tardes, Ryouma murió de vejez, pero
las palabras que dejó atrás permanecieron guardadas dentro de Ikki. E Ikki
decidió que algún día, él también iba a ser una persona que le ofrezca esas
palabras a alguien como él, que esté encogiéndose del susto e inmóvil en frente
de una pared de talento, y desde ese día en adelante, siguió luchando contra sus
propios límites.
Si no hubiera tenido aquel
encuentro, él no existiría hoy. El encuentro con Ryouma era algo de lo que Ikki
estaba orgulloso. Pero—
「¿Esa reunión fue útil?」
Una voz como la suya le susurró algo en el oído.
「Ese encuentro, ¿te dio algo más
que agonía y soledad? 」
Gradualmente, escenas del pasaron
surgieron en la confundida mente de Ikki.
Durante la escuela primaria. Él
mismo como un niño, balanceando continuamente Intetsu mientras sangraban sus manos que tenía la piel pelada.
Aquellos días, ¿lo que hizo fue lo correcto? Y ni siquiera sabía si realmente
se había vuelto fuerte. En esos días donde no sabía nada, había aprendido cómo
blandir una espada por las ilustraciones de libros de referencias. Sin importar
lo mucho que había llegado a sus límites, no había nadie dispuesto a
instruirlo. Por lo tanto, había espiado sigilosamente a los niños de la rama de
la familia desde un matorral, y los imitaba continuamente. Eso era... muy
solitario, lo recordaba muy bien. La gentileza y la rigurosidad mostrada a los
otros niños con la espada de los instructores que venían a la casa Kurogane,
nunca se la mostraron a él, y había sentido ese dolor quisiera o no.
—Luego llegó otra escena en un
dojo. Ikki estaba en secundaria y había viajado a un dojo para obtener
habilidad. Eventualmente, hubo una escena. Una pelea uno a uno. Aunque tuvo que
hacer ese acuerdo, en el instante que se dio la señal de inicio, los otros
discípulos lo atacaron todos al mismo tiempo, y fue derribado en ese mismo
lugar.
「¡Nos aseguraremos de que no te
burles desafiando un dojo por segunda vez!」
Y diciendo eso, el presidente del
club de secundaria quien era el oponente de Ikki tomó la mano de Ikki y le
quebró el meñique con toda su fuerza. Mientras se reía a carcajadas, hizo lo
mismo con el resto de los dedos de Ikki. No hubo una sola persona allí que
ayudara a Ikki. Mientras todos se estaban divirtiendo, cada uno de los dedos
era quebrado. El dolor y el miedo de ser abusado esa vez, estaba grabado a
fuego en sus recuerdos incluso ahora.
—La última escena que apareció
fue... hace un año.
「Oye, oye. No resistirte no
demostrará tu fuerza, ¿sabes? Yo, el Cazador, dije que seré personalmente tu
oponente. ¡Al menos contraataca!」
Él, quien había sido llenado de
agujero por Kirihara, era mirado por los fríos ojos de los profesores.
Y—
「Lo siento, Kurogane-kun. Ya no
podemos seguir siendo amigos.」
Las palabras del amigo que se
alejó de él...
—La voz que era como la de Ikki
susurró algo.
「Y ahora, aquí estás sobre el
suelo en un lugar así. Porque querías probar las palabras irresponsables de
Ryouma Kurogane. Eres exactamente como mi Padre dijo, si una persona vive
dentro de sus límites, algo como eso no pasaría. Ni tampoco estarías
arrastrando ese cuerpo moribundo, abriéndose paso hacia el lugar donde lucharás
hasta la muerte. Un deseo más allá de tus límites sólo te traerá tristeza. Para
las personas, existen dominios que les corresponden a cada uno de ellos. Para
aquellos que buscan más, sólo hay dolor y soledad. ¿Y? ¿Ya has tenido
suficiente? Entonces sé razonable, y relájate. Las tonterías del difunto, eso
no tiene que atarte aquí para siempre. Si te permites dormir aquí mismo, todo
se habrá solucionado. Las palabras de Ryouma Kurogane no te volverán a
atormentar. Así que—」
Sólo descansa de una vez.
Sí, eso es. Debería descansar. Si seguía así, sólo habrá amargura. Si cerraba sus ojos, estará feliz. Seguramente será feliz. Entendió eso.
Enten... dio... es... pero—
“¡Ahhh AAAHHHHH AAAAAHHHHHHH!”
Un rugido brotó de su infectada
garganta, e Ikki levantó su cuerpo del asfalto. Y paso a paso, con cada paso
endureciendo sus zancadas, siguió subiendo la pendiente a través de la tormenta
de nieve.
「Detente de una vez. ¿Por qué
sigues lastimándote así?」
La voz hizo esa pregunta. La
respuesta a eso, Ikki no la sabía. Con su turbia mente y remembranzas, no podía
procesar un solo pensamiento o recuerdo.
Pero—desde hace un momento, algo
se había reflejado continuamente en su consciencia.
Flama... roja.
Balanceándose suavemente, extendiéndose incandescente, un cabello rojo como la flama.
¿De quién era ese cabello? ¿De
quién era esa espalda? En este momento, Ikki no podía recordarlo.
Pero—cada vez que lograba echar
un vistazo, su corazón no podía más que agitarse. Aunque no sabía quién era,
con sólo balancear ese cabello, el calor en su cuerpo congelado ardía, y su
cuerpo que había usado toda su energía se estimuló.
「Sólo descansa. Alguien tan inútil
como tú sólo será derrotado por Raikiri. ¿Qué podrías hacer si fueras allí?
¿Qué podrías hacer como te encuentras ahora?」
Él no lo sabía. En primer lugar,
Ikki no sabía qué estaba tratando de hacer al ir allí, o a dónde estaba yendo
siquiera.
Pero— Entonces
vayamos, los dos juntos, tan alto como los caballeros puedan llegar.
Aah, pero—
Había un calor ardiendo en su
pecho. Sintiendo eso, Ikki recordó una sola cosa.
Hice una promesa.
「Enton... vayam... alto... caballeros...」
A pesar de que no recordaba bien el contenido, era un juramento precioso, hecho con una persona preciosa.
Eso no era todo. Podía escuchar
una voz. Qué estaba diciendo, él no lo entendía. Pero esa voz familiar como una
gran conmoción lo estaba impulsando hacia delante.
Entonces—tengo que...
Esa fue la respuesta de Ikki.
Ante esa respuesta, aquello que se había estado burlando de él soltó un suspiro
de disgusto.
「¿Entonces es así? Hasta el final,
vas a seguir sufriendo, ya veo.」
Un rostro oscurecido, mostró una
sonrisa retorcida.
「Sin embargo―es inútil.」
En ese momento—
Ah...
En el momento exacto en que llegó
a la entrada principal de la Academia Hagun, Ikki cayó de rodillas, y su cuerpo
se tumbó sobre el suelo. Cual fuera la determinación de Ikki, su cuerpo había
alcanzado su límite. No podía avanzar más que eso. Ya no podía levantarse. Este
era el límite de la persona llamada Ikki Kurogane.
「Estás acabado, sabes.」
El cuerpo de Ikki caería como una
marioneta cuyos hilos fueron cortados, y ese cuerpo yacería sobre el suelo. El
suelo del que no se levantará por segunda vez.
—Eso es lo que pasaría.
Sin embargo, en el momento que
cayó.
Con un *ruido sordo*.
