Personajes —— Escritora • Kagami Kusakabe
KIRIKO YAKUSHI
■ PERFIL
Afiliación: Academia Reitei, Año Tres
Rango Blazer: B
Arte Noble: Lockdown
Apodo: Caballero de Bata Blanca
Resumen Personal: la mejor doctora de Japón
Gráfica de Atributos (empezando por el extremo izquierdo, siguiendo el sentido de las agujas del reloj)
Habilidad Física: E
Suerte: D
Poder Ofensivo: D
Poder Defensivo: B
Capacidad Mágica: C
Control Mágico: A
¡Checkeo de Kagamin!
Aunque es una usuaria de agua como Shizuku-chan, ella no usa el agua como arma como Shizuku-chan lo hace, sino que es una caballero con un estilo engañoso donde usa el agua para interferir con el cuerpo humano.
Por supuesto, es habilidosa como doctora, y también es fuerte como caballero, pero como parece dedicarse más a ser doctora que caballero, no ha participado en el Festival de Arte de la Espada de las Siete Estrellas hasta ahora. Sin embargo, según consta los profesores de Rentei estuvieron sollozando y rogándole “¡Al menos en tu último año!”, por lo que esta vez está participando a regañadientes.
***
「¡Este enfrentamiento se ha vuelto
unilateral desde aquel irrecuperable perforación invertida! ¡Kurogane se ha
ralentizado significativamente—el número de veces que no ha podido esquivar la
lanza de Moroboshi se ha incrementado! Es una situación terrible—dejando
manchas color carmesí de sus heridas por todo el ring. ¡Lo réferis puede que
tengan que detener el enfretamiento!」
Afuera del Domo de la Bahía, las
calles usualmente desiertas estaban repletas de personas mirando la transmisión
en sus dispositivos móviles. El Peor estaba en desventaja, eso era más que
evidente para las personas promedio. Todos parecían estar de acuerdo.
「Esto ya se acabó.」
「Sí, El Peor se estuvo moviendo
bastante bien al principio, pero desde entonces se ha vuelto totalmente lento.
Parece que evadir le está tomando todo lo que tiene.」
「Como se esperaba, Moroboshi es
muy fuerte.」
「¡Por supuesto que es! Moroboshi
es el Rey de la Espada de las Siete Estrellas, ¿sabes? ¡No perderá contra un
rango-F!」
Pero en medio de esto, una voz
hizo que su opinión disidente se oyera.
“No. Ikki ganará.”
“¿Eh?”
Todos giraron para seguir la
dirección de aquella voz femenina.
No había nadie allí—pero si uno
miraba con atención, podía ver una cabeza de cabello rojo flameante danzando en
el viento conforme desaparecía en el Domo.
「Eh, espera... esa era... ¿podrá
ser...?」
♦♦♦♦♦
En ese momento, en la Academia
Hagun...
「¡Oh cielos! ¡Kurogane finalmente
recibió un golpe directo de la lanza! ¡Y en su muslo!」
「Eso no es bueno. Si continúa así,
la velocidad de El Peor seguirá disminuyendo. Sería mejor que los réferis detengan
el enfrentamiento.」
“Esto es extraño...”
Mientras veían a Ikki siendo
arrinconado unilateralmente en la transmisión televisiva, Touka de repente
expresó su duda.
“Sí, lo es. ¿Por qué los
movimientos de Kurogane de pronto decayeron?”
“...Bueno, aunque a mí también me
preocupa eso, hay algo aún más extraño sucediéndole a Moroboshi-kun.”
“¿Eh? ¿Qué le pasó?”
“Según mi conteo, esta sería la
tercera vez. Ya tres veces Moroboshi ha tenido la oportunidad de acabar con
Kurogane-kun, pero todavía no ha puesto fin al enfrentamiento.”
“¿Podría estar jugando con él?”
“No creo que él sea así. Pero por
eso precisamente, es incomprensible.”
Echando un vistazo a la expresión
de Moroboshi a través de la transmisión, Touka no pudo evitar pensar que lucía
como si tuviera miedo de algo.
¿Me pregunto qué estará viendo?
Como refiriéndose a las dudas de
Touka, algo importante sucedió. Ikki, quien había estado escapando, cayó.
♦♦♦♦♦
“¡A-gh!”
「¡Whoa! ¡Habiendo escapado de los
ataques de Moroboshi hasta ahora, Kurogane ha perdido el equilibrio sobre el
piso que ha manchado con su propia sangre y ha caído! ¡Esta es una gran
oportunidad para Moroboshi! ¡¿Esto se acabará aquí?!」
Ikki tropezó, “¡mierda!” estaba
escrito en todo su rostro.
Pero era inútil. En una batalla
de caballeros de este nivel, tal error no podía revertirse. El enfrentamiento
estaba decidido. O así debería ser, pero—
「¿Oh? ¡Por algún motivo, Moroboshi
no está atacando! ¿Acaso pretende no golpear a un oponente caído?」
Interpretando sus acciones como
juego limpio acorde al Rey de la Espada de las Siete Estrellas, la audiencia
estalló en aplausos.
「¡Buen trabajo, Moroboshi! ¡Ese es
el guerrero más fuerte de Japón!」
「Pero ya puedes dejar de alargar
las cosas. ¡Duele sólo de ver!」
「¡Acábalo, Moroboshi-kun—!」
Pero al contrario del entusiasmo
de sus fans, Moroboshi estaba goteando sudor frío.
Esta es... la quinta vez.
Cinco veces había tenido una
oportunidad clara para terminar el enfrentamiento, pero las había dejado pasar
a todas frente a sus ojos—y él mismo no conocía el motivo.
Qué es este sentimiento... es extraño...
Cuanto más atacaba, cuanto más lo
perseguía, más aumentaba la presión emanada por este caballero medio muerto
frente a él. Este era el motivo de su titubeo: la premonición de que si daba un
paso más allá, pisaría la cola de una bestia mucho más aterradora que un tigre.
“¡...Tch!”
Pero ya no podía seguir evadiendo
esta cuestión.
¡Cobarde! ¡Mira a tu oponente a los ojos!
A pesar de estar completamente
ensangrentado y sufriendo las consecuencias de alguna afección desconocida, la
luz en los ojos de El Peor Ikki Kurogane no se había atenuado, su deseo de
luchar no disminuía. Ikki aún no había renunciado a esta batalla. ¡¿Cómo podría
él, quien estaba ganando, desear detenerse?!
¡¿Cómo podía mostrarle algo así a Koume?!
Tales acciones no eran propias
del Rey de la Espada de las Siete Estrellas, ni de un hermano mayor. El orgullo
y la dignidad lo guiaron. Agachando su postura más profundamente que en todo el
resto del enfrentamiento—
“¡Aquí voy! ¡Kurogane—!”
Con un grito devastador, avanzó
hacia Ikki, preparándose para poner fin a la batalla.
♦♦♦♦♦
Mientras esprintaba más rápido de
lo que había sido hasta ahora, Moroboshi activó Sanrensei. Sus objetivos eran
la frente, la garganta y el abdomen—todos golpes letales. Definitivamente
intentaba poner fin a esto con un solo movimiento. Con su cuerpo que no podía
mover como quería y su pierna herida, Ikki sabía que no podría evadir este
Sanrensei. Apretó los dientes con amargura.
「Te devolveré el favor mañana.」
Esa había sido su promesa, pero
no fue capaz de cumplirla. Había querido ser capaz de dar todo de sí contra un
oponente de este calibre, y aun así no pudo lograrlo. Qué lástima—pero era por
eso que se negaba a tirar la toalla hasta el final. Era lo menos que podía
hacer.
Por eso no puedo usar Ittou Shura aquí.
Usar su as de tiempo limitado
mientras sigue bajo los efectos de una condición desconocida era el equivalente
a la desesperanza. Era como cortar la raíz de la victoria—inútil. Hasta el
momento en que su consciencia se desvanezca, no se rendirá, sin importar lo mal
que luzca. Habiendo determinado esto en su corazón, levantó su espada,
preparándose para enfrentar el asalto de Moroboshi. Cubierto de heridas, adoptó
su pose contra una derrota segura.
En ese momento, surgió un
recuerdo.
Ahora que lo digo... en aquel entonces también tuve
este sentimiento.
Era el recuerdo de su duelo con
Edelweiss en los campos escolares de la Academia Akatsuki. Un recuerdo que
había sido incapaz de rememorar bien, cegado, mareado y desesperado, así se
encontraba en ese entonces. Su estado actual le había recordado a aquella
ocasión, haciendo de repente que esos recuerdos se esclarezcan otra vez.
¿Qué hice en ese momento?
Para su asombro, el recuerdo le
llegó a la mente con facilidad. Enfrentando a la caballero más fuerte del
mundo, él había—
—Ah, es cierto. Intenté usar el estilo de espada de
Edelweiss.
La hoja de Edelweiss había sido
tan veloz que sus ojos no habían podido captar ni siquiera sus post-imágenes,
pero apenas había podido leer sus golpes por los movimientos de su cuerpo.
Lo recordó. El ojo humano no
podía percibir su avasallante velocidad—y el secreto detrás de eso era que ella
no aceleraba. Usualmente, cuando se balancea una espada, comienza de manera
lenta. Uno necesita acelerar el movimiento con el fin de alcanzar la velocidad
máxima. Pero no existía tal cosa en los movimientos de Edelweiss. Al momento en
que ella se movía hacia delante, ya se encontraba a máxima velocidad. Mientras
comenzaba a tajear, ya se encontraba al máximo. Un freno y arranque extremo,
yendo de cero a cien en un destello. Pero esta técnica era extremadamente
fuerte. La severidad de su velocidad y su lentitud hacían que los golpes
parezcan muchas veces más rápidos de lo que eran. También era increíblemente
difícil seguir con la vista a la propia espada, ya que no tenía una velocidad
inicial lenta.
Ikki había descubierto todo eso
en su batalla. Por ende, había intentado usar Robo de Espada en esos momentos
finales. No había estado seguro de si funcionaría. Pero lo había hecho de todas
maneras, sólo porque se trataba de la espadachina más poderosa que él conocía
en ese momento.
Lo que tenía que hacer ahora era
lo mismo. Aunque no pueda lograrlo en su estado actual, era lo mejor que podía
hacer.
Por eso, al menos—
Mientras Ikki pensaba así, los
sentimientos que tuvo en su batalla con Edelweiss regresaron a él, y le dio
instrucciones a su cuerpo rebelde.
La espadachina más fuerte del
mundo. Lo hizo—
“Así.”
En ese instante, su cuerpo se
volvió más liviano que una pluma. Como una ráfaga de viento zigzagueó por los
espacios entre los golpes del Sanrensei de la lanza—y al pasar clavó
profundamente el abdomen de Moroboshi.
Ese cruce de espadas sucedió en
un instante, en un destello. Sin poder siquiera soltar un grito de dolor,
Moroboshi de hundió en el piso en medio de la sangre carmesí.
“Eh...”
Le tomó no pocos momentos a Ikki
darse cuenta que esto había sido hecho con su mano, incluso mientras los gritos
llenaban el estadio ante este repentino vuelco.
「¡¿Quéééééééééé?!」
♦♦♦♦♦
「¡¿Qué... qué acaba de suceder?!」
Iida vociferó con voz aguda.
「¡Justo cuando pensábamos que esta
era el momento en que Moroboshi terminaría el enfrentamiento, fue él quien
cayó! ¡¡Reconozco que recibió un golpe en ese cruce con Kurogane... p...pero,
me avergüenza decir esto, pero fue demasiado rápido—no pude ver qué sucedió en
absoluto!!」
Ciertamente, los movimientos de
Ikki no pudieron ser vistos, ni siquiera por los presentes en la cabina de
comentaristas mirando el enfrentamiento desde allí. Él simplemente había
desaparecido de repente, y antes de que nadie se diera cuenta, había pasado
junto a Moroboshi y lo cortó.
Los ojos de Iida se abrieron
grandes con incredulidad.
「¿Qué está pasando? ¡Los
movimientos de Kurogane son claramente distintos a los que nos ha mostrado
hasta ahora!」
Pero el asombro de Muroto
superaba al suyo.
「¡Imposible! Eso no puede ser...
no, pero... sólo puede ser...」
Lo sabía. Él sabía a quién
pertenecían realmente el juego de piernas y el estilo de espada que Ikki había
usado. Al ver su confusión, Iida lo presionó.
「Muroto-pro. ¿Sabes algo acerca de
esto? ¿Es este, de hecho, el rumoreado Ittou Shura de El Peor?」
「N-No, esto no es Ittou Shura. No
hubo cambio en la cantidad de poder mágico que Kurogane estaba usando. Esto...
¡fue puro manejo de espada! Y aunque hay diferencias entre los estilos de dos
espadas y de una, he visto una vez esa clase de aceleración instantánea
ilocalizable del cuerpo y la espada...」
「¿En dónde diablos podría haber
sido? ¡No me digas que, ¿ocurrió en la Liga-A?!」
Muroto negó con la cabeza.