Brazos llenos de calidez y de una
fuerte dulzura atraparon su cuerpo. Con esos fuertes brazos, una tenue y
temblorosa voz dijo algo.
“...Bienvenido, Onii-sama.”
Esa dulce voz como campanas trajo
el recuerdo de la única persona de sus remembranzas que colapsaban lentamente.
El recuerdo la atesorada hermana de Ikki. Ese nombre era—
“Shizu...ku...”
♦♦♦♦♦
Shizuku, quien había atrapado el
cuerpo colapsándose de Ikki en sus brazos, le habló con una voz ronca.
“...Anoche, escuché lo que
Touka-san dijo, y ha estado en mi cabeza todo el tiempo.”
Si debería detener a su hermano o
no.
De acuerdo a sus sentimientos
honestos, Shizuku pensó que quería detenerlo. Ya era suficiente. Su hermano ya
había luchado más que suficiente. No quería que su hermano siguiera sufriendo.
Haber pasado por experiencias tan amargas. Deja de tratar de convertirte en un
caballero, y regresa a la casa Kurogane con ella. Para su hermano, puede que
sea una prisión. Pero ella estaba allí para él. Ella podía darle amor como una
madre, como una hermana, como una amiga, como una amante. Podía darle a su
hermano lo que él quisiera. Por eso... debería dejar que su hermano descanse.
“...Pero aunque pienso eso, no
puedo evitar dudar en detener a Onii-sama. Porque cuando Onii-sama está en esta
escuela, se ríe como si estuviera en verdad feliz.”
Las ocasiones en que estuvo así
en su hogar eran inimaginables. Sí, le sonreía a la joven e inmadura Shizuku,
pero nunca sonrió, ni una vez, por sí mismo. El rostro sonriente que su hermano
se había ganado para sí mismo poco a poco. Quitarle eso, ella no podía hacerlo
sin importar la razón.
“Así que haré una apuesta. Ahora
que Onii-sama vino aquí por propia voluntad—lo enviaré a batallar con el apoyo
más grande que puedo ofrecer.”
Junto a las palabras de Shizuku—se elevó una conmoción.
“¡Eso es, Senpai! ¡¡¡Si eres tú, definitivamente ganaras!!!”
“¡El enfrentamiento aún no ha
empezado! ¡¡¡Date prisa!!!”
“¡Kurogane-kun! ¡Sólo falta un
poco más hasta los campos de las arenas! ¡¡¡Da lo mejor de ti!!!”
“¡Ikki-kuuun! ¡¡¡Pelea—!!!”
“¡Sólo un empujón más!
¡¡¡Muéstranos lo que tienes—!!!”
Esos eran los ánimos que Shizuku había reunido con el fin de enviar a su hermano hacia delante. Amigos, compañeros de clase, pupilos, anteriores oponentes—muchos estudiantes habían esperado la llegada de Ikki en la entrada principal. Y a Ikki quien mostraba un rostro que parecía no poder creer lo que estaba viendo, Shizuku le habló.
“Onii-sama. En este grupo, nadie
preguntó nada. Porque todos nosotros, podemos imaginar fácilmente lo que ha
pasado para arrinconarte así. Pero por favor no lo olvides. Onii-sama,
definitivamente... no estás solo. Puede que hayas estado solo al principio.
Puede que eso haya durado mucho, mucho tiempo. Pero en este momento, todas
estas personas te están apoyando. También Stella-san y Alice que no pudieron
estar aquí por sus propios enfrentamientos, están rezando por tu victoria. Tú,
El Peor, eres el héroe de cada uno de nosotros.”
Así que—
“Por favor lucha. ¡Y por favor
gana!”
♦♦♦♦♦
El ánimo de Shizuku y los demás.
Ellos... definitivamente llegaron a la consciencia de Ikki quien estaba solo en
la tormenta de nieve. Ikki en su visión borrosa lo confirmó firmemente.
“Por favor lucha. ¡Y por favor
gana!”
Su hermana de cabello plateado
estaba allí.
“¡Senpai, voy a publicar una
edición especial sobre ti en el próximo periódico mural, así que no puedes
perder en absoluto! ¡Por favor!”
Su adorable compañera de gafas
estaba allí.
“Kurogane-kun. ¡Este es un
momento crítico, sabes!”
Una ex pupila alta y bella estaba
allí.
“Sensei cree en ti. No eres un
chico que perdería en un lugar como este.”
“¡La presidente del consejo
estudiantil es estúpidamente fuerte, pero tú me ganaste a mí, así que veamos tu
fuerza!”
“Sí, eso mismo.”
“¡Ikki-kun! ¡Creemos
absolutamente que ganarás!”
Los otros estudiantes a los que
les enseñó manejo de la espada, así como estudiantes mayores que siempre lo
ayudaban. Los compañeros de clase con los que estudiaba. La profesora que le
había dejado entrar a la academia. Los dignos oponentes con los que había
competido por el Festival de Arte con la Espada de Siete Estrellas—
Muchas personas estaban
pronunciando su nombre. Al ver eso, una única convicción nació dentro de Ikki.
Ahh, al menos lo entiendo.
Lo que impulsaba su cuerpo que ya
había llegado a sus límites, lo que era eso. Eran sus voces, y sus esperanzas.
Personas que lo querían. Personas
que lo admiraban. Y—personas cuyos sueños había arrebatado. Las personas que
estaban reunidas aquí ahora, todas y cada una de ellas estaba depositando
alguna forma de esperanza en Ikki. Era por eso que estaban pronunciando el
nombre de Ikki. Y esas voces, esas esperanzas, estaban impulsando a Ikki hacia
delante.
Desde el momento que Utakata le
dijo que 「Entre ustedes dos, el peso de la
responsabilidad que están cargando es distinta」, él había pensado que no tenía ningún peso sobre él, pero eso era un
error. Había excedido sus propios límites, e Ikki apenas era consciente de su
propia existencia. Las cosas que estaba cargando ahora, eran los deseos
confiados a él.
En algún punto, me convertí en esa clase de persona...
En el momento que obtuvo esa convicción, Ikki sintió que el fuego ardía en su corazón. *Babump, babump*, la sangre fluyendo dentro de su cuerpo se estaba calentando, y su fuerza regresó. Sus pensamientos y recuerdos colapsados, definitivamente regresaron a su forma original, y su consciencia se había aclarado.
—Iba a luchar. Por supuesto que
lo haría. Si las esperanzas eran depositadas en él, nunca podría rendirse por
propia voluntad.
Y más que ninguna otra cosa,
tenía algo con esa chica del cabello como flama que no estaba aquí—una promesa
con Stella.
「Entonces vayamos, los dos juntos, tan alto como los
caballeros puedan llegar.」
Ahora sí, podía recordarlo
claramente. Ese precioso juramento. ¡Con el fin de cumplirlo, no podía dejar
que las cosas acaben aquí!
“...Gracias, Shizuku.
Kusakabe-san. Ayatsuji-san. Tomaru-san. Saijou-san. Oreki-sensei. Y a todos
ustedes aquí.”
—En algún punto, la tormenta de
nieve había terminado.
Ofreciendo sus agradecimientos,
Ikki se separó de Shizuku y caminó con sus propios pies. Con la cabeza en alto,
con la fuerza que todos le habían transmitido, hacia el lugar de la batalla
decisiva.
Su corazón ya no estaba intranquilo.
「Alguien tan inútil como tú sólo
será derrotado por Raikiri.」
Las palabras que su débil yo
dentro de él había pronunciado. A ese yo, ahora podía responderle claramente.