「No puedes hallarlo en ese lugar,
porque... este manejo de la espada le pertenece a alguien a quien todos los
países han renunciado a capturar debido a su extravagante fuerza. Este es el
estilo de espada de la espadachina más fuerte del mundo, y la criminal más
buscada de la historia—¡Alas Gemelas Edelweiss!」
Las palabras de Muroto causaron
un alboroto en la audiencia.
「¡¿...Quéééééééééé?!」
「¡¿Alas Gemelas, se refiere a, esa
Alas Gemelas?! ¡¿Pero por qué El Peor sabría cómo usar su estilo de espada?!」
「¡No, espera, escuché que El Peor
puede robar las técnicas de su oponente!」
Gritos de sorpresa resonaban por
todas partes. Esta vez, los amigos de Ikki se unieron a esa confusión.
Entendían que Ikki era alguien que iba en contra del conocimiento popular, pero
si lo que Muroto dijo era cierto, entonces esto era incomparable con antes.
“¡Acaso Onii-sama, realmente...!”
“¡¿Esto significa que no sólo
regresó vivo de una batalla contra Alas Gemelas, sino que también logró robar
el estilo de espada más fuerte del mundo?!”
Y Kiriko objetó la declaración de
Alice.
“¡Eso no puede ser! Si fuera así,
¿por qué no la usó desde el principio?”
Era la pregunta más natural para
hacer. Kurono, sin embargo, fue rápida para rechazar su objeción.
“No es que no la usó. Es sólo que
no podía recordar cómo, y por ende no pudo usarlo.”
“¡Ah...!”
Ante esto, Kiriko recordó la
conversación que Ikki había tenido con Yagokoro cuando se separaron el día
anterior.
“Esa incapacidad de recordar
también fue a causa de su anormalidad.”
“Señora Directora, ¿a qué se
refiere con eso?”
“El estilo de espada de Edelweiss
no es normal. Normalmente, todos los movimientos del cuerpo humano son creados
con movimientos coordinados de los músculos. Sin embargo, eso no te dejará usar
el estilo de espada de Edelweiss. Para crear esa diferencia extrema de cero a
cien en velocidad, necesitas que todos los músculos requeridos se muevan juntos
instantáneamente, y reunir instantáneamente toda la fuerza de esos músculos. Un
humano normalmente no sería capaz de enviar suficientes señales nerviosas de
manera instantánea para que eso ocurra.”
Uno no podía darle órdenes a
todos los músculos de una sola vez.
“Para hacer eso posible, uno
necesita cambiar esas señales nerviosas en sí mismas.”
Tenía que cambiarlas, cambiarlas
a señales de combate completamente distintas de aquellas con las que los
humanos normalmente vienen equipados, señales que podían ser enviadas en
estallidos más cortos y más concentrados. Si uno no podía usar las señales del
cerebro de esa manera, sería imposible ordenarle a todos los músculos de un
organismo vivo complejo como un ser humano, desatar todo su poder de una sola
vez.
“Kurogane debe haber sido capaz
de tocar y comprender el estilo de espada de Edelweiss en aquella batalla del
tipo pestañea y pierdes, entre sus técnicas. Puede que él no lo recordara, pero
su cerebro sí.”
Un caballero del calibre de Ikki pudo
rastrear esa técnica excepcional en su subconsciente luego de haberla visto una
sola vez.
“De esa forma, cuando se encontró
en la zona en momentos críticos, su cerebro liberó esas señales de combate,
pero como él, su cuerpo había olvidado esa batalla de la cual las había
obtenido—y así, al haber olvidado para qué eran, fue incapaz de usar esas
señales extrañas.”
“Entonces como no podía reconocer
las señales no podía reaccionar a ellas. ¿Verdad?”
Kurono asintió confirmando las
palabras de Shizuku.
“Exactamente. En otras palabras.
Edelweiss no averió a Ikki. En cualquier caso, la batalla con ella lo hizo
evolucionar explosivamente, tanto que su propio cuerpo no pudo seguirle el
ritmo a ese crecimiento... pero, ese sólo ha sido el caso hasta ahora.”
Enfrentando una derrota
inminente, su cuerpo finalmente había podido recordar el poder que había obtenido
en el duelo con Edelweiss, junto a ese método de movimiento del cuerpo, tan
extraño por completo respecto de lo que había estado haciendo en los dieciséis
años desde que nació.
“Los engranajes, el chasis y el
embrague necesarios para ese movimiento de super alta velocidad finalmente se
han reunido—ahora que las cosas han llegado a esto, el resultado del
enfrentamiento es obvio. Yuudai Moroboshi podrá ser considerado el Rey de la
Espada de las Siete Estrellas más fuerte de los últimos diez años, pero su
oponente es demasiado para él. Aun luego de ser derrotado en un duelo con la
espada más fuerte del mundo, Kurogane fue capaz de utilizar su increíble
capacidad de aprendizaje para obtener una habilidad que ha superado el nivel de
un estudiante caballero por mucho.”
Esta técnica iba mucho más allá
del calibre que uno esperaría en un torneo como este.
“La persona que Moroboshi está
enfrentando ahora... es el verdadero monstruo aquí.”
Era por eso que Kurono creía...
que en cuanto a los sorteos de la primera ronda, fue Moroboshi el que no tuvo
suerte.
♦♦♦♦♦
“¡Gah...ha!”
La sensación de algo frío sobre
su mejilla—la fría piedra del piso del ring—hizo que Moroboshi vuelva en sí.
¿Qu...Qué, por qué estoy en el suelo...?
Habiendo perdido el conocimiento
por un instante, no podía comprender qué le había sucedido, o si había sido
golpeado por el ataque de Ikki.
Por ahora, levantémosnos.
Sus instintos como luchador le
permitieron levantarse de inmediato incluso luego de haber caído indefenso. Por
ende, aun en ese estado de incomprensión, se levantó por reflejo, y en el
momento que se puso de pie y sus sentidos regresaron—
“¡G-uaa-aaaaahhhh!”
—soló un grito de agonía conforme
un intenso dolor abrasaba su costado.
「¡Moroboshi se ha levantado! ¡Pero
como pueden ver, se ha lastimado muy seriamente! ¡Está perdiendo muchísima
sangre, y sus piernas están temblando!」
Habiendo escuchado sobre sus
circunstancias siendo analizadas con aquel comentario, y sintiendo que su costado
quemaba, se dio cuenta de que había sido lastimado.
¿Qué... es esto? ¡¿Me cortó?! Pero no pude ver
nada...