¿—Derrotado?
Ambos cargaban el mismo peso, y
eran caballeros en igualdad de estatus. No sabía si podría ganar. A decir
verdad, ella era una enemiga formidable. ¿Era una oponente que podría derrotar
con esta condición física?
Cuanto más lo pensaba, más
desventajas encontraba, y sólo eso. Pero haría lo único que podía hacer. Por el
bien de todos los que le dieron fuerza para seguir adelante paso a paso, tenía
el deber de hacerlo.
“Bueno, aquí voy—”
En ese momento—
“¡¡¡Ikki!!!”
Una voz resonó fuerte en el aire de verano. Muy, pero muy fuerte, y bellamente—una voz más adorable que las notas de cualquiera canción.
♦♦♦♦♦
“¡Stella!”
“¡Gracias a dios... llegué a
tiempo...!”
Gritando y corriendo frente a sus
ojos, la chica de cabello ardiente vociferó algo conforme respiraba con
dificultad. Ante esa entrada, Shizuku elevó su voz con asombro desde su
posición detrás de Ikki.
“¡Qué—S-Stella-san! ¡Deberías
estar en medio de tu enfrentamiento...!”
Sí, esa era la razón para el
asombro de Shizuku. Stella también era una candidata a representante para el
Festival de Arte con la Espada de Siete Estrellas quien se había mantenido
invicta hasta su enfrentamiento final. Al igual que Arisuin quien no había
llegado aquí, alguien que debería estar en medio de un enfrentamiento en este
instante. Pero a pesar de eso, ¿qué estaba haciendo aquí?
Stella no contestó con una
respuesta.
En cambio, lo demostró con
acciones.
Sacó algo y lo mostró frente a
los ojos de Ikki, y dijo esto.
“¡Ikki, como prometí, ahora soy
una representante del Festival de Arte con la Espada!”
Lo que Stella había traído. Era
una medalla que probaba que era una representante de la Academia Hagun.
Así es, ya había terminado su
enfrentamiento. Con el récord de la batalla de selección más rápida de todas,
un KO a tres segundos de comenzar el enfrentamiento, contra su oponente que
también venía invicto. Todo eso fue... con el fin de llegar a tiempo para este
momento.
Siempre estuvo pensando en esto.
Sobre qué debería hacer. Por el bien de Ikki quien estaba luchando solo, qué
podría hacer. Y la respuesta a la que llegó fue proteger el juramento que
habían hecho. Protegerlo, venir a recibirlo. Eso seguramente sería valentía
para él. Por eso—
“¡Ikki, gana tú también! ¡Y
vayamos juntos! ¡Tan alto como los caballeros puedan llegar!”
Ante esas palabras, Ikki sintió
que las esquinas de sus ojos se calentaban. Sheesh, su amada era... una chica
maravillosa. Animándolo a él quien había usado toda su energía, no sólo
viniendo hasta aquí para verlo, sino también para transmitirle un valor inmenso
en este momento. Hacer algo como eso.
Estoy enamorado de ella. Eso es algo de lo que
estoy orgulloso.
En ese caso, necesitaba probar
que era digno. Para no ser comparado desfavorablemente con esta fuerte chica,
para estar orgulloso de sí mismo.
—Para hacer lo único que podía
hacer.
Ese espíritu cobarde, ella se lo
había arrancado de adentro con unas pocas palabras. Y así cambió las palabras
que les había dicho a las personas que lo rodeaban.
No iban a ser “aquí voy.”
“¡Voy a ganar!”
♦♦♦♦♦
“Okey, ya veo. Entiendo. Gracias
por informarme.”
Ofreciendo su agradecimiento,
Utakata quitó el datapad de su oído. Y le informó a Touka quien estaba sentada
sobre una silla en la sala de espera con los ojos cerrados y con su
concentración intensificada.
“Un mensaje de Renren...
Kouhai-kun llegó.”
“...Ya veo.”
Touka devolvió una respuesta
corta, y dejó su cabeza colgando. Por eso, su flequillo escondía sus ojos, y
Utakata no podía adivinar sus sentimientos. Ikki había llegado a este lugar.
Frente a esta situación, aun si Touka había estado evitándolo, qué iba a—
“... Ja ja.”
Por un instante, Utakata sintió
que se le ponían los pelos de punta. Porque los labios de Touka se habían
retorcido con disfrute. Con sonidos de resquebrajaduras, el entusiasmo de Touka
había electrificado la atmósfera, dando origen al rato. Al ver eso, Utakata
tragó saliva.
...Su interruptor se había accionado por completo.
No había visto a Touka así desde
la pelea con Moroboshi en el Festival de Arte con la Espada de Siete Estrellas
del año pasado.
Sí, instarlo a no luchar era la
amabilidad de Touka al preocuparse del cuerpo de su colega menor. Pero... en
este mundo de batallas, uno no podía alcanzar la cumbre de los mejores cuatro
de todo el país sólo con amabilidad. La brutalidad y la ferocidad que sumerge
al enemigo en un mar de sangre. Esa también era una de las caras de esta chica.
Pero sí, esa es una cara que ella raramente
muestra—
Pero Ikki había intensificado la
seriedad de Touka. El orgullo del chico llamado Ikki Kurogane, él había logrado que Touka lo reconozca como un
enemigo formidable. Touka, como se encontraba ahora, probablemente nunca se
contendría con él. Sin lugar a dudas iba a arremeter contra El Peor medio
muerto. Ikki ya no tenía una oportunidad en diez mil de ganar.
「Contendiente Touka Toudou. El
enfrentamiento comenzará en breve, por favor ve a la entrada.」
“...Bueno, iré, Uta-kun.”
Levantándose lentamente de la
silla, Touka atravesó la puerta que conectaba a la entrada principal. Utakata,
quien veía su espalda rebosando de fuerza de voluntad, sintió simpatía por el
oponente al borde de la muerte quien no tenía más opción que pelear con ella en
su momento con mayor entusiasmo.
Es lamentable, pero trata de pensar en ello como
melancolía provocada por la mala suerte—El Peor.
♦♦♦♦♦
「Okey~ compañeros. Los tuvimos
esperando por un rato. ¡Y ahora—comenzará el último enfrentamiento de las
batallas de selección! ¡Por la puerta roja, Raikiri, con diecinueve victorias
de diecinueve enfrentamientos! Nuestra presidente del consejo estudiantil nos
ha mostrado una fuerza avasallante que le ganó a todos sin un rasguño. En los
récords de la Academia Hagun, ¿cuánto hemos animado su apariencia continuamente
brillante? ¡Es el orgullo de Hagun! ¡Nuestra estrella resplandeciente! ¡Con el
fin de que esta hermosa estrella siga en el camino de la gloria hacia su último
Festival de Arte con la Espada de Siete Estrellas, ella ha llegado a este campo
de batalla! ¡Es la contendiente de tercer año Touka Toudou, Raikiri! ¡Y ahora,
con las expectativas de todos sobre sus hombros, está de pie en el ring de
batalla!」
Touka quien se encontraba en el
ring, con la cabeza en alto y con orgullo. Su figura de pie mirando fijamente a
la puerta azul era ciertamente majestuosa.
“Una concentración impresionante,
¿no? Sólo con eso, puedo sentir sacudidas en mi piel.”
Incluso para Stella quien estaba
mirando a la distancia, esa fuerza de voluntad le era transmitida totalmente.
Sin embargo, Shizuku quien había
experimentado la fuerza de Raikiri no sentía sólo eso. En el momento que Touka
apareció en el ring, un escalofrío de terror recorrió todo su cuerpo. Sentía un
miedo que la hacía querer apartar los ojos.
No obstante—Shizuku no lo hizo.
Abrazándose sus temblorosos hombros, resistió la necesidad de escapar y miró el
campo de batalla.
“Shizuku, ¿estás bien?”
“...Honestamente, no lo estoy,
pero ya que Onii-sama será quien pelee, no hay manera de que me vaya de este
lugar. Veré este enfrentamiento hasta el final. Sin importar cuál sea el
resultado.”
「Y por la puerta azul, uno que también viene invicto de sus diecinueve enfrentamientos. ¡Pero es inesperado que él recorra el mismo camino que Raikiri! Sin tomar a nadie como compañero, sin el reconocimiento de nadie—él es el lobo solitario que fue abandonado en el fondo de la tierra. Sin embargo... ¡se ha levantado! ¡Contra la Princesa Carmesí! ¡Contra el Cazador! ¡Con la Corredora de Preparatoria! ¡Aplastando a los caballeros más famosos de Hagun uno por uno! ¡Ahora ya no hay nadie en Hagun que no conozca su nombre! ¡El rank-F más fuerte y el orgullo de Hagun! ¡El contendiente de primer año Ikki Kurogane, El Peor! ¡Mostrándole los dientes a los cielos, ahora se encuentra en este escenario de batalla para devorar una estrella!」
Y después de eso, Ikki fue visible por la puerta azul. Ingresando el campo de batalla con pasos robustos sin la apariencia de estar medio muerto, la espalda de Ikki estaba derecha y enfrentaba a Touka con dignidad.
Sin embargo—
“¿Qu, qué es eso? ¿...Acaso el
humor no es distinto de lo usual?”
“S-Sí... aunque su rostro es el
mismo de siempre.”
“Al mirarlo, me provoca una
sensación de miedo...”
Ante la apariencia de Ikki que
debería ser la misma de siempre, el estadio se inquietó. Aunque no pronunció
palabras, todos sentían algo en su postura. Y entre ellos, había personas que
definitivamente lo reconocieron.
“¿Oh, jo? ¿Ese es el oponente de
Touka? Ya veo... es fuerte, ¿cierto?”
“¿Nangou-sensei, puede notarlo?”
“Ciertamente. Está mostrando una
expresión absolutamente fatigada. Ese joven, está dispuesto a morir aquí, ¿no?
Incluso la audiencia está abrumada por su determinación. No sabía que un hombre
así existía entre los Kurogane, pero... se ha vuelto un enfrentamiento bastante
interesante, tal parece.”
“¿En verdad~? Puede que no se
note en su rostro, pero el color de la fatiga es profundo. Kuu-chan, con su
condición así, ¿hay alguna posibilidad de que desafíe a Touka y gane?”
“Je je je. Tenga posibilidad o
no, no tiene más opción que desafiarla, ¿sabes? Sea cual sea la razón, esto es
un duelo.”
Dejando a un lado la interrupción
de Akaza, Kuruno se cubrió el rostro y respondió.
“...Honestamente, la situación es
bastante mala. Quizás pueda balancear la espada apropiadamente una o dos
veces... Pero por eso es que Kurogane se moverá con cautela. Porque
probablemente ya conoce la dirección asesina de Raikiri.”
“¿Hmm? ¿Incluso algo como la
dirección asesina de Raikiri?”
Ella pensaba en ignorarlo por
segunda vez, pero tener a ese hombre aceitoso haciéndole preguntas también le
daba un mal presentimiento. Al pensar en eso, Kurono le explicó a Akaza quien
estaba del otro lado.
“...Raikiri tiene un desenvaine
de espada rápido. Concretamente, es una técnica que no puede atacar si la
espada no regresa a la vaina. Moviéndose de adentro hacia afuera con
movimientos finos y repetitivos, él dejará el Raikiri de Toudou u otras Artes
Nobles, inútiles, y si él logra que ella saque la espada, entonces al menos en
ese instante Raikiri no podrá ser lanzado. La oportunidad de Kurogane de ganar
será en ese momento... Sin embargo, para crear esa oportunidad, necesita
controlar una batalla de agotamiento con ese cuerpo suyo maltratado.”
Era una batalla desventajosa.
Pero por el otro lado, si él iba por la victoria con impaciencia la oportunidad
de éxito será completamente nula. Su oponente era Raikiri, quien poseía
invencibilidad a corta distancia. Si él se lanzaba temerariamente, será presa
de su carta del triunfo sin dudas. Y ya que Ittou Shura de Ikki, a pesar de
englobar muchos años de fortalecimiento del cuerpo, aún no era suficiente para
atravesar a Raikiri. Por esa razón, sólo quedaba una batalla de agotamiento.
Era la misma opinión que Saikyou tenía.
Pero—había un caballero con una
visión distinta.
“Jo jo, ya veo. Kurono-kun, ¿tú
ves este enfrentamiento como una batalla de agotamiento?”
Era Nangou. Los ojos agudos como
halcón dentro de sus párpados arrugados brillaron con una mirada filosa, y
habló.
“Yo veo que esta batalla—se
decidirá con un solo golpe.”
En las filas exteriores, la gente se alborotaba ante las dos figuras en el escenario. Dentro de ese tumulto, en el ring, Touka le dedicó algunas palabras al mirar a Ikki.
“Kurogane-kun. Tengo que
disculparme contigo.”
“¿...Disculparte?”
“Estuve pensando todo el tiempo
que no deberías venir aquí hoy. Pensando eso, le supliqué a tu hermana que te
convenza de no aparecer. Pero... a pesar de que hice algo hipócrita, la chica
que soy... al verte frente a mis ojos ahora mismo, ¡no puedo más que ansiar
esta pelea...!”
Ikki se quedó en silencio.
“Kurogane-kun, sé que estás
cubierto de heridas en este momento. Puedo notar lo cansado que estás. Pero aun
así, no puedo evitar sentirme emocionada. ¡Porque desde el momento que me crucé
contigo, siempre, siempre pensé que—quería pelear contigo!”
Con ese pequeño chisme, una
sonrisa apareció en su rostro, y adoptó una pose. Un destello de rayo cruzó el
aire, y esos rayos cubrieron la mano de Touka, tomando la forma de Narukami.
Tenía un rostro que decía que ya no podía esperar a que el enfrentamiento comience.
Al ver eso, Ikki Kurogane
también—
“—Sobre eso, pienso lo mismo.”
Anunciando eso, invocó su amada
espada japonesa negra en su mano derecha. Ciertamente. Él también estuvo
pensando en eso todo el tiempo. Raikiri y él. ¿Cuál de los dos era más fuerte?
Que probablemente lucharía con esa persona. Preocupándose a veces, y en otras
ocasiones se hallándose envuelto en una neblina intangible. Pero en este
momento, veía que ella estaba siendo muy honesta.
De pie como caballeros en este lugar, ni tú, ni yo,
ni las personas impulsándonos hacia delante quiere ver que una espada se blanda
con vergüenza. Así que te prometo esto.
Diciendo eso, Ikki levantó la
espada que tenía en una mano, y apuntó el extremo hacia Touka.
“¡Con mi mayor debilidad, romperé tu invencibilidad...!”
Juró que ganará absolutamente. Por supuesto, porque para eso había venido aquí.