Mientras seguía confundido,
escuchó esto.
“Aah... finalmente lo entiendo.”
Su oponente dijo en voz baja.
“Kurogane... ¿qué diablos acabas
de hacer?”
¿Qué había entendido? ¿Fue capaz
de lograr esa velocidad porque lo había entendido?
Ikki respondió mientras hacía una
ligera reverencia.
“Moroboshi-san, siento mucho
haberte hecho esperar.”
“¿Lo... sientes?”
“Sí... finalmente todo se reúne
ahora.”
Por supuesto, Ikki estaba
hablando acerca de su promesa del día anterior. Dar lo mejor de sí, y de esa
manera devolverle el favor—un acuerdo entre él y el orgulloso caballero llamado
Yuudai Moroboshi.
Ahora, tenía confianza de que
podía cumplir con esa promesa.
“Y como acordamos, te mostraré—¡a
Ikki Kurogane a su máxima potencia!”
Habiendo dicho esto, se
desavenció de la vista de Moroboshi.
¡Desapareció...!
En realidad no desapareció, por
supuesto, pero habiendo salteado el proceso de aceleración y logrado la máxima
potencia al avanzar, Ikki despegó como un cohete, acto que la percepción del
movimiento de Moroboshi simplemente no podía seguir.
Trazando un arco curvo con su
corrida, Ikki rodeó hasta la izquierda de Moroboshi. Tres veces Ikki había sido
repelido por su lanza, pero ahora traspasó su rango con facilidad mientras se
adentraba en el propio rango de su espada—
“¡Guaaaah!”
—y cortó el brazo derecho de
Moroboshi mientras estallaba como un ventarrón negro.
“¡Pequeña mierda—!”
Girando, Moroboshi desató su Sanrensei,
usando el ardiente dolor para interpretar la ubicación de Ikki. Pero sólo pudo
cortar aire vacío. Ikki ya no estaba más allí para el momento en que él giró.
¡Ya se ha ido...!
Moroboshi se quedó
momentáneamente atónito por la velocidad. Pero no tuvo tiempo para asombrarse
ya que otro ataque lo golpeó, cortándole la espalda.
“¡Gaaaaah—!”
「¡Aah! ¡Recibió otro golpe!
¡Moroboshi está dejando que Kurogane se adentre en su rango con facilidad! ¡No
puede seguir sus movimientos en absoluto! ¡Una vez más, Sanrensei ha golpeado
aire vacío!」
「¡No puede evitarse...! ¡Las
extremas altas y bajas en la aceleración de Kurogane y su avasallante velocidad
son algo que ni siquiera nosotros podemos captar desde lejos, y menos cuando
ocurre en frente de los ojos! ¡Es más como si el Rey de la Espada de las Siete
Estrellas ya no pudiera ver la silueta de El Peor!」
Había dado en el blanco.
¡Mi...Mierda!
Algo imposible estaba ocurriendo
frente a los ojos de Moroboshi.
Podía escucharlos. Los sonidos de
un número de tajadas, y de los pasos moviéndose a ritmo aterrador. Su oponente
sin dudas se encontraba cerca de él, y aun así—
¡¿Qué es esto, qué está pasando?!
—no importa dónde volteaba a ver,
no había nadie allí.
Era como si él fuera el único
hombre en el ring.
¿Tal cosa era posible? ¿Podía
acaso ocurrir en la vida real? El ring era una plataforma de cien metros de diámetros,
y no había sombra ni cobertura en ese pequeño espacio. Y aunque su oponente
estaba tan cerca que podía escuchar su respiración, Moroboshi no podía verlo en
absoluto.
¡Esto... esto es malo!
Podía sentir otra tajada
llegando. Si sigue recibiendo golpes, será peligroso. Pero ya no podía usar su
lanza para defenderse de ataques con esta velocidad. Así que tomó una decisión
allí y en ese momento.
“¡¡¡Uoooooo!!!”
Cruzó sus brazos, cubrindo sus
lugares vitales. Invocando su Mordida de Tigre, desató todo su poder mágico
para formar una armadura alrededor de su cuerpo.
「¿Qué es esto? ¡El Rey de la
Espada de las Siete Estrellas, el orgulloso caballero número uno de Japón, ha
dejado su orgullo y ha decido recurrir a una jugada puramente defensiva!」
El poder mágico de Moroboshi no
estaba al nivel del de Stella, y como tal no podía denegar totalmente los
ataques de un Dispositivo de rango F como ella. Pero si usaba todo su poder,
podría reducir el impacto de las tajadas de Intetsu.
Mientras su cabeza permanezca defendida por sus brazos, uno o dos golpes no
resultarían en una herida fatal.
Sin embargo, esta postura
indicaba que había renunciado a atacar, ya que con esa posición sólo podía
defenderse. ¡Naturalmente, Ikki arremetió sin miedo!
「¡Kurogane no se perderá esta
oportunidad! ¡Centelleando, ataca desde cada ángulo! ¡Es una lluvia de golpes
sin límites! ¡Moroboshi no está contraatacando! ¿Acaso ha perdido la voluntad
para ganar?」
「¡No es eso! El Rey de la Espada
de las Siete Estrellas no puede ver a El Peor. Lo único que puede hacer ahora
es defenderse. ¡Está haciendo lo mejor que puede para mantenerse vivo!」
Muroto sintió un profundo respeto
por la voluntad de luchar de Moroboshi hasta el final.
「¡...Pero aun así, tenemos que
detener este enfrentamiento!」
「¡No puede ser! ¿Estás diciendo
que Moroboshi ya no puede revertir esto?」
Muroto asintió.
「No lo hará. La diferencia entre
sus habilidades es tal que ya no puede ganar.」
Muroto había estado una vez en la
Liga-A, Rey de Caballeros, uno de los pocos en toda la nación. Debido a eso,
entendía que la diferencia entre los dos era tan grande como para llegar a ser
incomparable. Su análisis, sin embargo, enfureció a los fans de Moroboshi.
「¡Qué estás diciendo, comentarista
de mierda!」
「¡Hosshii!! ¡No te rindas—!」
Así gritaban. No obstante—
「¡El viento negro aulla! ¡El
escudo de Moroboshi se está dispersando—se está rompiendo, destrozándose! ¿Es
este el final? La Estrella de Naniwa, el que dominó la competencia el año
pasado y de quien todos esperaban que lograra por primera vez en la historia un
segundo título consecutivo—¿realmente se terminará todo aquí sin que pueda
hacer nada?」
Un vuelco repentino, y desde
allí, una batalla increíblemente unilateral. La ocurrencia de este inesperado
desarrollo del cuarto enfrentamiento del Bloque C había dejado a los
espectadores confundidos.