「Los dos grandes rivales han
intercambiado algunas palabras, y tienen sus Dispositivos en sus manos. La
chica que está avanzando hacia la cima, y el chico que está escalando desde el
fondo. ¿Quién es el más fuerte? ¡Con la posición de representante para el
Festival de Arte con la Espada de Siete Estrellas en juego, la última pelea
comienza! ¡Amigos, por favor anímenlos! ¡¡¡EMPECEMOS!!!」
♦♦♦♦♦
El momento de la señal levantó el
telón. Todos allí vieron algo que no podían creer. Al mismo tiempo que la
chicharra sonó para dar comienzo al enfrentamiento, Ikki emanó una luz azul de
su cuerpo, y corrió hacia Touka.
「¡¿Qu-Qu-Qu-Qué está pasando?! ¡El
contendiente Kurogane de pronto usó su carta del triunfo, Ittou Shura!」
El interior del estadio se
conmocionó ante ese hecho. Ikki había empleado Ittou Shura al comienzo del
enfrentamiento, algo que nunca antes había hecho.
Era natural. Esta técnica tenía
un estricto límite de un minuto. Podía anularse con solo escapar. Por esa
razón, Ikki nunca la usaba sin primero comprender exhaustivamente las
dimensiones de los poderes de sus oponentes.
Pero ahora, Ikki había descartado
esa actitud. No le quedaba resistencia para sonsacar la habilidad de su
oponente poco a poco. ¿Acaso estaba muy apresurado para decidir el enfrentamiento
por su fatiga?
En ese caso—
¡Esa decisión es insensata, Kurogane...!
Kurono apretó los dientes ante el
escenario frente a sus ojos. Esta era una decisión demasiado tonta. Mientas su
cuerpo tuviera resistencia, el enfrentamiento seguía en duda. Podría prepararse
para esos riesgos. Si las cosas se volvían favorables, tales estrategias
podrían ser buenas, pero...
¿Lo entiendes? ¡Tu oponente es Raikiri!
Una miembro de los mejores cuatro
del país. Era imposible derrotarla con un ataque suicida desesperado. ¿Será
cortado por Raikiri, o ella escapara con su velocidad del rayo? Sea cual sea,
no podía ver a Ikki ganando con esta decisión. Ante ese hecho, tanto Kurono
como Saikyou quien estaba mirando el enfrentamiento al mismo tenían expresiones
nefastas. Y estudiantes influyentes como Shizuku y Arisuin se encontraban
igual. Era muy desconsiderado. Sus expresiones mostraban dolor. Pero entre
ellos... la Princesa Carmesí, Stella Vermillion—
“Jeez. Aun con tu vida como
caballero en juego, eres una persona imposible, ¿no, Ikki?”
Y sonrió un poco.
Entendía.
¿Por qué Ikki eligió hacer esto?
Raikiri iba a tajear con su desenvaine de espada. En ese caso, él debería
atacar durante el propio desenvaine. Era sólo allí cuando Raikiri podía matar.
Incluso yo sé eso, así que Ikki debe haberse dado
cuenta.
Pero Ikki no eligió eso. ¿Por
qué? ¿Por qué determinó que su resistencia no le permitiría esa táctica?
No. No era—nada tan ingenioso
como eso.
Stella entendía eso, y tenía
razón. Ikki había—
¡Lo he decidido hace mucho...!
Desde que se encontró con Touka. Para el momento en que la derrotaría, había estado armando su estrategia. Por supuesto, eso incluía el desenvaine electromagnético de la espada, Raikiri, la técnica insignia de Touka como caballero. Y al desafiarla, ¿cómo podría ganar sin ser derrotado por eso?
A decir verdad, su cuerpo estaba
en su límite. Aunque tenía el poder mágico suficiente al punto que fortalecer
su cuerpo con Ittou Shura no era un problema, ya no podía prolongar su
resistencia. Poder balancear la espada apropiadamente, puede que estuviera
limitado a una sola vez.
Pero estaba bien. Era suficiente.
Si golpeaba con toda su fuerza, una tajada era suficiente. No iba a amagar. No
iba a usar su resistencia de forma inútil. ¡Corriendo en línea recta por la distancia
más corta, pondrá todo lo que tenía ahora en su espada y lo desatará! Y lo
derrotará. ¡Al Raikiri del que Touka Toudou estaba orgullosa!
Y a Touka, quien se alzaba en
este lugar confundida con esta intriga, la sinceridad más grande que podía
mostrar—
¡¡¡Este es mi desafío personal—!!!
Cuales sean las condiciones
desfavorables, será un enfrentamiento que no dejará arrepentimientos. Él no se
mostrará dejando a sus oponentes decepcionados. Con ese espíritu en su corazón,
esparciendo el resplandor de su vida, Ikki corrió hacia delante con el viento
espiralándose alrededor suyo.
Viendo eso—Touka Toudou percibió
sus sentimientos.
「¡Con mi mayor debilidad, romperé tu invencibilidad!」
Las palabras que había dicho
antes del enfrentamiento, eran con seriedad genuina.
No necesitaba usar Visión Inversa
para percibir las señales de su cuerpo. El alma que se estaba aproximando se lo
informaba elocuentemente. Ikki Kurogane iba a hacer una tajada en este
enfrentamiento, para decidirlo todo con un solo golpe. Su meta era interceptar
el Raikiri que ella desatará.
En ese caso, el enfrentamiento es simple.
Iba a amagar con Raikiri,
retroceder mucha distancia, y hacer que él falle con toda su fuerza. Y si ella
fastidiaba al exhausto Ikki desde afuera de su rango, él no podrá hacer nada.
El enfrentamiento será su victoria—algo como eso...
¡No bromees!
Touka ni siquiera le echó un
vistazo a ese plan. Raikiri, la cual nunca habían roto a corta distancia ni una
sola vez, dominaba este territorio. Si un enemigo lo invadía, ¿qué clase de
señor feudal escaparía desvergonzadamente de su dominio? La corta distancia era
la distancia más fuerte de Touka. Si escapaba, ¿desde dónde pelearía? ¡Más
importante—contra alguien que está impulsando su cuerpo pesado y herido usando
toda su fuerza, si ella descartaba su invencibilidad de cara a tal desafío de
un orgulloso caballero, ¿cómo podría presumir de esa victoria?!
Ahh, es cierto.
¡No quiero ser sólo la más fuerte de la Academia
Hagun! ¡Voy a derrotar a este orgulloso caballero, e iré a convertirme en el
Rey Espada de Siete Estrellas!
En ese caso—
¡Te enfrentaré! ¡¡¡Con mi invencible Raikiri—!!!
Ajustó su postura, y envió un destello de rayo en la vaina que contenía a Narukami. Preparó su carta del triunfo. Para desatar el golpe que derribó a cada oponente sin excepción. Esa postura de preparación para desenvainar una espada, Touka interceptó a Ikki quien se estaba aproximando con el viento espiralándose alrededor suyo. ¡Era igual que su oponente, lo estaba arriesgando todo en una sola tajada!
Mutua y recíprocamente,
mostrándose orgullosamente, luchando de manera justa y limpia. ¡Este era el
camino honrado de los caballeros!
Y—en este momento, dos caballeros estaban enfrentándose en ese camino.
Ikki había desatado la más rápida de sus siete técnicas personales. La séptima espada secreta, Raikou. Con una velocidad que no mostraba manejo de la espada, era una espada invisible. Esa velocidad, era como el rayo que perforaba la tierra en un parpadeo.
Pero aun así, el nombre de la
técnica que se enfrentaba a Raikou casualmente era Raikiri. Un desenvaine astuto de espada que parte incluso un rayo
que desciende.
Las velocidades de ambas partes
era la de super humanos incomparables. En ese caso, la decisión de cuál de
ellos era superior, dependía del peso de las esperanzas que cada espada
cargaba. Las plegarias de las personas que rezaban por su victoria de todo
corazón. Y las esperanzas de ellos mismos, queriendo ganarle al enemigo en
frente de sus ojos. Todo eso estaba confiado a las espadas de sus almas.
“¡¡¡AHHHHHHH!!!”
“¡¡¡YAHHHHHHH!!!”
¡Los dos caballeros pusieron todo su cuerpo en ello, y siguieron hasta el final con sus tajadas! El destello del rayo del ataque desatado con acero. Al ataque mutuo que cruzó la distancia más corta—¡Raikiri era apenas más rápida!
¡—Esto no es bueno!
Ikki lo sabía.
¡—Esto no era suficiente!
Frente a sus ojos que ya no
podían percibir los colores, una hoja de plasma brillante se estaba
aproximando. Frente a esa velocidad y poder—
¡—No podía llegar!
Será derrotado. El Raikiri que
seguiría hasta el final no iba a mostrar titubeo ni piedad. Un balanceo
completo que matará sin remordimiento. Un manejo de la espada muy, muy bello.
¡Touka Toudou, Raikiri... esta
chica era verdaderamente fuerte!
¡¿—Y qué?!
Él ya lo sabía. Que era fuerte, y
que él era inferior en casi todo. Sin embargo, ¿acaso Ikki apartó sus ojos de
esa realidad?
¡No!
Siguió luchando. No retrocedió ni
un solo paso ante esa insufrible realidad. Era por eso que sabía. Porque Ikki
era así, él sabía qué debería hacer ahora.
Si era inferior, debería reunir
su fuerza. Si era imperfecto, debería llevar su poder al límite.
Un minuto era demasiado. ¡En este momento, sólo
necesitaba un segundo!
—De ser así, afinará su alma.
Visión, gusto, oído, tacto, olfato—en este momento no necesitaba ninguno de ellos. En este instante, ni siquiera necesitaba respirar. Abandonando todas esas cosas, concentró la fuerza que quedaba.
Toda su carne. Todo su cerebro.
Toda su sangre. Todas sus células, todo de ellos.
Su vitalidad personal, su
resistencia, su poder mágico, su potencial, reunió todo lo que tenía—
¡¡¡—Y por un instante, superó sus
límites!!!
El destello del rayo del acero
colisionando. Ese aire que se expandió. La colisión dio origen al rayo y al
trueno que pudieron ser atestiguados a cientos de millas, llevándose consigo
todos los colores y sonidos—
*crack*
En el extenso silencio que siguió, el sonido agudo del acero rompiéndose hizo eco en el estadio.
Y entonces... el sonido de
alguien cayendo.
Los espectadores que habían
cerrado sus ojos ante el brillo cegador tímidamente los abrieron otra vez, y
miraron al ring.
Lo que se había quebrado era—Narukami.
Quien había caído a mitad del
camino honesto de los caballeros fue Touka Toudou, Raikiri.
♦♦♦♦♦
「¡¡¡E-Está rota!!! ¡¿C-Cómo puede
ser?! ¡Con un solo choque de las hojas, con apenas un cruce! ¡En ese instante,
la Narukami de Touka Toudou! ¡Y su
Raikiri! ¡¡¡Él los rompió! ¡La contendiente Toudou ha caído en el ring y ni
siquiera se está moviendo! ¡Ahora, la réferi, se está acercando! ¡¿Puede
continuar?! Si no—」
La gran audiencia contenía el aliento conforme veían a la réferi aproximándose a Touka. La réferi quien se agachó para examinarla por un breve período, y luego de un momento, se levantó con ambas manos haciendo una cruz.
「¡La decisión de la réferi dicta que no puede continuar! ¡El enfrentamiento se acabó! ¡Qué final de pelea! ¡Qué conclusión! ¡Las tajas cruzadas estuvieron a sólo milímetros! ¡Y con esos milímetros, la caballero más fuerte de la Academia Hagun ha caído! ¡¡¡El que sigue de pie en el ring es el contendiente de primer año, El Peor, Ikki Kurogane!!!」
El momento en que se anunció el nombre del ganador, los vitoreos estallaron y sacudieron el estadio. La inmensa audiencia elevó sus voces con asombro.
「No, no puede ser...」
「¡E-En verdad gano! ¡En serio lo
hizo! ¡Le ganó a Raikiri!」
「¡No puedo creerlo! ¡La presidente
de los estudiantes perdió a corta distancia...!」
「Es la primera vez que veo un
Dispositivo romperse... ¿La presidente sigue viva?」
「¡Eeeeek! ¡Ikki-kun, eres el mejor―!」
El estadio se convirtió en un
tazón de entusiasmo. En medio de los incesantes ánimos, Ikki se retiró del
ring. Al ver eso, Stella salió corriendo se inmediato. El lugar al que se
estaba dirigiendo era la puerta azul. Probablemente iba a encontrarse con Ikki.
“Shizuku-chan, ¿no vas a ir?”
Kagami quien estaba mirando
aquello con la chica de cabello plateado le preguntó de repente. Pero Shizuku
negó con la cabeza un poco ante esa pregunta.
“¿Podrá ser que, te estás
conteniendo por Stella-chan? Pero pienso que está bien que vayas con ella hoy.”
“No es... eso...”
“¿Shizuku-chan?”
Shizuku se sentó allí mismo con
firmeza. Al ver eso, Kagami se dio cuenta. No era que Shizuku no quería ir. Era
incapaz de moverse debido al shock.
Su amado hermano había arrastrado
su cuerpo que estaba al borde de la muerte para presentarse a esta pelea. El
enemigo había atacado a su hermano con toda su fuerza, sin mostrar titubeo ni
piedad. Aunque al final Ikki había ganado, había sido realmente peligroso. Si
una sola cosa hubiera fallado, la cabeza de Ikki habría salido volando en ese
instante. Esa tensión, y el alivio que la había relajado, probablemente le
habían drenado toda la energía a Shizuku.
Ahora—
“...Es grandioso... que esté a
salvo... ¡Es grandioso!”
Ante ese alivio, Shizuku se había
caído sobre su asiento, y ahora estaba derramando lágrimas. Bueno, era
comprensible. Porque Shizuku había estado tensa desde anoche.
Sin embargo, hablando de
enfrentamientos riesgosos—la verdad era diferente.
“¿Viste eso, Nene?”
“Por supuesto que lo vi. Sheesh,
qué hombre escandaloso es Kuro-bou.”
Las dos caballeros mágicas
miraban el ring desde la fila más alta de los asientos de espectadores. Lo
habían visto con sus propios ojos.
Raikou y Raikiri. El trueno de
dos espadas de acero colisionando, y el momento en que sucedió.
—Ikki había acelerado aún más.
“Ittou Shura, que consume todo de
uno mismo en un minuto, no le ganó a Raikiri. El propio Kurogane entendía eso.
¡Así que ese chico, consumió todo de sí mismo en un balanceo de la espada en
lugar de un minuto! ¡Con una concentración asombrosa, concentró su ‘minuto más
poderoso,’ y magnificó su fuerza física en un solo impulso de varios niveles, y
agregó velocidad de oscilación y poder...!”