Y en esas gradas, Shizuku de
pronto divisó la figura de Koume levantándose y yéndose. Casi como si estuviera
escapando.
Koume-san...
Ante eso, Shizuku recordó la
complicada expresión que ella había mostrado al ver a Ikki el día anterior, y la
dolorosa y amarga expresión con la que había cargado todo el tiempo mientras
miraba el enfrentamiento.
Ella podía entender los
sentimientos de Koume, el dolor que debe sentir. Después de todo, su hermano
también se encontraba en el campo de batalla. Ella también entendía que ese
dolor era un error. Para el momento en que se dio cuenta, ya estaba siguiendo a
Koume.
“Sabes... puede que lo haya dicho
antes, pero me agrada mucho eso de ti, Shizuku.”
Mientras se iba, Shizuku se
sonrojó un poco ante las dulces palabras de Alice.
♦♦♦♦♦
Una puerta de prevención de
incendios separaba el perímetro exterior del Domo de la Bahía de las gradas de
espectadores. Allí, sentada en una banca que divisaba la Bahía de Osaka a
través de ventanas suavemente curvas, se encontraba Koume. Estaba apartando la
vista del ring donde su hermano actualmente estaba envuelto en combate.
Hermano... ya es suficiente...
Quería que se detenga. Si sólo
era por ella, él ya no tenía que hacer esto. Él nunca le había dicho una
palabra acerca de luchar para reclamar su voz. Pero ella lo entendía sin
necesidad de que lo diga. Por eso le dolía. Y no podía soportar ver a su
hermano sangrar y lastimarse por su bien. Por eso escapó.
“¿No vas a ver el
enfrentamiento?”
Shizuku Kurogane, quien la había
seguido y acababa de alcanzarla, le hizo esa pregunta. Koume se sobresaltó y
giró al escuchar esa voz, encontrándose con Shizuku, quien tenía su altura.
Recordaba a esta chica.
Ah... ella vino a la tienda ayer... si recuerdo
bien...
Ella era la hermana del caballero
con el que su hermano estaba batallando ahora. ¿Por qué estaría aquí? Su
hermano estaba a punto de derrotar al suyo. Koume pensó que era extraño, y como
interpretando esa duda en su rostro, una compleja expresión surgió en el de
Shizuku.
“No podía dejarte ir. Porque como
hermana de un hermano... entiendo tu dolor, Koume-san.”
¿Cómo lo sabía? Los ojos de Koume
se abrieron grandes conforme Shizuku se sentó a su lado.
“Escuchamos las razones del
regreso de Moroboshi-san de parte de Kiriko-san.”
Entonces Koume entendió—fue
Kiriko, por supuesto que sabría lo que había sucedido entre ellos.
“...Puedo entender tus
sentimientos. Después de todo, quiero a mi hermano más que a nadie. Siento
dolor cuando sangra o cuando lo lastiman. Y me duele aún más cuando lo hace por
mí.”
Las palabras de Shizuku
capturaron muy bien el estado emocional presente de Koume. Ahora que sabía
tanto, no había necesidad de ocultarlo, y por eso Koume asintió.
“Piensas que si es por tu bien,
él debería dejar de luchar.”
Koume asintió otra vez.
“No puedes soportar ser una carga
para el hombre que amas.”
Koume asintió—pero dándose cuenta
de que la chica en frente suyo acababa de decir algo escandaloso, se sonrojó y
negó con la cabeza rápidamente. Ella definitivamente no tenía esa clase de
relación con su hermano mayor.
“¿Eh? ¿Me equivoqué? ¿No es esa
clase de amor? ...En serio.”
Por qué luce decepcionada...
Habiéndose encontrado con una
clase de amor desconocida, Koume estaba confundida.
“Bueno... aunque tu relación no
sea así, te sientes mal por animar a tu hermano mayor cuando está luchando para
recuperar tu voz, ¿cierto?”
Las palabras de Shizuku,
pronunciadas lentamente y de manera consoladora, dieron en el blanco.
Ciertamente, Koume quería animar a su hermano. Había sido así desde que
Moroboshi había estado en la liga de primaria, una figura constante en las
gradas animándolo con todo su corazón. Al hermano del que estaba orgullosa—más
fuerte y más genial que nadie. Amaba animar a ese hermano. Lo disfrutaba.
Pero las cosas eran distintas
ahora. Ese accidente lo cambió todo. Ahora, su razón para luchar era reclamar
su voz. Era su deber como hermano mayor. Era por eso que no podía animarlo. No
tenía derecho a hacerlo. Su hermano estaba sacrificando mucho por ella, y aun
así ella no podía pagarle. ¿Cuánto más podía ser consentida por su hermano?
Pensar así no estaba permitido. Era por eso que no podía animarlo desde el
fondo de su corazón, no desde ese accidente.
Y hoy, incapaz de contener el
remordimiento, había escapado.
...Esta persona entiende todo eso.
Esto la avergonzaba un poco, pero
ella también podía sentir la bondad que Shizuku, quien comprendía su corazón y
había venido hasta aquí para decirle esas palabras de confort, había mostrado.
Por eso, sacó su celular,
tratando de escribir una palabra de agradecimiento para Shizuku—
“Sin embargo, hay algo que está
mal. Y es que no necesitas preocuparte tanto por eso.”
Sus dedos se congelaron ante las
palabras de Shizuku, y alzó la vista, shockeada. Por supuesto que sí. Porque
aunque entendía los sentimientos de Koume, Shizuku en este momento estaba
lanzando por la ventana con todas sus fuerzas, aquello por lo que ella había
estado agonizando.
Pero Shizuku tenía sus razones
para decir esto, naturalmente.
“¿Por qué no? Sin importar cuánto
tú... no, cuánto nosotras deseemos que nos consientan, seguramente estará
permitido. Después de todo, somos sus hermanas menores, y ellos son nuestros
hermanos myores.”
El hermano mayor protegerá a su
hermana menor, y ella a cambio confiará en él. Esta era una regla implícita no
sólo para los humanos, sino para la mayoría de las criaturas del mundo.
“Aun si no está permitido para
nadie más, nosotras sí podemos ser consentidas por ellos.”
Era su derecho.
“Es por eso que haré que me mime.
Aunque Onii-sama tiene alguien a quien ama, aunque hacer esto por mí pueda
ocasionarle problemas... no tengo intención de dejar de amar a Onii-sama.
Dejando de lado el hecho de que no has podido hablar hasta ahora, tú deseas
animar a Moroboshi-san. Comparado con mi clase de egoísmo, el tuyo es mucho más
adorable.”