Comparado con quemar su
resistencia usando el Ittou Shura de siempre para correr hacia delante, en
cambio Ikki había gastado la resistencia de correr cien metros en el primer
paso. Eso iba totalmente más allá del domino de los humanos. No era el reino de
un hombre que cayó en el reino de los shuras. Excediendo límites más allá de
los límites. Un... demonio que excedía la humanidad. Si necesitaba un nombre—
Ittou Rasetsu. (3)
“Pero ese es sólo un mecanismo común. El resultado de la batalla fue decidido por algo más, saben.”
“Nangou-sensei...”
“Viejo, ¿de qué estás hablando?”
“El Raikiri que Touka desató. Esa
fue una tajada que no tenía la determinación para matar al joven Kurogane. Lo
que vi fue el golpe con espada sin un ápice de vacilación más bello de todos. Y
ese, sin lugar a dudas, fue más rápido que la espada larga del joven. Pero...
ese joven. Mejoró en el instante en que llegó a su límite. En el último
momento. Con el fin de derrotar a la poderosa Touka... Quizás, ese joven vino
aquí para hacer eso desde el principio. Sin tener nada, sin recibir nada,
mientras estaba bajo asedio siguió creyendo en su propio potencial incluso en
una lucha a muerte. Mejorándose. Más rápido que sí mismo en un minuto. Más
fuerte que sí mismo en un segundo. En ese breve lapso, esa diferencia. Touka
sin dudas desató su fuerza al límite. Pero ese joven, en esta batalla, había
cambiado su propio límite... Su espíritu para seguir cambiando su propio
potencial sin aflojarse, esta victoria nació de eso.”
Expresando su visión, Nangou
endureció la piel arrugada alrededor de sus entrecerrados ojos, y dijo—
“...Ese chico se parece a él.”
Viendo al frente con una mirada
que parecía ver a un viejo conocido, miró la espalda de Ikki quien se estaba
retirando del ring.
Pero, a un costado,
“¡I-Imposible! ¡Cómo pudo pasar
algo tan estúpido! ¡Ese chico estaba medio muerto! ¡Para que suceda esto, algo
debe andar mal! ¡Ahh, por supuesto, algo está mal! ¡Fue un error! ¡¿Quién
podría aceptar este tipo de resultado?!”
Sólo Akaza no podía aceptar la
situación frente a sus ojos, y se fue corriendo con un grito.
Al ver aquella espalda redonda
escaparse corriendo con ruidos sordos, Saikyou preguntó.
“Kuu-chan. ¿Está bien que no lo
persigamos? Eso no es muy satisfactorio.”
No sería satisfactorio. Kurono pensaba
lo mismo. Pero...
“...Honestamente, pensé en hacer
muchas cosas para que pague, pero al ver la pelea de Kurogane me siento
ridícula de alguna manera. Probablemente esté bien dejarlo ir. En todo caso,
ese hombre no puede hacer nada ahora. Si intenta hacer algo, ya es demasiado
tarde de todas formas. Las cosas ya se le han escapado de las manos. Una
campeona de nivel nacional. Lazos familiares. Ataques extraños. Duelos
absurdos. Ikki Kurogane ha aceptado todo eso de frente—y lo ha atravesado todo
con una sola tajada.”
No quedaba nadie que pudiera
objetar ante esa conclusión. Y esa situación había sido capturada por las
cámaras de los noticieros. El momento en que Raikiri, una de los cuatro mejores
del país, fue derrotada por El Peor.
“Así que sin importar cuánto
intente la familia Kurogane perseguir a Kurogane, ya es irrelevante. La
sociedad ya no puede golpearlo. Porque con esta pelea, El Peor—no, el Rey
Espada Sin Corona, su fama, se expandirá por todo el país.”
♦♦♦♦♦
Los ánimos a gritos están... muy
lejos.
Como
si sólo fueran el sonido de la lluvia afuera de una ventana. Ikki pensaba eso.
Su consciencia estaba completamente separada de su carne. Si relajaba su
atención sólo un poco, caería al suelo de inmediato.
No, ya
estaba bien caer al suelo. Porque el enfrentamiento había sido decidido, e Ikki
había ganado. Pero aun así, Ikki se apresuró.
—Había
un lugar al que quería ir. Había alguien a quien quería ver.
Hay algo que quiero expresar...
En este momento.
Y así
caminó. Con los vitoreos a su espalda, atravesó la puerta azul.
“¡Ikki...!”
La
persona que quería ver, había venido a verlo.
...Estoy agradecido.
Porque
honestamente, recorrer todo el camino hasta las gradas sería problemático.
Stella estaba recibiendo a Ikki con los brazos abiertos.
Ikki
colapsó en su busto. Stella abrazó a Ikki en su voluptuoso pecho, y—
“¡Bien
hecho... Ikki...!”
Hipó.
En su rostro, se estaban derramando lágrimas.
“¿Estabas
tan... preocupada?”
“¡Lo
estaba! ¡Por supuesto que sí! *Sollozo* ¡Te llevaron y no regresaste por
semanas! ¡Y cuando volviste, estabas moribundo! ¡Y así y todo hiciste algo tan
absurdo como desafiar a Raikiri en una competencia cara a cara... qué clase de
idiota eres! ¡Increíble! ¡Idiota, idiota, idiota!”
Ja ja... Mi argumento quedó
expuesto.
“Pero...
yo también soy una idiota.”
¿Hmm?
“Porque
Ikki, que sigue luchando así, es a quien amo.”
Diciendo
eso, Stella abrazó a Ikki con más fuerza. De la piel que lo apretaba fuerte,
Ikki pudo sentir la calidez de Stella.
Ahh, este calor.
Este
calor, le dio fuerza muchas veces a su cuerpo congelado. Esa vez, cuando cayó
en medio de la tormenta de nieve, pensaba que ya nada tenía sentido. Que ni
siquiera un poco de fuerza le quedaba en su cuerpo. Sin embargo, este calor le
había dado fuerza para continuar. Aunque no podía recordar su nombre, su cuerpo
sin remedio se había levantado.
...Gracias.
Si
Stella no hubiera estado allí, no habría manera de que él haya llegado hasta
aquí. Dejado de lado decisivamente por su padre, hundido en la desesperanza de
ello, se habría ahogado bajo la tormenta de nieve. Pero si esta chica estaba
allí... él podía levantarse. Si esta chica estaba allí, él podía seguir
luchando.
Así
que iba a decirlo. Lo había decidido. Cuando la pelea termine, si ganaba—le
diría esto a Stella.
“...Stella.”
Ikki
respiró profundo, y abrazó a Stella con toda la fuerza que le quedaba.
“Quiero que seamos una familia.”
Unas pocas palabras. El afecto que sentía, todo ese afecto estaba cargado en ellas, y se lo transmitió. Palabras decisivas que nunca antes había pronunciado. Palabras que indicaban que la relación entre ellos ya no era la de amantes comunes.
En ese instante, el cuerpo de
Stella que lo estaba abrazando tembló.
Pero sólo fue por un instante.
Inmediatamente, Stella abrazó el
cuerpo de Ikki aún más fuerte, y dijo—
“Sí. Ikki, hazme tu esposa.”
Con una voz que sonaba como si
fuera a romper en lágrimas, pero con una timidez verdaderamente repleta de
encanto, le dio su respuesta. El momento en que escuchó esas palabras, el
corazón de Ikki quedó envuelto en alivio—y finalmente soltó su consciencia.
“¿Ikki...? ¡No, Ikki! ¡Resiste!”