Esta era la razón de sus
palabras, la razón por la que vino aquí. Ya no podía soportar ver a Koume
seguir cargando con la culpa de tener que depender de su hermano en silencio.
Había dicho lo que pretendía
decir, y no demasiado tarde. Detrás de ellas, un tumulto se armó en el sitio
del enfrentamiento.
「¡Kurogane ha subido de velocidad
otra vez! ¡Sigue aumentándola, y está cortando la defensa mágica de Moroboshi
como se preveía—es sólo cuestión de tiempo hasta que la atraviese!」
“Parece que el enfrentamiento
está por terminar. Es hora de que regrese.”
Diciendo eso, Shizuku se levantó.
“¿Qué vas a hacer ahora? No...
¿qué quieres hacer?”
Habiendo recibido esa pregunta,
Koume lucía angustiada. No era que no podía entender a Shizuku. Pero ella había
causado el accidente de su hermano, e incluso había perdido su voz por propia
voluntad. Habiendo hecho que su hermano se preocupe tanto, ¿podía pretender
realmente que él la mime?
Esas preocupaciones que daban
vueltas en su mente no podían disiparse con tanta rapidez. Estaba indecisa. No
sabía qué hacer. Pero—
「¡Aah—! ¡Al final, el escudo de
Moroboshi ha sido destruido! ¡Se encuentra en un gran aprieto!」
¡Hermano...!
—haciendo a un lado lo que había
perturbado sus pensamientos, permitió que sus piernas la lleven hasta su
hermano.
♦♦♦♦♦
De regreso en el ring, el flujo
de la batalla casi estaba decidido.
「¡Moroboshi trata de retroceder
para ganar algo de distancia, pero Kurogane tiene el ojo puesto sobre él! ¡No
puede escapar! ¡Contraataca con Sanrensei, pero falla—Kurogane se mueve más
rápido que la lanza! ¡Ha recibido tres, no, cuatro cortes a cambio! ¡Kurogane
ha asestado todas sus tajas hasta aquí, pero ninguna de las perforaciones de
Moroboshi han dado en el blanco! ¡El público local ha quedado en silencio ante
esta desigualdad! ¡Podrá ser rudo, pero parece difícil imaginar a Moroboshi
revirtiendo esto! ¡La diferencia en poder, la diferencia en habilidad es
demasiado grande!」
Habiendo gastado todo su poder
mágico para escudarse y sin tener suficiente para usar Mordida de Tigre,
Moroboshi sólo podía usar frenéticamente su lanza para luchar. Pero ya no podía
divisar a Ikki. Con la situación así, por supuesto que no será capaz de
perforar a su oponente. No podía más que golpear aire vacío mientras él recibía
golpes.
Simplemente no había competencia.
Desde la perspectiva de cualquiera, esto era la derrota de Moroboshi.
「¡Y aun así el Rey de la Espada de
las Siete Estrellas no cae! ¡Yuudai Moroboshi sigue de pie en el ring!」
No se arrodillaba. No había
renunciado a la victoria.
¡No puedo... perder aquí!
¿Era por el bien de Koume? No. Al
principio, sólo su deber como hermano mayor lo guiaba. Para reclamar la voz que
ella había perdido porque lo había visto a él en su condición más débil—así
había pensado. Pero habiendo regresado a este campo de batalla, había
experimentado un cambio en su corazón. Recordó lo mucho que amaba este mundo, y
así su deseo se volvió más fuerte, más fuerte que nada.
No sólo quería que su preciada
hermana pueda hablar otra vez. Quería que ella lo animara. Él en la batalla, y
ella apoyándolo. Esos días felices pasados donde compartían la alegría de la
caballería.
Era un deseo poco varonil, y aun
así—
¡—No hay nada más importante para mí que esto!
Así que, hasta que su deseo se
cumpla—
“¡Qué pasa, Kurogane—! ¡Sigo de
pie! ¡Ven por mí!”
Seguirá siendo ese hermano fuerte
a quien Koume anime. Esa dignidad, ese deseo era lo que le daba a Yuudai
Moroboshi esa firme determinación.
♦♦♦♦♦
“Qué espíritu... aún no ha
caído...”
Habiendo regresado a su asiento,
Shizuku no pudo evitar decir eso con un ligero temblor en su voz. A pesar de
estar literalmente indefenso y sangrando por todas partes, Moroboshi seguía
desafiando a Ikki. Qué instintos de combates tan aterradores. Kurono asintió.
“Como se esperaba del hombre que
logró levantarse luego de sufrir una lesión irrecuperable. Debe ser imposible
romper su espíritu. Pero su cuerpo está en sus límites. Su magia tocó fondo, y
su Mordida de Tigre ha desaparecido. Fue capaz de proponer ese temible desafío,
pero sólo porque sus piernas ya no pueden moverse. En este momento, Moroboshi
no le tiene miedo a nada, e Ikki también comprende eso. El siguiente golpe
pondrá fin a esto.”
Y ciertamente, la batalla
prosiguió como ella dijo, conforme un aura azul envolvía el cuerpo de Ikki. Ese
era un indicio claro de que Ikki intentaba acabar este enfrentamiento aquí y
ahora.
「¡Su póliza de seguro está aquí,
es Ittou Shura! ¡Ha sacado el as que derribó a nombres como el Cazador,
Raikiri, y la Princesa Carmesí!」
「¡El Peor—qué combatiente
aterradoramente experto, eligiendo la técnica más efectiva en el mejor momento
posible! Para empeorar las cosas, el Rey de la Espada de las Siete Estrellas ya
no puede lidiar con su velocidad. ¡Puedo decir que no tiene una oportunidad en
diez mil de ganar!」
Era como Muroto dijo. Si
Moroboshi no podía lidiar con Ikki en su estado normal, era imposible que
pudiera hacer algo contra Ikki cuando Ittou Shura, la cual incrementaba sus
habilidades diez veces más, estaba activado. Con este movimiento, Ikki había
eliminado cualquier posibilidad de victoria que Moroboshi pudiera tener.
“¡Con mi debilidad, derrotaré al
Rey de la Espada de las Siete Estrellas—Moroboshi-san, hagámoslo!”
Tras lo cual desató su ataque
final, con la intención de terminar esta larga y ardua batalla. Agachando su
postura profundamente, y en un instante puso toda su fuerza en ambas piernas.
Sus talones flotaron, alcanzaron máxima velocidad, e Ikki se dirigió directo
hacia Moroboshi como volando.
「¡Kurogane quiere terminar esto!