Perdiendo fuerza, el cuerpo de
Ikki se inclinó lánguidamente sobre ella. Aunque estaba respirando... se
encontraba terriblemente débil. Podía darse cuenta que estaba en una peligrosa condición
con un solo vistazo.
Y además Stella notó algo más.
Todo el cuerpo de Ikki, estaba sangrando por debajo de sus ropas. El cuerpo que
él había fortalecido cientos de veces. Ya se encontraba más allá del grado que
un cuerpo humano puede aguantar.
Si no lo llevo a la enfermería rápido...
“¡Espeeeeera!”
En frente de Stella quien estaba
tratando de llevar a Ikki hasta la enfermería, un hombre como barril estaba de
pie. Con ojos rojos, y aceitoso sudor goteándole del rostro, se trataba de
Mamoru Akaza.
Esos ojos ya no tenían más
cordura. Había fallado. Por lo tanto, tendrá que asumir la responsabilidad por
su fracaso. Si no, no habrá manera de que sea promovido. Era obvio que perdería
incluso su posición actual.
A menos que haga algo para borrar
eso.
Esa impaciencia, le quitó todo el
sentido a este hombre de mediana edad. Akaza había sacado un Dispositivo con
forma de hacha de mano, y se acercó al inconsciente Ikki.
“¡Je je je! ¡Por favor espere un
momento, Princesa! ¡Por favor déjeme el chico a mí! ¡Debo tener un duelo con él
ahora mismo~! ¡A decir verdad, el que debía ser su oponente no era Touka
Toudou, sino yo! ¡Esa fue una promesa entre hombres! Así que entrégame al chico
de inmediato—¿huh?”
En ese momento, Stella
desapareció del campo visual de Akaza. No, no desapareció—no era que la había
perdido de vista, sino que Stella se había metido en intervalos de la
consciencia de Akaza.
El arte marcial ancestral de
juego de piernas, Pasos Sin Rastro. Para alguien de la clase de Stella,
mientras ella entendiera el principio, no era una técnica difícil de
reproducir. Stella cargó a Ikki y pasó junto a Akaza sin que éste se diera
cuenta.
—Y conforme pasaba junto a él, le
dio un golpe de revés que mandó a volar todo su lamentable cuerpo.
“¡¿Buhyaaaaaaaaa?!”
El cuerpo de Akaza salió
disparado como si hubiera sido chocado por un camión, y chocó contra la puerta
azul, rebotó una y otra vez como un balón de goma para finalmente rodar hasta
el ring.
「¡Whoa! ¡Ese viejo sí que voló!」
「¿Qué pasa con ese viejo? Creo que
lo he visto antes.」
「O debería decir que su espalda
parece estar doblada en un ángulo extraño, ¿cierto?」
「Es un retorcimiento asombroso. Me
hace sentí mal.」
「¿Está vivo siquiera?」
El exterior se estaba poniendo
ligeramente ruidoso, pero a Stella no le importó. Con el fin de llevar a Ikki a
que sea examinado por un doctor de inmediato, se dirigió hacia la enfermería.
El rostro de la persona que acababa de mandar a volar, no dejó un solo rastro
en su mente.
♦♦♦♦♦
Una hora después del final del
enfrentamiento, la consciencia de Touka, la cual se había partido en pedazos al
quebrarse su Dispositivo Narukami,
regresó gradualmente.
“¿Has despertado, Touka?”
“¿Cómo te sientes? ¿Te duele
algo?”
Estaba acostada sobre una cama.
Utakata y Kanata le estaban brindando tratamiento. Al ver esto, Touka lo supo.
“Ya veo... perdí, ¿no?”
Sus recuerdos se detuvieron luego
de lanzar a Raikiri, por lo que Touka no recordaba el instante en que había
sido derrotada. Pero si miraba las expresiones de sus amigos, no era difícil
adivinarlo.
“...Aun cuando pensé que mi
Raikiri era supremo, ¿huh?”
“Nangou-sensei también lo dijo.”
“¿Maestro lo dijo? ¿Estaba aquí?”
“Síp. ¿Verdad, Kanata?”
“Sí. Como el enfrentamiento de
hoy estuvo abierto al público, parece que vino a ver.”
“Él te elogió mucho, dijo que tu
Raikiri fue el más bello hasta la fecha.”
¿...En verdad?
“Si incluso mi Maestro lo vio de
esa manera, entonces no puede ser incorrecto, supongo.”
Ella había usado todo su poder. Y
n había dudas de que había sobrepasado a Ikki Kurogane. Sin embargo—
En ese instante, Kurogane-kun se había vuelto más
rápido.
En ese instante, había cambiado
sus propios límites. Por nada más que su propia victoria.
Ella también había perseguido su
propia meta continuamente, pero comparada con Ikki, aún seguía siendo
indulgente. El Peor siempre, no sólo hoy, siempre había tenido esta clase de
pelea sin remedio. Y en cada ocasión, siempre se había cambiado a sí mismo.
...Qué persona asombrosa.
Que haya sido derrotada, en
cierto sentido probablemente era inevitable.
Pero—eso sólo es verdad por ahora.
En manos de Touka, había una
respuesta satisfactoria de parte de Raikiri rota. Y esa respuesta le enseñó
esto. Raikiri podía llegar a ser más fuerte. Lo que lo dificultaba algún día
podía ser superado. No, ella iba a mostrar que podía superarlo. Antes de su
próxima pelea, absolutamente.
Lo iba a seguir a él. Con todo su
poder—porque la próxima vez, ella será la retadora.
“...Bueno de todas maneras,
Touka.”
“¿Sí?”
De repente, Utakata habló con una
expresión cohibida por alguna razón. ¿Qué estaba en su mente? Touka lo instó a
hablar.
“¿Deberíamos contactarnos con los
demás en Hogar Wakaba?”
...Oh, es cierto.
Ahora que lo pensaba, recordaba
que dijeron que ya habían preparado una pancarta de felicitaciones. Tenía que
informarles apropiadamente que había perdido. Aunque las batallas de selección
habían terminado así, tenía que ir y contarles.
Utakata estaba diciendo que si a
ella le resultaba demasiado difícil, él les informaría en su lugar.
“Gracias por pensar en mis
sentimientos, pero está bien. Yo les diré apropiadamente.”
“No es necesario que te obligues
a hacerlo, ¿sabes?”
Pero Touka con calma negó. No se
estaba obligando a sí misma. Había luchado con Ikki con toda su fuerza. Touka
había dado todo lo que tenía de sí. Raikiri, incluso con la determinación de
matar a Ikki, había sido una tajada que para nadie que la haya visto le
parecería vergonzoso. No tenía nada de qué avergonzarse.
“Así que iré a casa con orgullo.”
Y ella les contará.
Que había luchado con un
caballero asombroso.
NOTAS DEL TRADUCTOR:
(1) Tanuki:
mapache japonés, un animal culturalmente asociado a las travesuras y la
transmutación.
(2) Otogiri,
音切:
“Corte/Cortada de Sonido” (sonido como “ruido,” no como en “resistir”).
(3) Ittou
Rasetsu, 羅刹: Rakshasa de Una Hoja. Un rakshasa
es un demonio del Hinduismo y el Budismo, conocido su ferocidad bestial y
canibalismo. Dependiendo de la mitología, rakshasa es considerado
intercambiable con shura, o es un tipo de shura.
Traductor al
Inglés: KLSymph
(Baka-Tsuki)
Traductor al Español: nahucirujano
Corrección: Sin corrección.
Traductor al Español: nahucirujano
Corrección: Sin corrección.
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