¡El Rey de la Espada de las Siete Estrellas se encuentra en un verdadero
aprieto!」
Con este inminente clímax, el
comentarista Iida vociferó, su voz fue más fuerte de lo había sido durante todo
el día. El público se agitó ante la pronta derrota del Rey de la Espada de las
Siete Estrellas en la primera ronda. Y en medio de ese tumulto impactante de
vitoreos y gritos—
Koume recordó, mientras veía a su
hermano enfrentando la derrota, las palabras que le había dicho a ella cuando
lo despidió esta mañana.
「Oye, ¿puedes pedirme que dé lo
mejor de mí?」
Ahh... sí, eso es....
No era sólo ella. Su hermano
también había deseado que ella lo animara como lo hacía en el pasado. Era un
pequeño deseo, ¿y cómo había respondido? Le había entregado un trozo de papel
con su apoyo escrito. ¿No estaba mal eso? Lo que él deseaba no era ese trozo de
papel. Lo que él deseaba era—
「¿Qué vas a hacer ahora? No. ¿Qué
quieres hacer?」
Lo que debería decir es—
“¡¡¡HERMANO, DA LO MEJOR DE
TIIIIIIIII—!!!”
Gritó con todo su corazón—gritó
las palabras que ella siempre, siempre había querido decir. Esas palabras que
había guardado todo este tiempo, creyendo que habiéndole robado la vida a su
hermano, no tenía derecho a pronunciarlas. Esas palabras, oxidadas por el
desuso, salieron roncas y suaves de su garganta.
...Sí.
Pero aun en medio del escandaloso
estrépito del estadio, sus palabras llegaron a los oídos de su hermano Yuudai
Moroboshi.
Por supuesto que llegaron.
¡Después de todo, había estado esperando esas palabras por años y años!
“¡¡¡Déjamelo a mí—!!!”
En ese momento y en ese lugar, el
rugiente Moroboshi les mostró a todos en el Domo algo increíble.
“¡Derríbaaalllooo—! ¡Tora-Ouuuuu!”
Ikki estaba dirigiéndose a toda
velocidad con Ittou Shura hacia Moroboshi, medio muerto. ¡Pero habiendo
estrujado los últimos restos de su magia para una Mordida de Tigre, Moroboshi
aventó su lanza directo a la frente de Ikki!
Hasta ahora, Moroboshi siempre
había luchado dentro del rango de la lanza. Esta era la primera vez que la
usaba como un arma arrojable.
“Esto—”
Kurono exclamó ante este cambio
de último momento.
“¡—Esto es malo!”
¿Por qué? Ciertamente, una lanza
arrojada era inusual, y era bastante típico de Moroboshi apuntar a puntos
ciegos en la línea de pensamiento de su oponente. Pero era imposible que
golpeara. Normalmente, claro está. ¡Sin embargo, esta situación era distinta!
¡El estallido de velocidad de cero a cien del
estilo de espada de Edelweiss es muy fuerte! ¡Pero también significa que los
frenos de emergencia y los cambios de dirección son imposibles!
Esto era algo habitual. Después
de todo, el estilo de espada más fuerte del mundo poseía una fuerza ofensiva
sin igual en el ataque, el cual siempre se ejecutaba a máxima potencia. ¡Por lo
tanto, su punto débil eran los cambios repentinos de la situación—es decir,
ataques sorpresa!
Además, Ikki ahora estaba usando
Ittou Shura. Aunque no estuviera usando el estilo de espada de Edelweiss, ya se
encontraba a una velocidad donde un freno repentino o un cambio de dirección
eran imposible.
¡En otras palabras, este lanzamiento que
normalmente no golpearía a Kurogane, lo hará—pero sólo en este momento!
Para contraatacar, tendría que
bloquear la lanza con su espada. Pero no podía hacer eso. Después de todo, la
lanza voladora estaba envuelta en la luz dorada de su Mordida de Tigre.
La magia de Moroboshi ya debería
haber tocado fondo. ¿Cómo podía seguir usando su Mordida de Tigre? La razón
radicaba en la propia Tora-Ou. Su
larga asta estaba reducida a la mitad, contando con el tamaño de una jabalina. Habiendo
dispersado las partículas de poder mágico dentro de su Dispositivo, había
logrado extraer suficiente poder mágico para una Mordida de Tigre. ¡En
definitiva, ese lanzamiento era uno que Ikki no podía recibir ni esquivar!
¡Ese Moroboshi... definitivamente estaba esperando
esto—!
Ciertamente, Moroboshi había
descubierto la debilidad del estilo de espada de Edelweiss. Había estado a la
espera de este momento. El momento en que Ikki active Ittou Shura y avance
hacia él a una velocidad que ni él mismo podría suprimir.
Había permitido que le corte la
carne, los huesos y el alma—todo lo hizo por esto. Esta era la verdad detrás de
su acto de no poder lidiar con el cambio extremo de Ikki. ¡Un engaño empapado
de sangre! ¡Y ese engaño había embaucado a todos en el Domo—no sólo a los
espectadores, sino a una caballero del nivel de Kurono!
¡A máxima velocidad Ikki no puede esquivar ese
lanzamiento!
Kurono no pudo evitar
estremecerse ante el sentido de la batalla de Moroboshi, el cual había anulado
sus expectativas y tomado a todos por tontos. A su lado, Shizuku y Alice
sentían lo mismo.
¿Entonces todos aquí... estuvieron en la palma de
su mano todo este tiempo?
¡Entonces este es... el Rey de la Espada de las
Siete Estrellas!
La habían descubierto. ¡La
verdadera fuerza del pináculo de las Siete Estrellas—el hombre con el título de
Rey de la Espada de las Siete Estrellas!
—Pero en el siguiente momento,
todos en el estadio una vez más se quedarían impactados en un silencio frígido.
Mientras la punta de Tora-Ou volaba por el aire y perforaba
la frente de Ikki... su forma titiló, y se desvaneció.
Qu...é...
Moroboshi se quedó sin palabras.
Entonces, una sombra apareció encima de él. Una silueta delante del sol, la
figura de un espadachín negro estaba a punto hacer volar su hoja.
Esta era la espada secreta que
había eludido a Houkiboshi antes—Shinkirou. Pero esta vez, no había realizado
una finta de adelante y atrás ni de izquierda y derecha, sino de arriba y
abajo. Dejando una post-imagen abajo, se lanzó a sí mismo elevándose en el aire
con la fuerza incrementada de sus piernas. Aquello a lo que Moroboshi le había
arrojado su lanza nunca fue nada más que una ilusión.
En otras palabras, Ikki sabía que
Moroboshi elegiría este momento para intentar esa última jugada. ¿Pero por qué?
¿Cuál era la razón?
Ah... así que es eso...
Mirando la expresión del rostro
de Ikki conforme hacía caer su hoja, Moroboshi lo comprendió. El rostro de Ikki
no contenía el más mínimo ápice de burlarse de él por haber caído en la finta.
Sólo había un rebosante—casi vergonzoso—respeto.
Realmente creíste en mí...
Hasta ahora el Rey de la Espada
de las Siete Estrellas había desatado estratagema tras estratagema, trampa tras
trampa para asegurarse de que su oponente lo tenga difícil. Kurogane Ikki no
había creído ni por un momento que un gran rey como él se dejaría derrotar
fácilmente. Él respetaba al caballero llamado Yuudai Moroboshi más que a nadie
en el estadio, incluso más que el propio Moroboshi a sí mismo.
Por eso perdió Moroboshi. Había
engañado a todos con esa finta bañada de sangre, pero sólo a este caballero que
yacía frente a él, no pudo engañar.
Y así, la batalla se decidió en
ese instante.
Ikki hizo volar su hoja.
Habiéndolo apostado todo en este ataque sorpresa, a Moroboshi no le quedaba
nada más—ni magia, ni arma, ni siquiera la fuerza para escapar. La hoja se
clavó profundo, cortándolo desde el hombro hacia abajo. En una ráfaga carmesí,
Moroboshi cayó de rodillas. Al final, con los últimos vestigios de su fuerza,
extendió sus brazos y sujetó a Ikki por los hombros, y—
—al caballero que lo había
superado...
—a su oponente que había creído
en él hasta el final...
“No te atrevas a perder, ¿okey?”
—le transmitió su deseo.
Tras lo cual, el Rey de la Espada
de las Siete Estrellas finalmente colapsó, y los réferis dieron la señal de que
el enfrentamiento había terminado—llevando esta confrontación a su cierre.
♦♦♦♦♦
「¡El-El enfrentamiento se
acaaabbbóóó! ¡Giro tras giro—no hubo tiempo de respirar en esta montaña rusa
que fue el cuarto enfrentamiento del Bloque C! ¡El que ha ganado esta
competencia a muerte es el Rey Sin Corona de la Espada, Ikki Kurogane—! ¡Aquel
que vino a desafiar lo nunca antes logrado, un segundo título consecutivo—el
Rey de la Espada de las Siete Estrellas ha sido derrotado en la primera ronda!
¡Qué gran decepción!」
Al instante que se declaró
terminado el enfrentamiento, los equipos médicos entraron en acción, cargando a
Moroboshi en una camilla. Tan exhausto que no podía caminar por su cuenta,
salió del esenario ante los estrepitosos aplausos de sus fans y simpatizantes.
「¡Fue difícil! ¡Lo hiciste bien—lo
hiciste muy bien!」
「¡Te apoyo desde antes de que te
retiraras... fuiste el mejor hoy!」
「El público local le dedica una
ovasión a su héroe mientras lo trasladan, inconsciente. ¡Este hombre no se
rindió ante una lesión irrecuperable, y hasta el día de hoy nunca no se rindió
en ningún enfrentamiento—sigue estando en la cima, Yuudai Moroboshi! ¡Aunque
digamos que fue derrotado, la voluntad que nos mostró hasta el final no
conlleva vergüenza alguna al título que le fue dado al estudiante caballero más
fuerte de Japón, el Rey de la Espada de las Siete Estrellas! ¡Qué magnífico
hombre!」
Y en cuanto al ganador, Ikki,
quien veía como se llevaban a Moroboshi—
“Sí, no perderé.
Definitivamente.”
Respondiendo las palabras de
despedida de Moroboshi con fuertes sentimientos de su parte, descendió del
ring.
「Y ahora, el que derrotó al
ganador del torneo del año pasado y que orgullosamente pasa a la segunda
ronda—el Rey Sin Corona de la Espada sale del ring. ¡La magia más débil y el
estilo de espada más fuerte—esta calificación no era falsa, y todos nosotros
aquí podemos asegurar eso! ¡Este joven aquí presente es auténtico! No sólo es
un rango-F. ¡Ciertamente es un caballero que posee el poder para luchar por la
cúspide de esta reunión de potencias, el sexagésimo segundo Festival de Arte de
la Espada de las Siete Estrellas!」
「¡Esto fue una locura, hermano!」
「¡Ikki-kun es el mejor!」
「¡Sigue escalando hasta la cima!
¡Puedes hacerlo!」
Su salida fue honrada con un baño
de aplausos. Se sentía un poco avergonzado por esto, pero—
Muchas gracias.
Agradeciéndoles desde su corazón,
se dirigió a la puerta por la que había entrado.
Sus pasos eran pesados, una
combinación de fatiga por usar Ittou Shura y por la ejecución de movimientos a
los que no estaba acostumbrado. Pero su espalda estaba recta. Estaba orgulloso
por haber podido derrotar a un caballero tan fuerte.
Había sido un enfrentamiento
repleto de incertidumbres. Estuvo tan asustado de salir de la sala de espera.
Pero—había ganado. Había logrado la victoria en ese enfrentamiento infernal de
la primera ronda del Festival de Arte de la Espada.
Tras lo cual, restaban cuatro
más. Cuatro victorias más, y finalmente llegaría. Al lugar que anhelaba, el
lugar que había buscado hasta ahora.
¡La cima de las Siete Estrellas... ya no se
encuentra tan lejos!
Fue con ese sentimiento en su
corazón que Ikki dejó el campo.
Y más allá de la puerta—
*Aplauso aplauso*
Una figura sombría caminaba hacia
él, aplaudiendo.
“¿Lo ves? Al final ganaste.”
El camino desde la sala de espera
hasta la puerta no estaba iluminado, se encontraba totalmente oscuro. Por eso,
al haber cierta distancia entre él y esa persona, no podía ver su rostro.
Pero para Ikki, era innecesario.
Sólo necesitaba escuchar esa voz para saber de quién se trataba. Sí, la persona
que se acercaba a la puerta era—
“Pero supongo que eso era de
esperarse. Después de todo, yo seré la que derrote al Rey Sin Corona de la Espada.”
—la chica con cabello rojo
flameante y hermosos ojos rubí, la Princesa Carmesí, Stella Vermillion.
Traductor al
Inglés: DisavateraMX
(Baka-Tsuki)
Traductor al Español: nahucirujano
Corrección: nahucirujano
Traductor al Español: nahucirujano
Corrección: nahucirujano
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